Los mercados financieros siguen reflejando una alta volatilidad y un gran desequilibrio en los precios.
Los mercados financieros siguen reflejando una alta volatilidad y un gran desequilibrio en los precios manteniendo su foco de atención en la evolución de la inflación y en las perspectivas de recesión que están anticipando la mayoría de las economías. La incertidumbre sigue siendo la palabra más utilizada, más aún si incluimos otros factores que permanecen en el tiempo como los efectos de la guerra entre Ucrania y Rusia, la continuidad de la pandemia Covid-19 o el comportamiento de los mercados de materias primas y energía, que siguen reflejando, pero en menor grado, los cuellos de botella y problemas de suministro, cuyo efecto está siendo devastador en la tendencia de la inflación.
En este entorno, tanto los indicadores adelantados PMI como los de consumo e inversión siguen a la baja, dando lugar a una revisión generalizada de las perspectivas macroeconómicas en todos los países. Previsiones que están evolucionando de una forma negativa, pasando de un deseado escenario de desaceleración o aterrizaje suave de las economías, a un cambio de contexto tendente a una incómoda fase recesiva que se anticipa como probable para finales de este año o principios del 2023.
El ultimo organismo público en revisar a la baja sus pronósticos macroeconómicos ha sido la Comisión Europea, que sitúa el crecimiento económico para la Zona Euro en el 2022 en el 2,6% rebajándolo hasta el 1,4% en el 2023. Todo ello en un alto ambiente inflacionario del 7,6% para este año y del 4,0% para el siguiente. El Banco Central Europeo va en la misma línea situando el PIB 2022 de su área económica en el 2,8% y el 2023 en el 2,1%. Curiosamente anticipando de forma positiva la generación de empleo con una tasa de paro mínima en el entorno del 6,8% y una inflación alta en el 6,8% y 3,5% respectivamente. La Reserva Federal de EEUU es más dura en su opinión recortando el PIB 2022 y 2023 de su país al 1,7% desde el 5,7% del 2021 y una inflación para el 2022 en el 5,2% y del 2,6% en el 2023. De estos pronostico se deduce que la reactivación económica esperada para el 2022 se ha ralentizado, situándose el verdadero problema en el 2023.
En nuestro caso el Banco de España ya rebajo el pasado mes de junio las perspectivas del PIB para este año al 4,1% y al 2,8% el 2023. Durante el mes de julio, entidades como Funcas o el BBVA también han ajustado su pronóstico 2022 al 4,2% y 4,1%. Sin embargo, conforme pasa el tiempo las revisiones del 2023 han caído hasta el rango 1,8% - 2,0%. Todas ellas muy lejos de las pronosticadas el pasado mes de abril por el gobierno español. Con relación a la inflación el rango de estimación para 2022 se sitúa entre el 7,8% y 8,8% y el 2023 entre el 3,0% y 5,0%. En el caso de España también entendemos que la fase más dura de enfriamiento se producirá durante el primer trimestre del 2023.