La Guía para la inversión en Infraestructura en Colombia habla de reactivación porque para para nadie es un secreto que a pesar de que Colombia se ha caracterizado por tener gobiernos comprometidos con el desarrollo de la actividad privada y la atracción y protección de la inversión, lo cual le ha permitido sobresalir en la región como un destino estratégico de relocalización y expansión, durante la pandemia del Covid-19, la economía colombiana, alineada con la dinámica mundial, se vio golpeada y en la pospandemia, necesita volver a ser dinamizada y potenciada.
Para lograr este renacimiento económico y comercial sumado al terreno ganado desde la adhesión de Colombia a la OCDE, el Gobierno se ha enfocado en atraer capital, a través de la creación de herramientas de facilitación para el establecimiento y expansión de inversiones que permitan lograr mayor eficiencia productiva en las empresas y el desarrollo de megaproyectos de inversión de alto impacto.
Esto sumado a la política de negociación y celebración de Acuerdos Internacionales de Inversión (AII) de los cuales hacen parte los Acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de Inversiones (APPRI), así como los Tratados de Libre Comercio (TLC) que contienen capítulos de inversión. La suscripción de este tipo de tratados internacionales representa un importante compromiso por parte del Estado de tratar de manera adecuada y respetuosa las inversiones extranjeras en su territorio bajo estándares internacionalmente aceptados.
Gracias a esto, como lo evidenció el informe Doing Business 2020 del Banco Mundial, Colombia se ubica en el tercer lugar entre los mejores países para hacer negocios en América Latina, superando países como Costa Rica, Perú, Panamá, Uruguay, Brasil y Argentina, entre otros.