2. Riesgo
Cuando se preguntó a los ejecutivos qué es lo que probablemente disuadiría a su consejo de administración de llevar a cabo una iniciativa que se prevé que mejore el valor a largo plazo, pero que disminuya el rendimiento financiero a corto plazo, los dos factores principales fueron:
- Un alto grado de incertidumbre en la probabilidad de que la iniciativa tenga éxito.
- Un marco y un apetito de riesgo orientados hacia la rentabilidad a corto plazo para los accionistas, en lugar de un crecimiento inclusivo a largo plazo.
Sin embargo, la "falta de apoyo y liderazgo comprometidos por parte de la dirección" tuvo menos peso para los ejecutivos. Esto sugiere que las empresas están dispuestas a apostar por iniciativas con horizontes temporales más amplios, pero necesitan mejorar sus capacidades de evaluación y gestión de riesgos para comprender mejor el riesgo a largo plazo y las probabilidades de éxito. En otras palabras, las compañías podrían permitir que los consejos de administración aumenten su apetito de riesgo porque tendrán más confianza en la asunción de riesgos a largo plazo y en las posibles ventajas derivadas, incluida la posibilidad de explicarlo a los grupos de interés.
Una de las funciones críticas de los consejos de administración siempre ha sido la de comprender y mitigar el riesgo empresarial, pero la pandemia la ha puesto de mayor relieve. Su impacto sin precedentes ha puesto de manifiesto la interdependencia de los riesgos y la velocidad a la que puede cambiar el panorama. En este contexto, cabe preguntarse ¿cómo pueden asegurarse los consejos de administración que los riesgos a largo plazo — como el cambio climático — se prevén adecuadamente y se gestionan con eficacia en toda la organización?
3. Remuneración
Los sistemas de compensación necesitan una mezcla de incentivos a corto y largo plazo para remunerar a los ejecutivos por generar un crecimiento sostenible. Conseguir la combinación adecuada puede ser un reto, pero los consejos de administración pueden tener en cuenta las siguientes directrices como punto de partida para evaluar lo que es mejor para su empresa:
- Corto plazo: las empresas pueden centrarse primero en los planes a corto plazo, como las primas anuales. Esto les permitirá hacerse una idea de cómo están funcionando las métricas y si las tasas críticas de rendimiento son razonables. Si hay que hacer ajustes, es relativamente fácil hacerlos con los planes a corto plazo. Lo aprendido en los planes a corto plazo puede aplicarse al diseño de los planes a largo plazo. Si las empresas se centran primero en los planes de retribución a largo plazo, puede ser difícil corregir el rumbo si las cosas no funcionan como estaba previsto.
- Largo plazo: los planes de incentivos a largo plazo deben diseñarse de manera que utilicen períodos de medición plurianuales. Según nuestra experiencia, los períodos de medición de tres años son una práctica común. En algunos países, cada vez es más frecuente que se prevea que los altos ejecutivos conserven sus acciones durante un periodo mínimo después de la salida de la empresa, siendo lo normal dos años. Extender este principio a otros países puede animar a los ejecutivos a centrarse en las consecuencias a largo plazo de las decisiones que toman.
Los sistemas de remuneración también deben centrarse en los parámetros adecuados, que pueden ser difíciles de definir y evaluar. Las métricas relacionadas con los objetivos ESG están ganando cada vez más peso. Sin embargo, no todas las métricas ESG son relevantes para todas las empresas, por lo que éstas deben evaluar su estrategia y determinar cuáles son las más relevantes para ellas. Esto variará según el sector. Estas métricas deben ser fiables si van a influir en la remuneración de los ejecutivos; por lo tanto, se necesitarán procesos y controles sólidos, incluida la supervisión de la comisión del consejo que corresponda.
Por último, se plantea la cuestión de la cuantía de la remuneración que debe vincularse a las medidas a largo plazo. Hoy en día, en la mayoría de las empresas, el porcentaje del sueldo de los ejecutivos vinculado a medidas que reflejan el valor a largo plazo es bastante modesto. Pero, si las empresas quieren cambiar el comportamiento de los ejecutivos e impulsar el rendimiento a largo plazo, necesitan asegurarse de que una parte significativa de su sueldo está en juego. Basándose en su experiencia, los profesionales de remuneración de EY creen que vincular una horquilla del 15% al 25% de la remuneración a métricas a largo plazo, con objetivos de rendimiento claros, marcaría una diferencia significativa.
