¿Cuáles son los principales gases que producen el efecto invernadero y, en consecuencia, el calentamiento del planeta?
En España, según el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en 2019 los principales causantes del efecto invernadero fueron: el Dióxido de carbono (CO2) -con un 80,0%-, que se genera cuando se quema cualquier sustancia que contiene carbono, especialmente los combustibles fósiles, como carbón, petróleo o gas; el metano (CH4) -con un 12,2%-, que se produce de forma natural por la descomposición de la materia orgánica siendo las principales fuentes de emisión los humedales, el ganado y la energía; el óxido nitroso (N20) -con un 5,8%-, que se genera al producir fertilizantes, fibras y otros productos sintéticos; los hidrofluorocarburos (HFCs) -con un 2%-, que proceden de los aires acondicionados y sistemas refrigerantes; y otros con menor impacto, como los perfluororcarburos (PFCs), que proceden de la producción primaria de aluminio y de la incineración de plásticos y cerámicas, o el hexafloruro de azufre (SF6) que se utiliza ampliamente en los equipos eléctricos de alta tensión. El Gráfico 2 muestra estos datos.
¿Cuáles son los sectores que emiten más GEI?
En España, según el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el sector con más peso en el global de las emisiones GEI en 2019 fue el transporte por carretera (26,9 %), seguido de las actividades industriales (24,3 %), la generación de electricidad (13,7 %), la agricultura y ganadería (12 %), el consumo de combustibles en los sectores residencial, comercial e institucional (8,9 %), y los residuos (4,4 %). El Gráfico 3 muestra estos datos.
¿Qué es la huella de carbono corporativa y a qué se refiere el concepto de “alcances”?
La huella de carbono hace referencia al total de emisiones GEI generadas, que se clasifican, según su procedencia, en tres alcances diferenciados (Ver Gráfico 4).
- Alcance 1: Emisiones directas de GEI que proceden de fuentes que son propiedad de la empresa o están controladas por ésta. Por ejemplo, emisiones provenientes de la combustión en calderas, hornos, vehículos, etc., que son propiedad o están controlados por la compañía; emisiones provenientes de la producción química en equipos de proceso propios o controlados. La fórmula podría ser: “yo quemo combustibles, yo emito”.
- Alcance 2: Emisiones indirectas de GEI asociadas al consumo de electricidad. En este alcance se incluyen las emisiones de la generación de electricidad adquirida y consumida por la empresa (electricidad que es comprada, o traída dentro del límite organizacional de la empresa). Estas emisiones ocurren físicamente en la planta donde la electricidad es generada. La fórmula podría ser: “yo gasto electricidad que ha producido otro (el otro es el que emite)”.
- Alcance 3: Otras emisiones indirectas que constituyen una categoría opcional de reporte. Las emisiones del alcance 3 son consecuencia de las actividades de la empresa, pero ocurren en fuentes que no son propiedad ni están controladas por la empresa. En realidad, es un “cajón de sastre” con el resto de las emisiones derivadas de la actividad de una compañía, aguas arriba y aguas abajo.
¿Qué significa la neutralidad en carbono?
Técnicamente, significa que una compañía compensa y/o absorbe (o elimina) las emisiones de dióxido de carbono (CO2) derivadas de su actividad. En palabras simples, significa que una empresa se hace responsable de eliminar de la atmósfera y/o provocar una reducción de emisiones equivalente a las emisiones que ha generado. Sin embargo, este concepto, que parece sencillo, tiene más complejidad de la que parece; por ello, conviene ir deteniéndose en los diferentes conceptos que componen la frase:
- Reducciones (en inglés, abatements). Reducir emisiones significa que una compañía, de manera orgánica, optimiza sus procesos productivos para emitir menos GEI. Hay infinidad de alternativas como, por ejemplo, adquirir equipos y maquinaria más eficiente energéticamente o migrar la flota de transporte hacia vehículos eléctricos.
