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El PERTE agroalimentario, ¿suficiente para transformar el sector?

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El PERTE aprobado en febrero ha dotado con 400 millones de euros, 250 de ellos para las empresas vía préstamos.

Hace ya algún tiempo recibimos con entusiasmo la noticia de las ayudas para la transformación económica de la Unión Europea en forma de fondos Next Generation. Desde ese momento las empresas -me refiero al sector de alimentación y bebidas en España- empezaron a dibujar cómo aprovechar esos fondos para competir mejor y dejar atrás la crisis.

Los fondos NextGen nos daban la oportunidad de abundar en la importancia de la digitalización, la ciberseguridad, la sostenibilidad o de potenciar la trazabilidad y seguridad alimentaria. Surgieron muchas ideas, tanto individuales a través de las empresas, como conjuntas, a través de asociaciones como la FIAB (Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas) y su Centro de Digitalización de Empresas. Por fin se podría dar el salto y ganar velocidad en el proceso de transformación de las empresas del sector: el 98% pymes. El momento para mejorar la competitividad, crear valor a través de la mejora de la relación con los clientes y los consumidores o perfeccionar los aspectos de internacionalización.

No en vano, el agroalimentario es el primer sector industrial, eje fundamental y estratégico del el crecimiento y desarrollo económico y social de nuestro país. Lo reflejan magnitudes, como que la industria de alimentación y bebidas ha alcanzado una producción de 129.854 millones de euros y un Valor Añadido Bruto (VAB) de 24.594 millones, según el Informe Económico 2020. Un sector que representa un 2,4% sobre el VAB total de la economía española y un 14,75% sobre el total de la industria. Y ocupa a unos 500.000 trabajadores, el 21% de la industria manufacturera, según el Informe de Empleo 2021.

Su especial estructura, -integrado por 30.000 empresas, en su mayoría pymes, su enorme capilaridad y su capacidad- vertebran el territorio, contribuyen a buscar modelos de producción más sostenibles, ponen en valor nuestro territorio e impactan de forma positiva en nuestros Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Su labor durante el periodo de pandemia asegurando los bienes de primera necesidad ha sido reconocido en toda Europa.

Sin contar los millones de turistas que nos visitan cada año, atraídos en gran parte por nuestra oferta gastronómica, contribuyen a nuestra potencia exportadora en el sector: 33.945 millones de euros.

Pero el entusiasmo inicial por los fondos europeos pasó a generar incertidumbre sobre cómo aprovecharlos al máximo. Surgen preguntas relacionadas a si estos fondos serán suficientes en función de lo atomizado y heterogéneo del sector, y si la forma en su diseño encaja en la estructura, mayoritariamente pymes de nuestra industria.  El Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) aprobado el pasado febrero ha dotado con 400 millones de euros, 250 de ellos para las empresas vía préstamos. La expectativa era mayor en cuanto a la dotación y su posible efecto transformador para el sector. Adicionalmente, el PERTE está orientado a tres grandes bloques -competitividad, sostenibilidad y trazabilidad y seguridad alimentaria- y obliga a incluir actuaciones en dos de los tres bloques citados, debiendo ser uno de ellos el de trazabilidad y seguridad alimentaria. El requisito hace que muchas empresas y sobre todo pymes, por su propia estructura, experimenten ciertas barreras o dificultades para optar a estos fondos.

¿Y ahora qué? La invasión en Ucrania, la escalada inflacionista por el encarecimiento de las materias primas energéticas y la crisis del transporte nos hacen ver el futuro con más nubes que claros.

A pesar de todo, el sector ya ha demostrado su resiliencia y el gen emprendedor y empresarial del que está dotado. Toca estar unidos y no renunciar a la oportunidad única que, a pesar de todo, nos dan los fondos NextGen, poniendo el foco en los intereses comunes de las empresas. Nuestra unión es más importante que nunca para no permitir que la tarta se haga pequeña, consiguiendo así el efecto contrario y perdiendo competitividad respecto a nuestros vecinos europeos.

Es hora de demostrar una vez más que este sector unido es resiliente, innovador y debe ser el motor económico y social de este país.

Publicado en Murcia Economía

Resumen

El PERTE aprobado el pasado febrero ha dotado con 400 millones de euros, 250 de ellos para las empresas vía préstamos. La expectativa era mayor en cuanto a la dotación y su posible efecto transformador para el sector. Muchas empresas y sobre todo pymes, por su propia estructura, están experimentando ciertas barreras o dificultades para optar a estos fondos. No obstante, toca estar unidos y no renunciar a la oportunidad única que, a pesar de todo, nos dan los fondos NextGen, poniendo el foco en los intereses comunes de las empresas.


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