La digitalización, la transición energética y el cambio demográfico están generando una profunda transformación que implica retos y oportunidades por igual en el mercado laboral. Así, el futuro del empleo protagoniza desde hace años el debate público, las estrategias empresariales y las inquietudes individuales. La Comisión Europea ha centrado en las oportunidades de empleo para las próximas generaciones uno de los 7 pilares principales del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, el Gobierno de España dedica casi el 20% de los recursos del Plan de recuperación a formación, desarrollo de capacidades y políticas de empleo. Todas ellas con el propósito común de convertir los desafíos del futuro – y presente – del mercado de trabajo en oportunidades de empleo y desarrollo económico y social.
La Fundación COTEC, tras casi un año de reuniones del grupo de trabajo en el que han participado profesionales de sindicatos, patronal, Banco de España, Organización Internacional del Trabajo, servicios de estudios, universidades, empresa, y bajo la coordinación de EY y Ferrovial, ha elaborado un informe con el objetivo de conocer el impacto que la digitalización, transición energética o el reto demográfico tendrán en el trabajador del futuro.
El estudio ha sido elaborado desde una perspectiva abierta y colaborativa con el fin de recoger observaciones y posibles actuaciones que sirvan para configurar un mercado laboral más justo, inclusivo, atractivo y competitivo ante las transformaciones que afectarán a los trabajadores de ahora en adelante. Por ello, el documento plantea propuestas sobre cómo las administraciones, las empresas y los trabajadores pueden actuar para convertir los retos en verdaderas oportunidades ante un escenario cada día más complejo.
El informe presenta una evaluación de la situación y del contexto del mercado laboral actual, identifica una serie de pros y contras de las principales disrupciones ligadas a este ámbito y define un conjunto de medidas y conductas individuales para mejorar las políticas públicas, la gestión empresarial de Recursos Humanos y la regulación del mercado de trabajo que sirvan para transformar el mundo del trabajo tal y como lo conocemos.
La digitalización y automatización de procesos es todo un reto. De hecho, tal y como recoge el informe, la OCDE estima que el 14% de los trabajadores adultos enfrentan un alto riesgo debido a la automatización. Este fenómeno afecta especialmente a los trabajadores de cualificación media y más a los hombres que a las mujeres. Este porcentaje podría llegar a duplicarse en el caso de España. Los riesgos se concentran especialmente en ocupaciones con altos contenidos de trabajo rutinarios.
No obstante, la mayor parte de los estudios sobre esta materia ponen de manifiesto que, en línea con otras revoluciones tecnológicas, el impacto final de la revolución digital sobre el empleo será positivo. De hecho, aunque correlación no implique causalidad, la tasa de desempleo ha alcanzado mínimos históricos en aquellas economías desarrolladas en las que la automatización y la digitalización han avanzado con más intensidad (Andrés y Doménech, 2020). Según el Centre for Economics and Business Research la inversión en robots contribuyó con el 10% del crecimiento del PIB per cápita en los países de la OCDE de 1993 a 2016.
En cuanto a la transición energética, cabe destacar que ya está afectando a nuestro mercado de trabajo, provocando destrucción de empleo en beneficio de otros roles nuevos o basados en el uso de nuevas tecnologías, con un alto impacto en sectores de producción energética basados en combustibles fósiles o vinculados a su producción o distribución. Sin embargo, se espera que la transición cree nuevos empleos, basados en tecnologías, en algunos casos, aún emergentes. A nivel mundial, la Organización Internacional del Trabajo espera que el saldo neto sea de alrededor de 18 millones de nuevos puestos de trabajo para 2030.
A su vez, la demografía tendrá importante impacto en los mercados de trabajo, provocando un aumento de la tasa de dependencia (estimada en alrededor del 80% para el 2050). Sin embargo, si somos capaces de aumentar la tasa de ocupación del talento senior a tasas medias de la UE, se podría llegar a impulsar hasta 15 puntos el PIB en las próximas décadas, como destaca la Fundación Transforma España en un estudio reciente.
Para que estos retos se materialicen en esas oportunidades el informe del Grupo de Trabajo realizado en COTEC propone líneas de acción en tres ámbitos, políticas públicas, prácticas empresariales de RRHH, y conductas individuales de los trabajadores, en la conciencia de que enfrentar estas distinciones y sacarles el máximo partido es responsabilidad de todos.
En cuanto a las políticas públicas, el informe destaca la necesidad de invertir en mejorar la calidad de la educación española en todos los niveles, desde la educación infantil hasta la educación continua de los trabajadores, incluyendo la formación profesional. A su vez, apuesta por incentivar y mejorar la formación de los adultos, especialmente en materia digital.
Por lo que respecta a política laboral, el informe plantea avanzar en la reducción de la dualidad laboral, adaptando la regulación de los contratos, reforzando los incentivos a la contratación indefinida y el régimen sancionador de la contratación temporal sin causa, así como evaluar la utilización de recursos de Fondo de Recuperación y Resiliencia para facilitar la introducción gradual de mecanismos individuales de protección al trabajador a lo largo de toda su vida laboral, tal y como planteaba también recientemente el Banco de España.
En materia de políticas activas de empleo, el trabajo plantea impulsar una modernización funcional de las oficinas de empleo que permita, entre otras cosas, la introducción de los avances tecnológicos (digitalización, inteligencia artificial, uso intensivo y extensivo de los datos) para garantizar la mejor provisión de servicios de perfilado, orientación y determinación de itinerarios formativos para los demandantes de empleo.
Estos y muchos otros avances en las políticas públicas son imprescindibles para conseguir convertir los múltiples desafíos que implican las disrupciones que afectan al mercado de trabajo en oportunidades de desarrollo económico y social. Pero ello no será suficiente. La sociedad entera está convocada a esta tarea. Por ello, es preciso acompañarlas de prácticas empresariales de Recursos Humanos comprometidas y responsables con la promoción del talento, así como ampliar la gama de herramientas digitales para el aprendizaje. El futuro del trabajo los construimos entre todos hoy. No hay tiempo que perder.