Los mercados siguen a la expectativa de la evolución de los acontecimientos geopolíticos, macroeconómicos y financiero, destacando que a dos meses del cierre de ejercicio 2024, la volatilidad e incertidumbre son las dos palabras más utilizadas por los inversores y operadores. Sin embargo, durante las últimas semanas el entorno macroeconómico global no ha variado mucho, siendo la economía norteamericana la que sigue mostrándose como la más sólida y resiliente ante los acontecimientos que estamos viviendo. En paralelo, la Zona euro sigue mostrando claros síntomas de enfriamiento muy afectada por el alto deterioro que están sufriendo países como Alemania o Francia, no quedándole más remedio al Banco Central Europeo que bajar por tres veces el tipo oficial de interés durante los últimos cuatro meses para situarlo en el 3,25%. En el caso de China, el gobierno de este país no acaba de anunciar las medidas de impulso que necesitan para reactivar su fría economía, manteniendo una tasa de crecimiento insuficiente en el 4,6%. Japón está a la expectativa de la elección de un gobierno reflejándose su situación política en el comportamiento irregular de su economía que por primera vez en mucho tiempo ha llevado a su inflación a tasas por encima del 2,5%.
Esta tendencia no parece que vaya a cambiar en los próximos meses, la evolución de los indicadores de consumo e inversión siguen sin ayudar a cambiar de opinión y al mismo tiempo se detectan cada vez mas problemas en las relaciones comerciales internacionales. Según el último World Economic Outlook publicado por el FMI el crecimiento económico mundial no pasará del 3,2% en el periodo 2024-25 tras el 3,6% del 2022 o el 3,3% del 2023. El desglose de este dato nos transmite un crecimiento muy débil del 1,8% entre las economías avanzadas, un insuficiente 4,2% en los países emergentes y un 2,1% en Latinoamérica. Por lo tanto, las autoridades económicas y monetarias mundiales tendrán que seguir trabajando y tomando medidas para reactivar sus economías y alcanzar el equilibrio global.
Con relación a los factores geopolíticos ya conocidos como la guerra Ucrania – Rusia, el conflicto Israel – Palestina o la situación critica en el estrecho de Ormuz, empiezan a perder peso en los mercados, con síntomas evidentes de hartazgo ante la ausencia de avances hacia posibles soluciones. Solamente un incremento la tensión de cualquiera de ellos o de uno nuevo podría afectar temporalmente al comportamiento de los inversores. No obstante, esta situación sigue beneficiando al activo refugio por definición como es el oro, que hoy en día cotiza máximos históricos en 2.722 $/onza subiendo su valor en los últimos dos años más de un 40%. Si la demanda de oro sigue aumentando, esta claro que la desconfianza de los inversores sobre el entorno internacional es mayor.
A pesar de todo lo mencionado hasta el momento, lo que está claro es que la mayoría de los países siguen trabajando para reactivar sus economías. En el caso de EE. UU., la Reserva Federal decidió el pasado 18 de septiembre recortar por 50 pb el rango oficial de sus tipos de interés para situarlo en 4,75% - 5,00%. El consumo interno sigue tirando de esta economía que visto crecer su PIB un 3% en el 2Q de este año y ha llevado la tasa de paro al 4,1%. La inflación poco a poco va bajando para situarse en el 2,4% desde el 3,4% que cerro el 2023. Los PMI siguen por encima de los 50 puntos. Por lo tanto, esta economía sigue solida y las perspectivas de un “aterrizaje suave” puede ser un objetivo alcanzable. Sin embargo, la incógnita radica en el resultado de las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre. Si gana Kamala Harris, significa continuidad. Si gana Donald Trump, podría dar lugar a medidas proteccionistas, menos inversión, aranceles e inflación, complicando el futuro del cuadro macroeconómico actual. Hoy las encuestas se sitúan en un empate técnico con cierta tendencia hacia los republicanos. También hay que destacar que, en paralelo, la FED USA se reunirá el próximo 7 de noviembre. Históricamente no suelen tomar decisiones en fechas inmersas en procesos electorales. Sin embargo, los mercados de futuros dan una probabilidad del 90% a un recorte por 25 pb en el tipo oficial de interés. De cara al 2025 y con unas perspectivas de crecimiento económico cercano al 2% y una inflación mas controlada, lo más normal es que los tipos oficiales norteamericanos bajen más de 100 pb y se sitúen entre el 3% y 3,5%.
