En la medida en que todos los instrumentos internacionales (TCFD), europeos (CSRD y ESRS) y nacionales (Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética) ponen especial énfasis en el riesgo climático, en la segunda jornada quisimos entender cómo identificar, evaluar y gestionar estos riesgos como un riesgo más de inversión. Porque, cuando hablamos de cambio climático no sólo hablamos de mitigación (reducción de emisiones de gases de efecto invernadero), sino también de adaptación (reducción de impactos de las consecuencias del cambio climático y aprovechamiento de oportunidades asociadas).
Para abordar estos requerimientos, Elena Fernández (Associate Partner de EY España) presentó cómo están gestionado las empresas españolas los riesgos climáticos para responder a TCFD, a la CSRD y a la normativa española sobre cambio climático y transición energética. Por su parte, Hugo Bombín (Senior Manager de EY España) presentó ESG CAP, la solución de EY para gestionar el riesgo climático.
En el debate posterior, participaron Verónica Montalbán (Gerente de Análisis y Planificación de LAR España) y Carlos Ruiz (Chief Sustainability Officer de Acerinox) y desde la experiencia diaria de sus dos empresas, nos ayudaron a sacar algunas conclusiones. Ahí van algunas:
- Aunque el Real Decreto que desarrolle el artículo 32 de la ley española de cambio climático (el relativo al informe preceptivo de las empresas afectadas por la ley sobre riesgo climático) esté en tramitación, conviene empezar a trabajar ya sobre las futuras exigencias; afortunadamente, estas exigencias no difieren apenas de las recomendaciones de TCFD en las que ya llevan tiempo trabajando muchas compañías: estrategia, gobernanza, gestión de impactos, riesgos y oportunidades; y métricas y objetivos. En este sentido, la conclusión es idéntica a la del primer día: conviene no dejarse todos los “deberes” para el día de “antes del examen”.
- Los riesgos climáticos son también riesgos con impacto financiero, por lo que tienen que incorporarse en el mapa general de riesgos de la compañía. Es decir, hay que avanzar hacia un mapa de riesgos único en la compañía, porque los riesgos ESG, y especial, los climáticos, tienen también impactos financieros significativos.
- A pesar de la complejidad, ya hay metodologías para identificación, evaluación, gestión y mitigación del riesgo climático. Conviene ir paso a paso, comenzando por los riesgos físicos (ubicación), continuando con los riesgos de transición (modelo de negocio), y terminando con la evaluación de los riesgos en función del grado de exposición y vulnerabilidad de los activos. Aunque con sus características propias, para la gestión del riesgo climático hay que apoyarse en la experiencia adquirida durante años para la gestión del riesgo financiero.
- No hay una única forma de presentar el informe de riesgo climático, ya que, previsiblemente, cada institución que demande a una empresa esta información querrá poner foco en uno u otro aspecto. Por ello, aunque las compañías dispongan de un único informe de riesgo climático, previsiblemente, y sobre la base de ese informe, harán documentos específicos para dar respuesta a las diferentes demandas de información.