En tiempos de incertidumbre es necesario tomar un tiempo para reflexionar nuestros errores, aciertos y planes para futuro.
Con la palabra incertidumbre tomando forma como la nueva normal de los últimos casi dos años, en un mundo donde la figura de la pandemia, y a la que polarización política y social se suma, toca hacer un alto para reflexionar. Nos ha tomado por sorpresa una situación impensada, la cual ha disparado los niveles de incertidumbre y desconcierto en el Directorio, algo jamás vivido en los últimos 30 años para el 84% de los Directivos encuestados en el estudio “¿Directores para cambios de contexto?” de EY Perú.
Hoy, es entendible que la población y, especialmente, el sector empresarial, tenga una sensación de desconcierto que ha llevado a la paralización o reducción de planes de inversión -de acuerdo con el 70% de encuestados. Pero el no parar para reflexionar solo nos llevará a no poder adaptarnos a la realidad, no poder crear, nos veremos separados, divididos. El temor nos expropia la mente, nos priva de la racionalidad y nos lleva a una realidad de ansiedad y angustia, donde la calma se pierde, y esta es la que hoy necesitamos para meditar y poder avanzar dentro de realidades difíciles. Justamente el 97% de los Directivos afirmó haber vivido emociones negativas, siendo la gran minoría (15%) de directorios los que han tomado medidas para abordar esta realidad.
Para el peruano la incertidumbre no es ajena y sobre ella hemos tenido grandes victorias. Debemos tener claro que somos una nación que antes de la pandemia acumulaba más de 20 años de crecimiento continuo, una hazaña mundial; sin enfocarnos en otros ratios como reservas acumuladas, deuda pública, inflación, entre otros. Todos ellos por encima del promedio regional y mundial. Afortunadamente podemos decir, a través de la historia como testigo, que el Perú ha pasado muchos periplos con todo en contra, y aun así ha sabido salir airoso. Solo recordando los últimos 60 años podríamos destacar los más de 10 terremotos mayores a 7°, los 16 fenómenos de El Niño de gran escala, los más de 29,000 ataques terroristas, la hiperinflación que llegó a 7,649% en el año de 1990, los golpes de Estado, la incertidumbre económica, política y social. Pese a todo ello, acá estamos haciendo empresa, desarrollando un país, y siendo una “estrella en ascenso” como el Fondo Monetario Internacional (FMI) nos catalogó hace unos años. Aunque hoy, solo el 3% de los Directivos vea de manera optimista la situación actual, y claro que con las variables que vivimos, es difícil pedir más.
Ahora bien, ¿la realidad que hoy vivimos es la consecuencia inequívoca e irrefrenable de una situación que se venía venir, o no? Hoy, los datos nos responden fuerte y claro. En la última década (2010-2019) hemos tenido más horas/hombre perdidas por huelgas en el sector privado que en los 20 años anteriores: un total de 20.5 millones de horas/hombre perdidas en 699 huelgas. En los últimos cinco años, la satisfacción por la democracia ha caído a 11%, la percepción de justicia sobre los ingresos ha caído a 12% y la confianza interpersonal hasta el 11%. Se han reportado 2,847 acciones colectivas de protesta que registraron violencia, la informalidad laboral se ha mantenido por encima del 72% en los últimos 10 años, alcanzando picos de 77% en el 2010 y 2020. A nivel sectorial, en el 2019, la informalidad laboral alcanzó el 96% en el sector agrario, 73% en el comercio, 64% en la industria de manufactura y 47% en la minería. El nivel de pobreza se mantuvo en el rango del 20% y 30% durante los últimos 10 años, y alcanzó nuevamente el pico en el 2020.
Hoy, la situación se presenta difícil, pero está claro que existen oportunidades en tiempos de crisis y mucho trabajo por hacer; no solo lo vemos en el Perú, sino en países hermanos como Venezuela, donde encontramos grandes líderes haciendo empresa, apostando por su país, y teniendo éxito. La pregunta puede caer de madura, ¿cómo logro ver las oportunidades en la crisis? O ¿cómo puedo avanzar en circunstancias difíciles? ¿Cómo revertimos esta situación?
Nuestros Directorios han transitado dos shocks externos, COVID-19 y el impacto del proceso electoral en la confianza para invertir, en un contexto de cambios cada vez más constantes que han transformado el entorno de negocios en general. Del análisis de los resultados del estudio, podemos extraer los siguientes cuatro insights para el quehacer de todo Directorio.