- Compensaciones (en inglés, offsets). Compensar GEI significa, por regla general, que la empresa “paga a terceros” voluntariamente un monto económico, proporcional a las emisiones generadas, para financiar proyectos que reduzcan una cantidad de toneladas de CO2 equivalente a la generada en su propia actividad. Salvo que la compañía tenga proyectos propios, esto consigue que “otro“ emita menos, pero lo que tú has emitido “no te lo quita nadie”. Estos proyectos pueden abarcar desde proyectos de energías renovables dirigidos a terceros, hasta la compra de derechos de emisión de carbono (a este tema, por su complejidad, le dedicamos un punto específico). Por ejemplo, Naciones Unidas ha creado una Plataforma para la compensación de la huella de carbono en la que se presentan muchos proyectos en los que invertir.
- Absorciones (en inglés, removals). Absorber GEI significa que se captura o se extrae CO2 de la atmósfera mediante una gama de tecnologías denominadas de emisiones negativas (plantas de absorción, secuestro biológico, ciertas prácticas agrícolas, restauración de humedales, etc) que reproducen el fenómeno de la naturaleza por el que se elimina el dióxido de carbono de la atmosfera a través de la descomposición de las rocas durante un largo período de tiempo. Se incluyen también aquí los proyectos de forestación o absorciones por sumideros naturales, que es de enorme importancia para la UE, que ha fijado el objetivo de 3.000 millones de nuevos árboles en 2030. Esto consigue que se reduzca la cantidad de GEI presentes en la atmósfera, logrando así el objetivo de reducir “el absoluto”.
¿Qué significa ser negativo en carbono?
En general, podríamos decir que una compañía es negativa en carbono (carbon negative en inglés) cuando, mediante iniciativas de reducción, compensación y/o absorción se reducen más emisiones de Dióxido de carbono (CO2) de las que se producen en su actividad.
¿Qué significa net zero?
Si la anterior definición sobre qué significaba ser neutro en carbono era menos sencillo de lo que parecía, en este caso, la complejidad es aún mayor. Una compañía será Net Zero cuando haya alcanzado su objetivo de reducción del conjunto de emisiones de GEI -no solo del Dióxido de carbono (CO2). Empieza a estar comúnmente aceptado que esa reducción se tiene que realizar siguiendo la metodología que propone la iniciativa Science Based Target (SBTi).
La iniciativa Science Based Target (SBTi), que surge en 2015 con el respaldo de cuatro de las organizaciones ambientales más prestigiosas (CDP, United Nations Global Compact, World Resources Institute y World Wild Fund for Nature), tiene como objetivo que las empresas fijen sus objetivos de reducción de sus emisiones de GEI “basados en ciencia” para limitar el calentamiento global a 2 °C o 1.5 °C, de acuerdo con lo establecido en el Acuerdo de París. En otras palabras, con esta metodología, se consigue “asignar” a cada empresa la cuota proporcional del objetivo que le corresponde a cada país para alcanzar la ambición descrita. Es el objetivo más ambicioso.
Según el nuevo estándar de SBTi para Net zero (de octubre de 2021), para que una empresa sea net zero, debe: (1) establecer un objetivo a corto plazo (a 5 ó 10 años) para alinearlo con la reducción de 1,5 °C; (2) lograr la reducción del 90% de emisiones a largo plazo (en 2050); (3) Reducir las emisiones en cadena de valor; y (4) eliminar las emisiones residuales que no se han podido reducir. El Gráfico 5 explica este modelo.
¿Qué diferencia hay entre ser neutral en carbono, ser carbon negative y alcanzar el net zero?
Podríamos decir que es una evolución que va de menor a mayor nivel de exigencia. En el nivel 1, una compañía podrá ser neutra en carbono cuando compense o elimine las mismas emisiones que emite Dióxido de carbono (CO2). En el nivel 2, una compañía podrá ser carbon negative cuando, mediante iniciativas de reducción, compensación y/o absorción se reducen más emisiones que las generadas Dióxido de carbono (CO2). En el nivel 3, una compañía podrá ser net zero cuando haya fijado sus objetivos de reducción basados en la ciencia (Science Based Target) y, además, haya eliminado sus emisiones residuales de la atmósfera del resto de GEI (las compensaciones no reducen el valor absoluto de las emisiones, por lo que no permiten alcanzar el objetivo de net zero). El Gráfico 6 ilustra de manera sencilla estos conceptos relacionados con el cambio climático.
¿Qué son las estrategias de adaptación y de mitigación al cambio climático?
