Compromiso empresarial para reinventar España

Las secuelas económicas de la pandemia no deben truncar la recuperación, el crecimiento de la actividad y el empleo, y los planes de estímulo e inversión impulsados desde mediados de 2021

Desde EY enfrentamos esta fase de recuperación con una mezcla de realismo, esperanza y compromiso.

Realismo, conscientes de que la economía mundial ha enfrentado una crisis , cuyo impacto ha sido desigual entre países, sectores y colectivos, arriesgando acrecentar las desigualdades que ya veníamos observando, y con ello, las tensiones sociales. La globalización, el cambio tecnológico y la demografía ya venían impulsando importantes procesos de cambio o megatendencias, que tendrán un impacto importante en el orden global, sociedades y economías, compañías y mercados y familias e individuos; y que se han acelerado.

Esperanza, gracias al impulso de la vacunación, la aceleración de los niveles de actividad, el incremento de la demanda interna y de las exportaciones, y confianza porque según se han ido levantando las restricciones, se han lanzado planes de estímulo e inversión, y podemos aprovechar la experiencia que hemos acumulado.

Y enfrentamos también esta fase de recuperación con compromiso, porque la pandemia ha reforzado nuestra conciencia de que asistimos a un aumento de la complejidad y de los riesgos que es preciso gestionar. Compromiso para adaptarnos a las necesidades y acompañar a nuestros clientes en los retos que tienen por delante. Cambiando la forma en que les prestamos nuestros servicios, y apalancándonos cada vez más en soluciones tecnológicas. Atrayendo, desarrollando y formando talento diverso, perfiles cada vez más diferentes que sean capaces de trabajar en red con profesionales externos. E invirtiendo intensamente para poder convertir en oportunidades los desafíos que tenemos por delante.

Con el mismo propósito de reinventarnos que rodea este Forbes Summit Reinventing Spain, en EY estamos ejecutando a nivel global un plan de inversión centrado en las personas, la tecnología y los sistemas de gestión de la calidad, con una inversión conjunta de 10.000 millones de dólares para los tres próximos años en el marco de nuestra estrategia corporativa NextWave, que nos permitirá ampliar nuestras capacidades para ayudar a nuestros clientes, a nuestros profesionales y a las comunidades en las que trabajan los equipos de EY.

Enfrentamos así esta recuperación, comprometidos con el crecimiento de nuestra compañía, pero, sobre todo, comprometidos con el entorno en el que vivimos, con la creación de valor a largo plazo en las cuatro dimensiones que lo caracterizan: el valor social, el valor financiero, el valor para nuestros clientes y el valor para nuestros profesionales.

La pandemia ha acelerado muchas tendencias, desde la digitalización a la conciencia sobre el cambio climático, pasando por la necesidad de impulsar un tejido productivo más sostenible pero también más autónomo y con propósito. Por eso ahora es más importante que nunca asumir el tránsito hacia un capitalismo humanista que tiene en cuenta a todos los stakeholders con el fin de crear valor sostenible a largo plazo. Un nuevo contrato social, donde la empresa interactúe con el Estado y la sociedad en la construcción de un propósito común.

En un momento de incertidumbre radical necesitamos colaboración radical a todos los niveles. Colaboración entre el sector público y el sector privado; colaboración entre grandes empresas y pymes que tienen talento, pero carecen de escala; colaboración entre agentes sociales cuyos intereses no siempre coinciden pero que saben que con acuerdos se llega más lejos o colaboración entre las instituciones y una sociedad civil que quiere participar.

Y en ese contexto los directivos empresariales tenemos mucho que decir y aportar. Decía Winston Churchill que “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”. Y yo añado, que el CEO cumple con su misión corporativa cuando se compromete con la creación de valor en el largo plazo para la sociedad y no exclusivamente con la próxima presentación de resultados anuales.

Publicado en Forbes