De hecho, Europa anunció el año pasado un total de 6.412 proyectos de FDI, un 0,9% más que en 2018, de los cuáles el 25% se retrasó o sufrió cambios importantes y un 10% se canceló tras el brote del virus. Los sectores que atrajeron la mayor parte de la inversión fueron los de digital y servicios empresariales, representando un 19% y un 12% de los nuevos proyectos, respectivamente, y un 15% y un 9% de los empleos creados.
Juan López del Alcázar, Socio responsable de Strategy and Transactions en EY, señala: “ A pesar de que el mercado español dio muestras de su gran atractivo como destino de inversión en 2019, incluso en momentos de importantes incertidumbres geopolíticas globales, el impacto del COVID-19 ha evidenciado la necesidad de seguir reforzando las estrategias de los negocios y de acometer cambios determinantes (cadena de suministro, procesos tecnológicos y diversificación de riesgos en las carteras; entre otros) para ser más resilientes ante estos factores externos y ser capaces de ganar en eficiencia y generar más valor a largo plazo”.
Concretamente, el número de proyectos respaldados por inversión extranjera directa en España creció un 55% en 2019, hasta los 486, frente a los 314 registrados el año anterior. Unas cifras que situaron a España una vez más como el cuarto destino europeo receptor de este tipo de inversión, solo por detrás de Francia (1.197), Reino Unido (1.109) y Alemania (971). Por comunidades autónomas, Cataluña, Madrid y Andalucía fueron las que registraron mayor número de iniciativas respaldadas por FDI el pasado año, con 161, 148 y 52, respectivamente, seguidas por Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Aragón, País Vasco y Galicia.
La inversión extranjera directa que recibió nuestro país procedió principalmente de Estados Unidos y Francia, con 105 y 71 proyectos FDI respectivamente, seguidos de Alemania (67 proyectos), Reino Unido (52) y China (22). Los sectores que más inversión extranjera directa movieron en España fueron: los proyectos digitales (con 50% más que 2018), los servicios empresariales (+41%), transporte y logística (+35%) y los servicios financieros (81,8%). No obstante, nuestro país registró incrementos muy significativos en construcción (+550%); información, comunicación y medios (+440%); y en alimentación (+63%).
El estudio de EY concluye que para que Europa mantenga su atractivo para la inversión se debe actuar con decisión y reaccionar ante las tres megatendencias que influirán en la toma de decisiones: la adopción de la tecnología, la sostenibilidad y la reorganización de la cadena de suministro. De hecho, el 82% de los encuestados espera que la apuesta por la tecnología se acelere en los próximos tres años como resultado del COVID-19 y el 57% anticipa un enfoque renovado sobre la sostenibilidad y el cambio climático en ese mismo periodo.
Para ello, añade el estudio, la respuesta de las autoridades europeas para combatir la crisis económica será crucial para mantener la atención de los inversores extranjeros. Para el 80% de los líderes encuestados, las medidas de estímulo adoptadas por los gobiernos influirán en sus decisiones de inversión y favorecerán a los países con iniciativas más fuertes de apoyo.