La lucha contra el cambio climático es uno de los mayores desafíos que la humanidad debe afrontar. Las respuestas para hacerlo frente se agrupan en dos grandes categorías: La mitigación, que agrupa el conjunto de estrategias orientadas a reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero (GEI) y la adaptación, que agrupa las estrategias orientadas a limitar o evitar los riesgos y daños derivados del cambio climático.
Según definición del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico “las estrategias de mitigación persiguen reducir las emisiones netas a la atmósfera de Gases de Efecto Invernadero, que son, en última instancia, el alimento del cambio climático antropogénico”. Por su parte, las estrategias de adaptación son aquellas que “persiguen limitar los riesgos derivados del cambio del clima, reduciendo nuestras vulnerabilidades”; se trataría, por ejemplo, de proyectos de adaptación de infraestructuras situadas en la costa. Como reconoce el texto del Ministerio, “a pesar de ser estrategias diferentes, es importante reconocer que mitigación y adaptación son claramente complementarias: sin mitigación, nuestra capacidad adaptativa se verá más rápidamente desbordada. Por otra parte, una adaptación que no sea baja en emisiones de Gases de Efecto Invernadero carece de sentido, ya que intensifica el cambio cuyos efectos se desean evitar”.
¿Qué es el comercio de derechos de emisión?
El régimen de comercio de derechos de emisión comunitario es un mecanismo basado en el mercado, el precio del carbono viene determinado por la oferta y la demanda de derechos de emisión. El límite máximo de derechos garantiza la consecución de los objetivos medioambientales y la negociabilidad de los derechos garantiza que las reducciones se logran de manera eficiente desde el punto de vista de los costes. Este sistema pone precio al carbono y reduce el límite máximo de emisiones de determinados sectores económicos cada año. Se basa en el principio de “limitación y comercio”. En los 16 últimos años la generación de electricidad y la industria de gran consumo de energía, los sectores cubiertos por el régimen, junto con la aviación, han reducido en un 42,8% sus emisiones de GEI. Al ser un régimen basado en el mercado las reducciones se producen allí donde es más barato hacerlo. El mercado de derechos de emisión de la UE es el principal a nivel mundial.
Tal y como explica el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, “el comercio de derechos de emisión es un instrumento de mercado[2], mediante el que se crea un incentivo o desincentivo económico que persigue un beneficio medioambiental: que un conjunto de plantas industriales reduzcan colectivamente las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera”. En concreto, esas “plantas industriales”[3] serían centrales térmicas, cogeneración, otras instalaciones de combustión de potencia térmica superior a 20MW (calderas, motores, compresores, etc.), refinerías, coquerías, siderurgia, cemento, cerámica, vidrio y papeleras. Todas estas instalaciones tendrían el derecho (que se puede comprar o vender) a emitir una determinada cantidad de GEI a la atmósfera.
[2] La Unión Europea puso en marcha este mercado de CO2 el 1 de enero de 2005 con la Directiva 2003/87/CE, transpuesta al ordenamiento jurídico español por la Ley 1/2005). Este instrumento existe también en otros países y afecta a diferentes gases.
[3] En Europa habría más de 10.000 instalaciones, que generarían más de 2.000 millones de toneladas de CO2 (el 45% de las emisiones totales de GEI de la UE).
¿Qué implicaciones contables tiene para una empresa ser Net Zero?
Las NIIF (Normas Internacionales de Información Financiera) no se refieren de una manera explícita al cambio climático, pero las entidades deben tener en cuenta su impacto cuando sea material. Para ello a finales de noviembre de 2020, el IASB (International Accounting Standards Board), ha publicado un documento informativo (“educational material”) que facilita a las compañías entender las implicaciones contables. En concreto, en relación a la presentación de resultados (NIC 1), la valoración de existencias (NIC 2), el impuesto sobre ganancias (NIC 12), el inmovilizado material (NIC 16) y activos intangibles (NIC 38), el deterioro del valor de los activos (NIC 36), las provisiones, pasivos contingentes y activos contingentes (NIC 37), los instrumentos financieros e información a rebelar (NIIF 7 y NIIF 9) y la valoración del valor razonable (NIIF 13).