Transición energética en latinoamérica: Colombia, México y Perú


Latinoamérica es un mercado de gran potencial para el desarrollo de proyectos de energías renovables, pero ¿qué está haciendo cada país?

En los últimos años y pese a la pandemia, dificultades logísticas, tensiones políticas, entre otras circunstancias; la transición energética de los combustibles fósiles a las energías renovables se ha convertido en uno de los temas más importantes de la agenda para muchos gobiernos.

Así pues, Latinoamérica se presenta como una región con gran potencial para este sector. De acuerdo con cifras de Statista, la capacidad instalada total para la generación de energía renovable en América Latina fue en aumento entre 2010 y 2021, alcanzando los 291 gigavatios al final del periodo, lo que representa un incremento de casi 74% en comparación con el 2010.

Ello, además de que cuatro países de la región figuran entre los 15 mercados emergentes más atractivos para proyectos de transición energética según ClimateScope de BloombergNEF: Chile (1), Colombia (4), Brasil (9) y Perú (15).

Este mismo ranking además evidencia que las energías renovables más populares agregadas en 2021 en América Latina fueron la energía solar y la energía hidroeléctrica. 

Asimismo, en los últimos diez años, algunos de los países de la región con mayor crecimiento en generación a partir de energía renovable han sido Chile, Uruguay, México y Brasil, según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA).

Todo este potencial, viene acompañado de mejoras en la regulación para impulsar el uso de distintos tipos de energías en distintos países de la región.

Transición energética en latinoamérica: Colombia, México y Perú

La producción de energía eléctrica del 2022 tuvo una participación de 50.8% hidroeléctricas, 44.3% termoeléctricas, 3.44% eólicas y 1.46% solares. Entre el periodo del 2019-2023 el COES (Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional) ha aprobado 61 proyectos de generación de energía eléctrica no convencional, siendo la mitad (30) proyectos de centrales eólicas y la otra mitad (31) de solares. 

Cabe señalar que El Ministerio de Energía y Minas de Perú aprobó el plan de transmisión 2023-2032 del COES, que incluye un total de 20 proyectos vinculantes por un monto combinado de US$905 millones que empezarían a operar en 2028.

Se está a la espera de que se promulgue la Ley que Modifica la Ley N° 28832 para asegurar el desarrollo eficiente de la generación eléctrica, la misma que entre sus cambios y mejoras, busca impulsar una mayor diversificación y más limpia generación energética, beneficiando a las RER (Recursos Energéticos Renovables). Cabe señalar que el gobierno peruano apunta a alcanzar un 20% de participación de recursos energéticos no renovables en la matriz eléctrica al 2030

¿Se puede hacer más?

América Latina y el Caribe muestran un mejor desempeño que el promedio mundial en rendimiento del sistema energético, sostenibilidad ambiental y capital e inversión, así lo determinó el Índice de Transición Energética (ETI). Sin embargo, y aunque el panorama es alentador, aún existen oportunidades de mejora para el sector. 

Existen ciertas barreras para el despliegue de energía renovable en países como Colombia. Por ejemplo, existen dificultades y demoras en procesos de consulta previa y licenciamientos ambientales, que han retrasado la ejecución de los diferentes proyectos en desarrollo.

“El rol del gobierno es fundamental para definir las líneas y estrategias para superar estas barreras sociales, ambientales y de infraestructura. Su labor será esencial para desbloquear los avances en la masificación de las energías renovables en el país”, indica Dafna Siegert.  

Ruth Guevara concuerda y agrega que es importante que los países establezcan metas claras y ambiciosas de descarbonización o disminución en el uso de combustibles fósiles. Además, indica que en México es necesario un mayor grado de certeza en el marco regulatorio para las empresas privadas para aumentar su inversión en el sector eléctrico. 

“La reinstauración de las Subastas a Largo Plazo y la inversión en infraestructura de transmisión que permita la interconexión de nuevas centrales de generación y el suministro de energía a precios competitivos, también serán importantes para el desarrollo continuo del mercado”, explica Guevara.

Latinoamérica se encuentra en un camino favorable hacia la transición de energías renovables, y en este recorrido es importante tomar en cuenta tanto el avance en el sector industrial como en el uso individual. A medida que las economías y tecnologías evolucionan, existe mayor acceso a dispositivos y fuentes eléctricas por parte de los usuarios. 

 

La transición no puede limitarse solo a un sector o un tipo de energía y debe enfocarse en crear un equilibrio entre el uso de los recursos naturales y la comunidad, generando una producción y consumo responsable. 

