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La irrupción de Donald Trump ha cambiado el foco de análisis y el comportamiento de los mercados

La aplicación de aranceles podría tener un efecto negativo en la evolución de la economía global y generar una guerra comercial superior a la ya vivida en el periodo 2018 – 2020

El primer mes de Donald Trump como presidente de EE. UU. no ha pasado desapercibido en los mercados financieros. El precio de la mayoría de los activos se está viendo afectado por todo tipo de especulaciones, mostrándose las cotizaciones a la expectativa de la evolución de los acontecimientos.

Hasta la fecha el comportamiento de los mercados dependía de la evolución de una serie de eventos y situaciones que generaban cierta incertidumbre y volatilidad. Estos factores eran entre otros: a) los efectos colaterales producidos por los síntomas de enfriamiento que muestran la mayoría de las economías; b) la preocupación existente por la tendencia de la inflación; c) las perspectivas a la baja de los tipos de interés y d) la continuidad de factores geopolíticos como la guerra entre Ucrania y Rusia, conflicto palestino-israelí o los problemas en el estrecho de Ormuz. Sin embargo, la irrupción de Donald Trump ha cambiado el foco de los análisis alterando el comportamiento de los mercados. Los nuevos pilares de este nuevo gobierno son “volver a hacer a Estados Unidos grande”. Para ello, ha iniciado una cruzada anti migratoria, están abandonando las regulaciones del gobierno anterior sobre la sostenibilidad y energía, están acordando rebajas fiscales e incluso, están realizando un importante ajuste del sector público a través del adelgazamiento del gobierno federal. Pero lo que más impacto está teniendo es el cambio radical en su política comercial a través de la aplicación de aranceles a la mayoría de sus socios comerciales que claramente van a dificultar las relaciones internacionales.

Hoy en día hay anuncios de aranceles genérales no materializados a China 10%, Canadá y Méjico 25% y un 10%-20% a la Unión Europea. También de forma directa al acero, aluminio, chips o productos farmacéuticos. Esta medida proteccionista en origen también va acompañada por anuncios de “aranceles recíprocos” también sin materializar. Según la mayoría de analistas, la aplicación de aranceles genéricos está por ver ante las negociaciones compensatorias que se están produciendo entre las partes afectadas y que seguro permitirán algún tipo de acuerdo. En el caso de los aranceles recíprocos o compensatorios, el tema es más complejo. El caso más claro es el sector del automóvil. Los coches europeos tienen un arancel en EE. UU. del 2,5%. Los coches norteamericanos al entrar en Europa lo tienen del 10%. Por lo tanto, existe una desigualdad que el más perjudicado quiere resolver.

Lo que está claro es que la aplicación de aranceles podría tener un efecto negativo en la evolución de la economía global y cabe la posibilidad de generar una guerra comercial superior a la ya vivida en el periodo 2018 – 2020.

En el caso de EE. UU., la aplicación de aranceles encarecerá los precios domésticos y hará más difícil la consecución del objetivo de inflación del 2%. Esta situación limitará a la Reserva Federal la posibilidad de seguir bajando los tipos de interés, hoy en día en el rango 4,25% - 4,50%. El precio del dinero se mantendrá más caro de lo esperado y afectará negativamente al consumo e inversión. El coste de La financiación de la deuda pública y privada será más caro. Esta situación podría provocar un descenso en las perspectivas de crecimiento norteamericano que ya la propia FED nos está anticipando en sus últimas previsiones, en las cuales espera que el PIB para el periodo 2025 – 2026 se podría mantener en el entorno del 2,0% con una ligera destrucción de empleo y una inflación que le costará alcanzar el 2%. Por lo tanto, esta nueva política de Donald Trump podría tener un coste para su propia economía de cerca de un 1% del PIB.

No obstante, y según la mayoría de los analistas, este escenario más negativo sería más para el medio plazo. En el corto plazo, la economía norteamericana esta robusta y resiliente. El año 2024 lo han cerrado con un crecimiento del 2,8%, pleno empleo en el 4,0% y una inflación alta del 3,0%. El dólar USA se mantiene fuerte en los mercados. Por lo tanto, no es de esperar cambios en la tendencia actual de la economía norteamericana en los próximos tres a seis meses.

