El Perú es considerado uno de los principales mercados emergentes del mundo, cuenta con una importante y reciente historia de estabilidad económica fundamentada en un crecimiento anual promedio de 4.4% de su PBI durante este milenio a diciembre de 2021. Asimismo, una política de apertura al mercado internacional mediante la firma de múltiples acuerdos comerciales complementa a una legislación favorable hacia la inversión privada nacional y extranjera.
Además, es uno de los países más importantes de Latinoamérica, con diversas características, tales como una variedad de climas, una enorme extensión territorial, importantes recursos naturales, personas de gran capacidad y con alto nivel académico, además de sólidos antecedentes económicos e industriales.
Desafíos para lograr el crecimiento sostenido
El reconocimiento de la solidez económica del Perú encuentra sus razones en una baja inflación (al cierre del 2022 son 25 años consecutivos de inflación de un solo dígito), las reservas internacionales equivalentes al 30.5% del PBI, un déficit fiscal controlado (un promedio de 3.7% del PBI en los últimos 5 años, y un estimado de 1.9% al cierre del 2022), y una deuda pública que se estima no excederá el 35% del PBI al cierre de este 2022, nivel muy por debajo del promedio del resto de países emergentes del mundo (65.0%) y de la región (72.0%). En adición, al cierre del 2022 se estima un superávit récord de la balanza comercial, con más de USD13.4 mil millones.
La solidez macroeconómica del Perú ha permitido tener una respuesta frente a los efectos del COVID-19 que ha sido la más grande de la región mediante medidas fiscales equivalentes al 20% del PBI, las cuales potenciaron una rápida recuperación del crecimiento económico de 13.3% para el 2021, y estimaciones de 3.1% para el 2022, según proyecciones del Banco Central de Reserva del Perú y del Ministerio de Economía y Finanzas. Estas proyecciones se encuentran por encima del promedio de la región (2.5%).