Colombia se ha posicionado como uno de los líderes del mundo en transición energética, ocupando la cuarta posición a nivel global en el ranking de BloombergNEF. Esto debido a los avances normativos con el fin de incentivar el desarrollo de las energías renovables en el país.

Dentro de ellas, el país ha implementado una Política de Transición Energética, establecida en el documento CONPES 4075, con el fin de acelerar la integración de energía renovable en la matriz energética. Asimismo, estableció la Ley 2099 en 2021, para otorgar incentivos tributarios a la investigación, producción y desarrollo de proyectos. Además de fomentar la exploración e investigación del recurso geotérmico y otros proyectos energéticos no convencionales.

Si bien en el sector energético colombiano se han venido desarrollando avances a nivel empresarial para masificar el uso de Fuentes No Convencionales de Energía Renovable (FNCER), también se han evidenciado múltiples esfuerzos en pro de un empoderamiento de las energías renovables por parte de los usuarios, quienes tienen la posibilidad de jugar un doble rol de consumidores y generadores (prosumidores)

Entre las energías no renovables que más se utilizan en el país, figura la hidroeléctrica principalmente. Además de la energía solar, con un total de 192 proyectos vigentes (equivalentes a un total de 7.748 MW), y la energía eólica, con 21 proyectos vigentes (equivalentes a un total de 6.671 MW). Respecto a esta última, Colombia recientemente se incorporó a la Alianza Mundial de Energía Eólica Marina. 

Durante el 2022 la capacidad efectiva neta de la matriz energética del país cerró en 18.777 MW, debido a la entrada de 25 proyectos de generación, representando un incremento del 5.7% en comparación con el 2021.

De este total, el 31.59% es de origen térmico (gas natural, carbón, ACPM, combustóleo, jet-A1, bagazo y biogás), mientras que el resto de la matriz energética estuvo conformada por generación hidráulica (66.83%), generación solar (1.49%) y generación eólica (0.09%). 

Por su parte, México también está realizando esfuerzos para impulsar el uso de energías renovables estableciendo la Ley General de Cambio Climático (LGCC), política que estructura la posición del país sobre la mitigación del cambio climático e incorpora su Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés). En 2022, el país aumentó su NDC a reducir sus emisiones de GEI en 35% para 2030, indicando que se buscará aumentar la participación de la energía renovable en la matriz de generación mexicana.

Asimismo, el país ha establecido incentivos fiscales e iniciativas a nivel estatal para que los usuarios instalen sistemas de Generación Distribuida (GD) en sus comercios y hogares. De acuerdo con datos de la Secretaría de Energía (SENER), el 99.2% de los proyectos de GD en México son solares y en 2022 fueron equivalentes a 2,307 MW de capacidad instalada. 

La matriz energética mexicana está compuesta, en su mayoría, por combustibles fósiles, principalmente derivados del petróleo y gas natural. Sin embargo, también existe una importante participación en el mercado de energía hidráulica, eólica y solar.

Con la Reforma Energética de 2014 se liberalizó la generación y el suministro eléctrico, se estableció un mercado eléctrico y se fomentó Subastas a Largo Plazo. Dichas subastas incentivaron la participación de privados en el mercado mexicano, principalmente proyectos de energía renovables, que en su mayoría entraron en operación en 2019. En años recientes, el sector eléctrico se ha enfrentado a una serie de cambios regulatorios que han alentado el desarrollo de proyectos de energía en el país

Pese a estos esfuerzos, en los últimos años México ha experimentado un leve retroceso en el desarrollo de energías renovables. Principalmente debido a cambios regulatorios y un período de gran incertidumbre que, como consecuencia, han generado un incremento en los tiempos para obtener permisos de generación. De acuerdo con el Índice ClimateScope de Bloomberg, México pasó de ser el octavo país más atractivo para realizar inversiones de transición energética en 2018, al puesto 90 en 2021. Y actualmente ocupa el lugar 64 del índice.

Resumen

Las energías renovables son un foco cada vez más fuerte para el desarrollo de proyectos de energía sostenibles, alineados a la producción de energía limpia es pos de tomar acción frente al cambio climático. Así diferentes países de la región han desarrollado políticas al respecto e incentivos para la inversión en proyectos de este tipo. En este informe se analiza qué está haciendo Colombia, México y Perú, en el desarrollo de proyectos de energías renovables.

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