Las zonas económicas más perjudicadas podrían ser China y la Unión Europea. En el caso de China esta nueva situación no le proviene en su mejor momento. La crisis económica y financiera que vive este país tras la ruptura de la burbuja inmobiliaria que estaban viviendo, solo le faltaba que uno de sus pilares del crecimiento, como es el comercio exterior, se vea limitado por aranceles y la pérdida de competitividad. A pesar de todo, las medidas impulsadas por el gobierno chino han permitido cerrar el PIB del 2024 en un inesperado 5,0% y una inflación en el 0,20%, cotizando su divisa CNY en niveles cercanos a los mínimos históricos frente a sus principales contrapartidas. Está por ver el impacto que tendrán los aranceles en este país, la mayoría de los analistas también lo cuantifican en un 1% del PIB chino para los años 2025 y 2026.

Con relación a la Zona euro, esta situación tampoco nos pilla en el mejor momento. Si bien nuestro saldo comercial con EE. UU. es positivo, pero no muy importante, hay países como Alemania, Irlanda o Italia cuyo impacto será mayor.

En el año 2024 las exportaciones europeas a EE. UU. fueron por 584.000 millones frente a los 357.000 de los norteamericanos. Por países Alemania exporta por 157.000 millones e importa por 71.000 millones. Italia 67.000 millones e Irlanda 51.000 millones. Por lo tanto y como viene siendo habitual en Europa, el impacto de esta situación será muy diferente en función del país de que se trate.

La Zona euro cerró el 2024 con crecimiento del 0,7% y una inflación del 2,5%. La fría situación económica está llevando al Banco Central Europeo a bajar continuamente los tipos oficiales de interés hoy en día ya en el 2,75% el de depósito y al 2,90% el de refinanciación. Los PMI empiezan a mejorar adelantando una cierta recuperación económica que se podría ver a lo largo de este año para alcanzar un crecimiento más cercano al 1,5%.

Los principales problemas de Europa provienen de la crisis económica que atraviesa un motor del crecimiento como es Alemania, así como de los problemas políticos de Francia. Sin olvidar el informe Draghi en el cual se razona adecuadamente como el exceso de regulación existente limita la competitividad y el crecimiento de la Unión Europea frente a sus principales contrapartidas.

En lo que respecta a Alemania está claro que su modelo económico está en crisis y necesita una drástica reforma. Su dependencia del exterior en materias primas y energía les ha restado bastante competitividad. En paralelo, su socio comercial más importante, China, también está en crisis. Todo ello los ha llevado a una importante crisis económica alcanzando en el 2024 un crecimiento negativo en el PIB del -0,2% tras el –0,3% del 2023. Lo que supone un claro escenario recesionario que ha desembocado con unas elecciones generales anticipadas. Para el 2025 se espera una cierta mejoría con un crecimiento medio entre el 0,5% y el 0,7%.

En relación con los tipos de interés en la Zona euro, lo normal es que sigan bajando hasta el 2,00% escenario ya descontado por los tipos de medio y largo plazo, ante los evidentes síntomas de enfriamiento económico y la posibilidad de que la inflación tienda al 2% por la propia coyuntura que atraviesa la situación económica europea.

Por ultimo y con relación a los mercados de divisas, el dólar USA se sigue beneficiando de la incertidumbre y de su elevado nivel en los tipos de interés. El rango de fluctuación en lo que va del año frente al EUR está limitado por 1,0142 – 1,0532. El mercado sigue sin descartar de forma puntual que se vuelva a cotizar la paridad. Desde un punto de vista técnico el rango amplio de comportamiento para lo que resta de año debería estar entre 1,0200 – 1,1200 USD/EUR. Sin embargo, seguimos en un entorno de alta incertidumbre y volatilidad que nos podría permitir ver cualquier cosa en los próximos dos o tres meses.


Resumen

El primer mes de Donald Trump como presidente ha alterado los mercados financieros, con la implementación de aranceles que podrían desencadenar una guerra comercial y afectar negativamente a la economía global. Aunque la economía de EE. UU. se mantiene robusta en el corto plazo, las previsiones a medio plazo son más negativas. China y la Unión Europea también se verán perjudicadas, especialmente Alemania, que enfrenta una crisis económica. La volatilidad en los mercados de divisas es alta debido a la incertidumbre global

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