Acerca de la “Materialidad”
Aunque pudiera parecer un tema menor, le dedicamos bastante tiempo a decidir si usábamos la palabra “materialidad” o si buscábamos otra expresión con menor carga “técnica”. Y es que “materialidad” no deja de ser un concepto técnico que, aunque muy conocido por quienes trabajamos en sostenibilidad, nos mete de lleno en la jerga y nos aleja de los gestores del negocio y del ciudadano.
¿De dónde viene la palabra materialidad? Aunque a más de un profesional de la sostenibilidad pudiera sorprenderle, la palabra materialidad no tiene su origen este mundo, sino que procede el campo financiero y de la auditoría. Desde la perspectiva de los auditores, la materialidad se refiere a “la magnitud de los errores o distorsiones en los estados financieros que, según su juicio profesional, podrían influir en las decisiones económicas de los usuarios que se basan en esos estados financieros”. Es un factor crucial en el proceso de auditoría, ya que guía la evaluación de la importancia relativa de las discrepancias encontradas durante la revisión de los estados financieros.
La materialidad en la auditoría financiera se regula en las International Standards on Auditing (ISA), que son elaboradas y emitidas por el International Auditing and Assurance Standards Board (IAASB), que es parte de la International Federation of Accountants (IFAC). Mas en concreto, la materialidad se aborda en la ISA 320 sobre "Importancia relativa o materialidad en la planificación y ejecución de la auditoría". Esta norma proporciona pautas sobre cómo los auditores deben considerar la materialidad al planificar y llevar a cabo una auditoría financiera. En el mundo financiero, la materialidad es un regulador del coste-beneficio a la hora de aplicar las normas contables: en definitiva la importancia relativa también es norma contable cuyo objetivo es buscar la imagen fiel en el conjunto de los estados financieros.
En el campo de la sostenibilidad, la materialidad se refiere a la importancia relativa de un tema o impacto ambiental, social o de gobernanza para una organización y sus stakeholders. En este contexto, la materialidad se evalúa para determinar qué aspectos deben ser incluidos en los informes de sostenibilidad de una organización. Este proceso implica identificar y priorizar los temas que son relevantes para la sostenibilidad de la organización y que tienen un impacto significativo en sus operaciones, desempeño y relaciones con los stakeholders. La evaluación de la materialidad en sostenibilidad ayuda a las organizaciones a conocer qué puede impactarles en su estrategia y en sus riesgos no financieros.
La primera referencia a la materialidad en el campo de la sostenibilidad aparece en 1999, en la norma AA1000, un estándar de contabilidad de sostenibilidad desarrollado por AccountAbility. La serie de estándares AA1000 proporcionaba orientación sobre la elaboración de informes de sostenibilidad, la evaluación de impactos sociales y ambientales, y otros aspectos relacionados con la responsabilidad corporativa. La consideración de la materialidad es fundamental en estos estándares para garantizar que los informes de sostenibilidad reflejen de manera precisa y significativa los impactos relevantes de una organización.
La aprobación de la Directiva 2022/2464 de 14 de diciembre de 2022 sobre información corporativa en materia de sostenibilidad (CSRD por sus siglas en inglés), ha supuesto un paso más al concepto, al consagrar la denominada “doble materialidad” en sus artículos 19 bis o 29 bis. La "doble materialidad" se refiere a la idea de que la divulgación de información no financiera o de sostenibilidad debe considerar tanto los impactos de la empresa en el medio ambiente y la sociedad (la "materialidad hacia afuera"), como los impactos del medio ambiente y la sociedad en las cuentas de la empresa (la "materialidad hacia dentro"). En otras palabras, la empresa debe informar sobre los aspectos que son materiales para sus stakeholders (accionistas, inversores, clientes, proveedores, empleados, comunidades…) y también sobre los aspectos que son materiales para su propia viabilidad a largo plazo. (Para apoyar a los profesionales y empresas que vayan a realizar la "evaluación de la doble materialidad", el EFRAG publicó en agosto de 23 agosto una guía, sujeta aún a cambios).
Resultados del IV Barómetro
Aclarado el concepto de materialidad… ¿cuáles han sido los principales hallazgos de este IV Barómetro? Los datos nos indican que la Gobernanza lidera las prioridades a las que tendrá que prestar atención la empresa española. Tanto para los profesionales de la sostenibilidad como para los CEO a través de las cartas publicadas en los informes financieros, la gobernanza está en la primera posición. En el Gráfico 1 se aprecia cómo los profesionales de la sostenibilidad incluyen en el Top 7, 4 items relacionados con el Gobierno Corporativo: “Gestión del entorno regulatorio”; “Digitalización y uso de tecnologías inteligentes” (aplicado a la gestión de datos y reporte); “Gestión de riesgos y control interno”; y “Ética empresarial y prácticas anticorrupción”. Destaca especialmente que, por primera vez en cuatro años, aparece en el Top 7 la “Gestión de riesgos y el control interno”. El Gráfico 2, además, muestra cómo la dimensión Gobierno Corporativo ocupa la primera posición tanto para los profesionales de la sostenibilidad como para los CEO a través de las cartas publicadas en los informes financieros, que hacen mención a este tema en el 41% de los casos.
Gráfico 1: Evolución de los TOP 7 temas prioritarios desde el COVID hasta hoy y previsión de futuro