ey-dam-at-end-of-fassa-valley-in-dolomites-background

III Global Climate Risk Disclosure Barometer de EY

¿Por qué si crece el reporte en cambio climático (según recomendaciones TFCD) no avanzamos en la descarbonización?

Desde que en 2017 se lanzasen las primeras recomendaciones de la Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD), muchas compañías empezaron a informar sobre los riesgos y las oportunidades asociados al cambio climático debido al creciente interés que los inversores ponían en esta materia para entender cuánto había permeado la gestión del cambio climático en la cadena de valor de las compañías. Un solo dato refleja la importancia de estas recomendaciones: el 67% de los inversores las usan “significativamente” y un 78% de ellos considera que tienen un “impacto” importante en sus decisiones de inversión.

Esta Task Force se constituyó por el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) en 2015 como un medio para coordinar las divulgaciones entre las empresas afectadas por el cambio climático. Tras las primeras recomendaciones de junio, 2017, se realizarían posteriormente revisiones en septiembre de 2018 y junio 2019. En concreto, se han definido 11 recomendaciones que cubren cuatro aspectos (ver Cuadro 1): Gobernanza (2 recomendaciones); Estrategia (2 recomendaciones); Gestión de Riesgos (4 recomendaciones); y Métricas (3 recomendaciones). 

Cuadro 1. Elementos centrales de las 11 recomendaciones de la TFCD para reportes financieros relacionados con el clima

Fuente: EY sobre recomendaciones TFCD

Tan importante ha sido el seguimiento que han hecho empresas e inversores sobre estas recomendaciones que, desde 2018, EY viene realizando el Global Climate Risk Disclosure Barometer, en el que se analiza cómo las empresas reportan sus riesgos y oportunidades climáticas en estas 4 materias. Para ello, en la tercera edición de este Barómetro se han analizado los datos públicos de cerca de 1.100 compañías de 42 mercados en todo el mundo y en 11 sectores de actividad. En el caso de España, el estudio recoge la información pública de 39 empresas.

¿Cuáles han sido las principales conclusiones a nivel global?

A nivel global, podríamos decir que la principal conclusión, en línea con informes de los años anteriores, es que el de la cantidad de información (lo que en el estudio se denomina Cobertura y que se calcula como el porcentaje de recomendaciones reportadas sobre el total, 11) sigue siendo mejor que la calidad de la información: la cobertura media es del 70% mientras que la calidad de la información alcanza el 42%. (Ver Cuadro 2). Es decir: la información es mayor que los avances reales para descarbonizar la economía.

Los datos indican que casi el 50% de las empresas tienen una cobertura del 100%, pero sólo el 3% recibió una puntuación del 100% en calidad, lo que demuestra que hay gran posibilidad de mejora. En otras palabras: cada vez hay más compañías reportando sobre el clima, aunque muchas solo lo hagan a efectos de información.

Los datos también indican que, en promedio, las empresas informaron mejor sobre la gobernanza (45% en calidad /71% en cobertura) en comparación con la información relativa a la estrategia (38%/65%) y la gestión de riesgos (41%/68). Sin embargo, es interesante comprobar cómo, en materia de métricas (45%/75%), los resultados son mejores, quizá porque las empresas o bien se sienten más cómodas explicando lo que están tratando de conseguir y menos cómodas explicando cómo conseguirlo, o bien porque existe una tendencia a establecer objetivos ambiciosos antes de tener un camino claro para conseguirlos.

Cuadro 2. Resultados generales de las recomendaciones del TFCD

Fuente: EY

¿Cuáles han sido las principales conclusiones a nivel europeo?

En el caso europeo, donde la regulación del carbono es muy madura, la calidad y la cobertura de los informes están en niveles altos, debido, sobre todo, a la presión regulatoria y de los stakeholders. En el artículo que publicábamos recientemente, Sostenibilidad: El Tsunami regulatorio que viene, explicábamos cómo el paquete legislativo procedente de la UE en materia ESG era tan exhaustivo que llegaría a transformar el modelo de negocio de muchas compañías europeas.

Por eso, los datos de Europa son muy destacados y se aprecia ya cómo las empresas y los emisores europeos han iniciado la transición hacia la descarbonización, estableciendo objetivos y planes de acción para reducir las emisiones un 55% en 2030, sobre bases de 1990, y alcanzar un continente neutro en carbono en 2050.

El estudio diferencia entre Western/Northern Europe, donde el binomio calidad / cobertura es del 58% / 84%, y Southern Europe, (43% / 62%). El caso de UK, ya fuera de la Unión Europea, es muy significativo, porque ha establecido que el reporte según las recomendaciones de la TCFD sea obligatorio por ley para 2025, aunque parte de ese paquete legislativo entrará en vigor en 2023; por ello, el binomio calidad / cobertura de UK es del 66% / 94%.

¿Y España?

El caso español es una excepción dentro de Europa del sur y los datos así lo acreditan: según el estudio de EY, el binomio calidad / cobertura en el caso español fue en 2020 del 64% / 81%, en línea con países como Francia, Alemania o Suecia, por detrás de Finlandia, Noruega y Dinamarca, pero muy por delante de países como Italia y Portugal (ver cuadro 3).

Cuadro 3: El caso de España en las recomendaciones del TFCD

Fuente: EY

Entonces, si crece el reporte… ¿por qué no se avanza en descarbonización?

Esta, quizá, sea la pregunta clave, porque lo cierto es que los resultados muestran mejoras interanuales en la presentación de informes, aunque aún hay un amplio margen de mejora para que las empresas comprendan y actúen sobre su exposición actual y futura al riesgo y la oportunidad climáticos. En otras palabras, el estudio sugiere que es necesario pasar del reporte a la realidad… de la información a la descarbonización real.

Quienes firmamos este artículo pensamos que hay tres motivos para explicar este desajuste entre calidad y cobertura (entre realidad e información): primero, porque es posible que el reporte en materia climática -que ha crecido mucho en los últimos años- se utilice más para responder a exigencias de información de inversores y stakeholders, que como palanca de gestión y transformación interna; segundo, porque las empresas quizá se sientan más cómodas explicando aquello que están tratando de conseguir y menos cómodas explicando cómo conseguirlo; y tercero porque hay una tendencia natural a establecer objetivos ambiciosos antes de tener un camino claro para conseguirlos.

Para ello, el estudio sugiere tres líneas de avance: establecer una mejor conexión entre el reporte y los riesgos y oportunidades (es necesario incrementar la gestión en el alcance 3); establecer escenarios climáticos robustos (es clave entender cómo las oportunidades y los riesgos climáticos pueden transformar el negocio); e implicar a los proveedores (es vital implicar a la cadena de suministro en la reducción de emisiones porque así podrá actuar sobre toda la cadena de valor de la compañía).

Confiamos que el cuarto barómetro, el correspondiente al ejercicio 2021, nos traiga la buena noticia de que gap entre cobertura y calidad se ha reducido progresivamente.

Resumen

El estudio EY Global Climate Risk Disclosure Barometer hace un seguimiento sobre la manera en la que las empresas reportan sus riesgos y oportunidades climáticas en materia de gobernanza, estrategia, gestión de riesgos y métricas, analizando los datos públicos de aproximadamente 1.100 compañías de 42 mercados en todo el mundo y en 11 sectores de actividad. En el caso de España, se recoge la información pública de 39 empresas.


Acerca de este artículo

Autores

Últimas tendencias

Sostenibilidad: El Tsunami regulatorio que viene (I)

Europa podría liderar la transformación hacia un modelo económico sostenible basado en la lucha contra el cambio climático.