Desde hace unos años, las compañías cotizadas de la Unión Europea vienen realizando un proceso de transición para adaptarse al nuevo requerimiento regulado por La Directiva 2013/50/UE de cara a la presentación de sus informes financieros anuales en formato XHTML (eXtensible HyperText Markup Language).
De esta manera, todos los emisores o compañías cotizadas en mercados regulados europeos se han visto sujetos a remitir de manera obligatoria el informe financiero anual elaborado conforme a las NIIF-UE de los ejercicios fiscales iniciados a partir del 1 de enero de 2021 en el formato electrónico único ESEF.
Ante la diversidad en la forma de reportar y las diferencias en cuanto a formato y contenido de los informes reportados previamente a la aparición de la norma, el objetivo de este nuevo formato de presentación es obtener una mayor homogeneidad y transparencia en la información financiera presentada por las entidades.
Esto se consigue tomando como base una taxonomía común propuesta por la ESMA (Autoridad Europea de Valores y Mercados) a toda la Unión Europea, para que sea aplicada por todas las entidades y puedan proporcionar su información financiera de manera estructurada, así como acorde a dicha taxonomía.
Principales retos ante el etiquetado ESEF
Para la mayor parte de estas compañías la elaboración y definición de sus informes en este nuevo formato ha supuesto un reto de cara a la presentación ante el organismo regulatorio, teniendo que afrontar desde la adaptación de los departamentos financieros a la utilización de nuevas herramientas desconocidas hasta el momento.
Este nuevo proceso de elaboración de reporting ha llevado asociados distintas tareas que en muchas ocasiones han sido abordadas por los departamentos financieros buscando apoyo en partners tecnológicos, identificándose los siguientes puntos clave:
- Selección y configuración del sistema software elegido para realizar el proceso de etiquetado y generación de ficheros en formato xhtml. Este primer proceso de elaboración del informe parte de la carga de los documentos, así como la taxonomía vigente en ese periodo.
- Realización del proceso de identificación y análisis de los epígrafes de cada uno de los estados financieros. En el supuesto de no detectar para algunos elementos una etiqueta acorde, realizar las extensiones de taxonomía según corresponda.
En el momento de tener dicho análisis, los emisores proceden al marcado o etiquetado de dichos estados financieros consolidados y notas con la tecnología iXBRL (inline eXtensible Business Reporting Language).
A partir del ejercicio de 2022 a este proceso se vuelve más complejo con la inclusión de las 241 notas de la memoria disponibles en la taxonomía que pueden ser aplicables, produciéndose así una revisión más exhaustiva y un trabajo más dedicado tanto por parte de las entidades como los auditores que revisarán sus informes.
- Validaciones funcionales y técnicas requeridas por la ESMA y el estándar XBRL 2.1.
- Generación del fichero xHTML que será reportado a la CNMV. Este fichero deberá cumplir con todos los requerimientos expuestos en la normativa. Aquí encontramos también el hándicap que pueden tener algunas de las herramientas existentes en el mercado, ya que muchos de las entidades componen el informe a partir de documentos confeccionados de manera independiente, por lo que dichas herramientas deben constar con alguna funcionalidad sencilla y ágil para unificar el informe final.
Lo que está por venir
De cara al futuro inmediato (previsto para 2023), se prevé un nuevo reto en este proceso de elaboración y envío de información, ya que también deberá ser reportado de manera obligatoria en formato xHTML el Informe de Sostenibilidad, que tendrá que ser incluido dentro del Informe de Gestión. Con ello se pretende limitar la actual heterogeneidad en el suministro de datos no financieros.
La aplicación de las actuales propuestas de la Comisión significa que los informes de sostenibilidad cobrarán más importancia.
Este nuevo requerimiento viene establecido por la Comisión Europea al publicar la propuesta para una Directiva sobre Informes de sostenibilidad corporativa (CSRD).
La aplicación de esta normativa ya no solo afectara a las entidades cotizadas, sino que también se aplicará a un abanico mayor de compañías que cumplan ciertos requisitos, entre las que destacan las: pymes cotizadas (>10<250 empleados), al tiempo que se mantienen todas las entidades con más de 250 empleados.
Actualmente esta normativa está en pleno proceso de definición y se están desarrollando los parámetros y las normas europeas que tendrán que ser reportadas, así como la taxonomía en el ámbito de sostenibilidad, en la que se prevé estarán presentes los seis campos básicos de información que figuran en la actual Directiva sobre CSR:
- Respeto de los derechos humanos.
- Asuntos de los empleados.
- Cuestiones sociales.
- Lucha contra la corrupción y el soborno.
- Mitigación del cambio climático.
- Adaptación al cambio climático.
Para la inclusión de estos indicadores en el formato ESEF, las entidades tendrán que disponer de herramientas que contemplen dicha funcionalidad y que apliquen la normativa.
Las herramientas que están prestando este soporte para la elaboración de cuentas anuales y asignación del etiquetado tanto de los estados financieros como las notas de la memoria en base a la taxonomía proporcionada por la ESMA, se están preparando para soportar esta nueva normativa y adaptándose a los posibles indicadores que puedan exigirse una vez queden definidos por parte de la entidad reguladora.
Debido a todos estos requisitos, cada vez son más las entidades que proponen como solución herramientas de Disclosure Managment o de reporting narrativo, que permiten a las empresas trabajar en un entorno colaborativo en el que los diferentes departamentos de la compañía pueden actuar sobre un mismo documento en su elaboración, confección y diseño, de manera eficiente y organizada con total seguridad y trazabilidad en todo momento, pudiendo conectarse a diferentes orígenes de datos, tanto financieros como no financieros.