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La metamorfosis: cómo la transformación digital y la inteligencia artificial van a rediseñar el nuevo rol del CFO


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La función financiera es una de las áreas con más tareas repetitivas y rutinarias, por lo que es altamente susceptible a la automatización y digitalización

En la última década, la digitalización y la inteligencia artificial (IA) han emergido como fuerzas transformadoras en todos los aspectos de nuestras vidas. Desde la comunicación hasta la industria, estas tecnologías han revolucionado la forma en que interactuamos, trabajamos y tomamos decisiones. En particular, el departamento financiero de las empresas ha sido testigo y actor principal de una evolución significativa impulsada por la digitalización y el uso de la IA.

El proceso de digitalización ya lleva décadas impactando en el ámbito empresarial con la aparición de los ordenadores, internet, móviles… Sin embargo, en los últimos años, con la aparición del análisis masivo de datos, la minería de procesos, la robotización, la automatización y las tecnologías OCR de lectura de documentos, el proceso se ha acelerado de manera exponencial, consolidando la transformación digital de las empresas y sus equipos.

En paralelo a este proceso, la inteligencia artificial ha surgido como una rama de la digitalización que busca desarrollar sistemas capaces de realizar tareas que normalmente requieren de inteligencia humana. A pesar de que en los medios se está empezando a hablar recientemente sobre esta tecnología, a raíz de desarrollos como el ChatGPT, no se trata de algo nuevo. Los primeros sistemas capaces de interpretar datos y llegar a conclusiones surgieron en 1943. No es hasta 1959 cuando surgieron los primeros sistemas basados en tecnología de Machine Learning. Sin embargo, ha sido en el siglo XXI cuando el proceso de desarrollo ha tomado velocidad de crucero, con el surgimiento del Deep Learning y la inteligencia artificial generativa en 2006 y 2017, respectivamente. Por lo tanto, se trata de tecnologías maduras que se encuentran en un proceso de transformación relevante y que recientemente están experimentando una implementación exponencial en la función financiera.

Se está generalizando un temor sobre los avances tecnológicos más recientes de la digitalización y la inteligencia artificial. En cierta medida se perciben como una amenaza a nuestra forma de vivir y trabajar. En el entorno laboral existe un riesgo de expulsión de cientos de profesionales valiosos por sistemas operativos complejos, motivo por el que se ve reflejado en el aumento de búsquedas sobre empleos que serán sustituidos por estas tecnologías. Uno de los patrones recurrentes en la historia económica en relación con las empresas y sus procesos de negocio, ya sea desde la revolución industrial a la introducción de los primeros robots en la década de 2010, es que todos estos avances generaron nuevas oportunidades de negocio, así como oportunidades laborales y de desarrollo profesional a los trabajadores y ejecutivos de las empresas. De hecho, un dato relevante a considerar es que aquellos países que destacan por tener un grado de desarrollo tecnológico superior, como pueden ser Japón, Corea del Sur y Alemania, son economías con tasas de ocupación y productividad superiores a la media. Lo que viene a reflejar que los avances tecnológicos bien dirigidos se convierten en grandes oportunidades para los actores del ecosistema empresarial.

La función financiera es una de las áreas con más tareas repetitivas y rutinarias, por lo que es altamente susceptible a la automatización y digitalización. En este sentido, la combinación de la digitalización y la IA ha revolucionado la función financiera de las empresas en múltiples aspectos. Desde el procesamiento del lenguaje natural para la automatización de la atención al usuario, hasta el análisis de datos para la detección de patrones y tendencias, o incluso la lectura de contratos complejos y su interpretación. Este proceso de digitalización ha llevado a la automatización acelerada de tareas rutinarias, eliminando la dependencia de los procesos manuales y reduciendo el riesgo de errores humanos. La digitalización también ha permitido una mayor accesibilidad a los datos financieros, facilitando un análisis más detallado y una toma de decisiones más ágil y sólida.

Por ello, en los últimos años, hemos visto como el proceso de digitalización combinado con la implementación de la IA ha permitido obtener eficiencias al automatizar los procesos financieros manuales que consumen tiempo y no aportan un alto valor añadido. Además, ha mejorado la capacidad de prever riesgos financieros, detectar fraudes, identificar oportunidades de inversión y optimizar la gestión de los recursos económicos mediante un análisis de datos más avanzado y preciso.

Todos estos avances representan una oportunidad para que la función financiera, y en concreto la función del CFO, gane aún más relevancia en las organizaciones. Este proceso supondrá una evolución natural a medida que el CFO pueda liberarse de tareas de control de la corrección de los cierres contables, revisión del control interno y funciones de compliance, gracias a que los sistemas irán adoptando estas tecnologías y apalancando cada vez más las funciones de control en ellos. Dicha evolución está generando una transformación en los skills necesarios, ya que a medida que la IA y la digitalización se implementen de una manera más transversal en todo el departamento financiero de las empresas, las funciones de interpretación de los datos, así como de la toma de decisiones del CFO cobrará aún más relevancia. Este proceso de transformación apalancado en la tecnología va a requerir que el CFO esté al día de los últimos desarrollos y tenga la capacidad de entender cuales se adaptan mejor a sus organizaciones y al cumplimiento de los objetivos estratégicos que estas tengan definidos.

Por otro lado, las infraestructuras informáticas permitirán tener información de manera inmediata y de calidad para tomar decisiones de inversión, optimizar la gestión de tesorería, analizar el comportamiento de los clientes para identificar oportunidades y aumentar los márgenes, así como pronosticar con rapidez y precisión en diferentes ámbitos, facilitando la toma de decisiones y optimizando la gestión de los recursos económicos. En resumen, el CFO del futuro tendrá un impacto mucho más profundo y transversal en las diferentes áreas de negocio y permitirá que todas las áreas de la empresa, desde operaciones y estrategia hasta marketing, tomen decisiones de calidad y de manera inmediata. Su principal activo será la gestión, mantenimiento del dato y análisis de este para el beneficio de la empresa en su conjunto, más allá del área financiera. Este acceso a más información y de mejor calidad, va a permitir al CFO tener una visión transversal de los procesos de negocio, lo que le va a suponer que vaya asumiendo un rol más estratégico en las organizaciones.

En conclusión, la digitalización y la inteligencia artificial han transformado la función financiera empresarial, y el CFO ha jugado, juega y va a jugar un papel fundamental en este proceso evolutivo. La adopción de estas tecnologías ha permitido al CFO optimizar procesos, mejorar la toma de decisiones y desempeñar un papel estratégico en el éxito de las organizaciones del futuro.


Resumen

En los últimos años, hemos visto como el proceso de digitalización combinado con la implementación de la IA ha permitido obtener eficiencias al automatizar los procesos financieros manuales que consumen tiempo y no aportan un alto valor añadido. Además, ha mejorado la capacidad de prever riesgos financieros, detectar fraudes, identificar oportunidades de inversión y optimizar la gestión de los recursos económicos mediante un análisis de datos más avanzado y preciso.


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