La situación en la Zona euro es diferente. La economía europea sigue mostrando síntomas evidentes de enfriamiento pudiendo crecer este año solo un 0,7% tras el 0,5% del 2023. Este dato refleja los problemas que atraviesan los países denominados del norte frente a los del sur. España, Italia, Portugal o Grecia muestran tasas de crecimiento muy cómodas e incluso control en la inflación a pesar de sus problemas de productividad y gasto público. Sin embargo, los países del norte muestran tasas insuficientes que restan más que suman a la zona euro. Estos países están afectados por su dependencia del exterior en materias primas y energía, así como por su dificultad de adaptarse a los cambios que se están produciendo en el sector industrial y manufacturero como por ejemplo en el sector del automóvil. Francia esta creciendo en el entorno del 0,2% al trimestre. Alemania lleva varios trimestres negativos y en recesión, anticipando el propio gobierno alemán un crecimiento para el 2024 en el -0,2%.
Con una inflación al 1,7% el Banco Central Europeo ya ha bajado por tres veces el tipo oficial de interés para situar el tipo de depósito en el 3,25%, el tipo de refinanciación en el 3,40% y el marginal en el 3,65%. Estas decisiones fueron tomadas de forma unánime por los consejeros del banco ante los síntomas evidentes de enfriamiento excesivo que muestra la economía europea y el
mayor control existente de la inflación. Según el BCE, la actividad económica se está enfriando más de lo esperado mostrando los indicadores de inversión y consumo una inusual tendencia a la baja. También mencionan que la generación de empleo no muestra la alegría de los últimos meses manteniéndose la tasa de paro en el 6,4%.
Por lo tanto y tal y como descuenta la curva de tipos de interés, se esperan nuevos recortes que puedan llevar en el tiempo el tipo oficial al 2%. La próxima reunión del BCE está prevista para el 12 de diciembre, las expectativas están al 50% para un nuevo recorte de los tipos. En principio la presidenta Lagarde se sigue mostrando “cautelosa” diciendo que seguirán analizando la evolución de los datos macro que se vayan publicando para poder tomar decisiones. Pero también ha mencionado que le preocupa un posible tensionamiento de la inflación de cara a final de año, lo cual podría posponer cualquier decisión. Lo que esta claro es que el objetivo es impulsar el crecimiento y alcanzar en el 2025 una tasa cercana al 1,2% con una inflación cercana al 2%.
A nivel cambiario, toda esta situación global y decisiones que están tomando los bancos centrales están afectando a la evolución de los mercados de cambio. El dólar USA sigue mostrando una posición de cierta fortaleza en los mercados de cambio manteniendo a lo largo del 2024 su cotización frente al euro dentro del rango 1,0600 – 1,1200. Los tres pilares sobre los que construye su fortaleza son: a) solidez de su economía; b) diferencial a su favor de sus tipos de interés o mayor rentabilidad y c) condición de divisa refugio. Para el 2025 se anticipan síntomas de agotamiento en la demanda de USD. Se maneja la posibilidad de un “aterrizaje suave” de la economía norteamericana y un mejor comportamiento de la economía europea. Teniendo en cuenta los sucesivos recortes de tipos de interés que se van a producir, así como la incertidumbre de las elecciones norteamericanas, el Consensus Forecast sigue manejando una media 2025 para la paridad USD/EUR entre 1,1200 y 1,1400 que permitiría un rango de fluctuación entre 1,0800 y 1,1800.
En relación con el resto de divisas, la libra esterlina sigue beneficiándose de sus altos tipos de interés en el 5% cotizando máximos frente al euro en 0,8340. Técnicamente no parece tener más recorrido apreciatorio. El yuan chino vuelve a perder posiciones hasta 7,12 por USD ante la ausencia de novedades por parte del gobierno chino con relación a las posibles medidas a adoptar para impulsar su economía. Mientras no haya novedades el rango debería ser 7,00 – 7,27 CNY/USD. El yen japonés sitúa su cotización frente al USD en la mitad del rango 155 – 175 a la espera de las novedades que pueda aportar el nuevo gobierno japones. Por último, las divisas Latam siguen presionadas por su debilidad económica, problemas políticos y el descenso de sus tipos de interés. La mayoría de ellas cotizan mínimos anuales.
Por lo tanto, concluimos que el comportamiento de los mercados va a seguir siendo complicado. Seguimos considerando que la gestión del riesgo financiero sigue siendo fundamental para limitar el impacto de la volatilidad e incertidumbre existente en el balance y cuenta de resultados de las compañías que se vean afectadas.