¿Cambios?
Como en toda transición donde pasamos a un nuevo modelo de negocio, habrá ganadores y perdedores a lo largo del proceso. Sectores como salud, biotecnología, telecomunicaciones, e-learning y el comercio on-line, aparecen como algunos de los grandes ganadores en el corto plazo. Por el contrario, industrias como la hotelería, aviación y entretenimiento en vivo como conciertos y eventos deportivos, aparecen entre los negocios más afectados actualmente. Sin embargo, independientemente del sector en que se encuentren, la capacidad de las empresas de responder con agilidad a los cambios en los hábitos y preferencias de los consumidores mientras se adaptan a los nuevos protocolos sanitarios será lo que les permita adaptar su modelo de negocio al nuevo entorno y crear ventajas competitivas de largo plazo durante la transición.
Desde la perspectiva de los consumidores, las preferencias han cambiado y vemos que emergen nuevas tendencias de consumo que impactan a diversas industrias transversalmente. El teletrabajo como respuesta empresarial al confinamiento obligatorio, un mayor uso de los canales de comercio on-line para el abastecimiento de alimentos, la banca digital como alternativa al acudir a una agencia bancaria, la “aparición” de la telemedicina para resolver problemas de salud menores y el auge de la educación virtual, son solo algunas de las nuevas tendencias nacidas en medio de la crisis.
Como respuesta a los cambios en los hábitos de consumo de sus clientes y atendiendo a los nuevos protocolos sanitarios, las empresas también han buscado adaptarse al nuevo entorno de negocios. Inicialmente el foco era salvaguardar la salud de los empleados, buscar la continuidad del negocio y preservar la liquidez financiera. Posteriormente hemos apreciado que muchas empresas han orientado sus esfuerzos a la búsqueda de una mayor automatización de los procesos productivos, a la transformación digital de sus negocios y a un mejor control de los riesgos buscando garantizar la continuidad de sus operaciones. Asimismo, sobre la base de lo ocurrido en crisis anteriores, anticipamos el inicio de un proceso de consolidación industrial a través de fusiones y adquisiciones que abarcará a diversos sectores y tendrá un alcance global. Este proceso de consolidación debería iniciarse tan pronto los inversores perciban una mejora en el ambiente de negocios y sobre todo, haya una mayor predictibilidad en la marcha de la economía. Muchos inversores están en una actitud de “wait and see” e incluso se han venido preparando para aprovechar oportunidades de adquisición. Es así como en mercados más desarrollados, los fondos de inversión especializados en restructuraciones han venido levantando capital y están a la expectativa para salir al mercado a la búsqueda de oportunidades de adquisición.