El International Standard Accounting Board (IASB) está preparando la emisión final de una nueva norma contable: IFRS 18 Estados financieros primarios, que sería publicada este abril y entraría en vigor para los ejercicios a partir de 2027. Esta nueva norma es la respuesta a las demandas de los usuarios de la información financiera de una mejora en la comunicación del rendimiento financiero.
Sin entrar en los detalles del contexto y de los antecedentes de la norma, que son amplios, merece la pena reflexionar sobre el resultado operativo. Los usuarios de la información solían mostrar cierta preocupación sobre el hecho de que las normas contables IFRS no definen, para la cuenta de resultados, un subtotal entre “ingreso” y “resultado antes de impuestos”. El IASB observó que, en una muestra de 100 entidades, 63 de ellas habían reportado y utilizado el subtotal de resultado operativo, pero habían utilizado hasta nueve métodos distintos para calcularlo.
¿Cuál es la situación en España? Si observamos las cuentas de resultados en IFRS de emisores españoles quizá se haga un mayor uso del resultado operativo en comparación con el análisis del IASB. Al observar las 50 entidades cotizadas más grandes por capitalización bursátil del mercado continuo español, un 86% de ellas utiliza un subtotal de resultado operativo, una cifra significativamente más alta que el 63% que observó el IASB. Siguiendo con estas 50 entidades españolas, hay diversidad en práctica en el nombre del subtotal: resultado de explotación, resultado de actividades operativas, resultado de las operaciones, ganancia o pérdida de explotación, etc. En esta línea, un 38% de dichas entidades utiliza más de una medida operativa de rendimiento, o subtotal, en la cuenta de resultados. Por ejemplo, se utiliza el subtotal de “margen”, “margen bruto”, etc. Por otro lado, un 44% de esta población analizada utiliza un subtotal para expresar el resultado financiero.
Podríamos decir que en España hay cierta cultura contable de utilizar el resultado operativo y resultado financiero a la hora de emitir en IFRS. Recientemente, el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC) ha conmemorado los 50 años del Plan General de Contabilidad (PGC). Quizá aquí está la respuesta a esta cultura. El PGC de 1973 tenía un grupo de cuenta de resultados, que, a su vez, tenía un subgrupo de resultados de explotación separado de los resultados extraordinarios. Estos usos y costumbres se desarrollaron en mayor medida en el PGC de 1990 que presentó un modelo de cuenta de pérdidas y ganancias que proponía subtotales de resultados de explotación. Y el PGC actual, el del 2007, también desarrolla un modelo de cuenta de pérdidas y ganancias con subtotales: resultado de explotación y resultado financiero.
Cincuenta años en los que los modelos del PGC han sido una referencia y nos ha encaminado hacia una cultura común que nos ha funcionado para analizar la situación financiera de las entidades. Pero el modelo de la IFRS 18 es distinto y no hay más alternativa que adaptarse. La IFRS 18, entre otros cambios, propondrá tres nuevas categorías para buscar una estructura consistente en la cuenta de resultados: operativa, inversión y financiación; así como los dos nuevos subtotales que se requerirán: resultado operativo y resultado antes de financiación e impuestos.
Hay tiempo para cambiar. Pero ya no es solo un tema cultural de cómo hemos convivido con las normas contables, sino que vendrá acompañado de la necesidad de adaptar sistemas y el control interno que gobierna el dato. Es importante estar atento a la evolución de esta nueva norma, que sin duda va a estar muy presente en los próximos años.