4. Compromiso
Aunque la participación de los grupos de interés no es un tema nuevo, muchas organizaciones siguen luchando por llevar la voz de los grupos de interés a la mesa del consejo de administración y por tener en cuenta realmente sus opiniones en la toma de decisiones. Por lo tanto, merece la pena volver a examinar los elementos necesarios para lograr un compromiso eficaz:
- Como punto de partida, las organizaciones deben definir sus principales grupos de interés. Si bien es cierto que hay un gran número de stakeholders potenciales para una empresa, es necesario priorizarlos y los consejos de administración deben tener claro quiénes son los más importantes.
- Una vez identificadas los grupos de interés, el siguiente paso es la estrategia de participación. Ésta debe tener en cuenta dos factores. Por un lado, se trata de conseguir que los stakeholders se unan para desarrollar la lealtad y la aceptación. Por otro, es importante que los consejos utilicen la participación para entender lo que es importante para estos colectivos. En otras palabras, se trata de entender sus necesidades y cómo influyen estas en la toma de decisiones del consejo de administración a la hora de crear valor a largo plazo.
- La estrategia de participación también debe ser pragmática. Puede que no sea posible que el consejo de administración se comprometa por igual con todos los grupos de interés, desde los proveedores hasta las comunidades. Por lo tanto, los consejos deben decidir con quién se relacionan directamente y con quién lo hacen indirectamente a través de los directivos.
- Por último, los consejos deben cerrar el ciclo de retroalimentación. Recibir información de una parte interesada clave no obliga a los consejos a actuar de acuerdo con su punto de vista. Sin embargo, debe haber una comunicación con la parte interesada sobre cómo se ha utilizado la retroalimentación, o de lo contrario la calidad de la relación se deteriorará.
Cada vez se presta más atención al compromiso entre los consejeros independientes y los inversores. Como punto de partida, sería valioso para este grupo de consejeros estar más atentos a las crecientes expectativas de los inversores en relación con el valor a largo plazo y los principios ESG. Sin embargo, si los directivos tienen una relación más directa con los inversores, es importante que adopten un enfoque de valor a largo plazo y tengan un profundo conocimiento del tema. Esto será fundamental para garantizar, no sólo que los consejos de administración desempeñen un papel eficaz, sino también que se logre un enfoque sobre el valor a largo plazo y los principios ESG en toda la empresa.
5. Autenticidad
Una orientación hacia el valor a largo plazo tiene importantes implicaciones en la forma en que las empresas comunican sus resultados. Por un lado, se trata de ser auténticos y responsables.
Esto significa estar abierto a comunicar tanto las buenas como las malas noticias. Tal y como analiza una reciente encuesta de EY sobre información corporativa, este cambio hacia una visión más amplia del valor y el rendimiento puede requerir cambios en el reporting corporativo no sólo en los marcos y las prácticas, sino también en la mentalidad. Esencialmente, las organizaciones deben adoptar una nueva cultura y mentalidad respecto a la información que comparten sobre sí mismas, una cultura basada en la autenticidad y la responsabilidad.
La presentación de informes eficaz y creíble con respecto a las métricas de valor a largo plazo — que establezcan los avances o la falta de avances — también es clave para la rendición de cuentas. En este sentido, unos comités de auditoría fuertes y eficaces tienen un papel de liderazgo clave para:
- Garantizar que la empresa aplique controles sólidos y eficaces que respalden la calidad de la información/informes financieros y no financieros, incluidos los parámetros de valor a largo plazo.
- Supervisar la solidez y fiabilidad de la información sobre riesgos.
La fiabilidad y la consistencia son cruciales para que los consejos de administración tomen decisiones con confianza y los grupos de interés utilicen la información para evaluar las perspectivas de futuro de la empresa y el flujo de caja.
Reinventar los informes empresariales
Por supuesto, la autenticidad y la rendición de cuentas no se producirán si las organizaciones siguen dependiendo principalmente en los marcos de información convencionales. Centrarse en el largo plazo requiere que las organizaciones pasen de un enfoque limitado a la información financiera retrospectiva a una visión de futuro basada en la información financiera y no financiera, incluida la divulgación de información ESG.
Se han hecho progresos significativos en el uso de métricas no financieras para medir y comunicar el rendimiento:
- El 69% hace un uso consistente de las métricas no financieras para establecer objetivos organizativos de rendimiento y crecimiento (el 39% "a menudo" y el 30% "siempre").
- El 65% dice lo mismo sobre la comunicación del rendimiento sostenible a los inversores (el 40% "a menudo" y el 25% "siempre").