La actual situación está multiplicando los riesgos económicos globales y está generando una importante volatilidad en los mercados financieros.
Los mercados financieros siguen a la expectativa de novedades prevaleciendo la incertidumbre que genera la evolución de la pandemia, la invasión de Ucrania por parte de Rusia, la escasez de materias primas, las tensiones inflacionarias existentes o las perspectivas al alza de los tipos de interés en la mayoría de los países. Este conjunto de factores está multiplicando los riesgos económicos globales y está generando una importante volatilidad en los mercados financieros.
En relación con la COVID-19 parecía que la pandemia empezaba a pasar desapercibida ante el alto nivel de vacunación e inmunización existente. Sin embargo, la nueva oleada de contagios que se ha detectado en Shanghái, que ha dado lugar a la reactivación de las medidas de confinamiento en China, ha empezado a preocupar a los mercados ante la posibilidad de una transmisión global de la situación y una vuelta a las restricciones a la movilidad y problemas de abastecimiento.
En paralelo, el escenario actual caracterizado por un crecimiento mayoritariamente inferior al esperado y cierta escasez de materias primas, sigue sin corregir el desequilibrio existente entre la oferta y la demanda, lo que genera un fuerte tensionamiento en los precios que ha llevado a las tasas de inflación de la mayoría de los países a situarse en niveles máximos no vistos desde hace más de cuarenta años. Así, la inflación ordinaria en EE.UU. al mes de marzo se sitúa en el 8,5% y la subyacente en el 6,5%. En la zona euro alcanzan el 7,4% y 3,2% respectivamente. En España batimos el récord en el 9,8% y 3,4%. Siendo el objetivo de control el 2%.
La evolución de la inflación es objeto de preocupación para la totalidad de autoridades monetarias. La posibilidad de que se mantenga el desequilibrio en los precios hasta el primer trimestre de 2023 parece evidente. En este entorno, la mayoría de los bancos centrales han procedido a elevar el tipo oficial de interés anticipando, incluso, nuevas alzas en los próximos meses. Así, la Reserva Federal norteamericana ya ha elevado en 25 pb los fondos federales para situarlos en el rango 0,25 – 0,50%, anticipando que en la próxima reunión del 4 de mayo podrían subirlos 50 pb más e incluso procedan a recortar el volumen de compra de activos a través del cual inyectan liquidez al sistema. El temor de los analistas se sitúa en la posibilidad que estas decisiones de carácter restrictivo provoquen un frenazo erróneo en la economía norteamericana frente al objetivo de alcanzar un aterrizaje suave y un mayor control en los precios.
Igualmente, en el Reino Unido el tipo oficial ya se sitúa en el 0,75% con perspectivas al alza. Sin embargo, en la zona euro, el BCE se está mostrando más conservador a la hora de tomar decisiones de carácter restrictivo, confirmando que ante la evolución de su economía consideran oportuno no elevar el tipo oficial y empezar con un recorte proporcional de las inyecciones de liquidez que realiza a través de la compra de títulos. Anticipando que esta compra de deuda debería finalizar totalmente a partir del próximo mes de julio. Al mismo tiempo, consideran que la posibilidad de aumentar el tipo oficial, hoy en día al 0%, no sería adecuado antes del próximo mes de julio, todo ello de forma gradual y en función de la evolución de los acontecimientos.