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Galicia verde y azul

El agua es vida y calidad de vida; bienestar y desarrollo; presente y futuro.

Estratégica y escasa. Insustituible. No podemos imaginar nuestra vida sin agua, como no podemos imaginarla sin energía. Debemos dedicar el presente a lograr un futuro próximo con energía limpia y una gestión sostenible del agua.

La política del agua debe atender a la conservación, protección y mejora del medio hídrico natural, al agua como bien para consumo y factor de producción. La debida planificación debe ser fundamental en la gestión del agua. Además de una exigencia legal, es imprescindible para conocer la realidad y necesidades hídricas de cada zona y poder atender a las demandas y protección del medio ambiente.

En el 2015 se acordaron en el Consejo Nacional del Agua los planes hidrológicos de cuenca 2015-2021 de aquellos ríos que dependen del Estado, como el Miño-Sil, Duero y Cantábrico occidental que se extienden por Galicia, aprobados con el mayor grado de consenso nunca logrado. Galicia-Costa cubre el resto, y su plan hidrológico recae sobre la Xunta. Todos se aprobaron en el 2016.

España se caracteriza por sus recursos hídricos escasos e irregularmente repartidos. La disponibilidad del agua es inferior a la de los países de nuestro entorno, aproximándonos a ellos gracias a las infraestructuras que lo posibilitan. Solo un 10 % del recurso hídrico español podría ser aprovechado si no se alterara artificialmente el régimen natural. En Galicia este porcentaje se duplica.

Galicia es verde y es azul, pero también tiene problemas con el agua. En materia de agua no hay un problema, sino la suma de muchos y muy diversos. Es un asunto global, urgente y universal que requiere toda nuestra atención. La riquísima naturaleza gallega, se torna en dificultad a la hora de abordar la política del agua, añadiendo complejidad a la convivencia del uso de los recursos hídricos y su protección.

Gran parte de la población en Galicia se abastece de agua proveniente de manantiales, que proveen agua si las lluvias no cesan. La sequía del año 2017 debe recordarnos la fragilidad del suministro. Además, es la comunidad autónoma con más núcleos de población de España, condicionando la gestión del agua en lo que al abastecimiento, saneamiento y depuración se refiere.

Por todo ello, resulta encomiable la iniciativa de la Xunta de mejorar la gestión del agua. Con la propuesta de ley actualmente en tramitación, se pretende dotar de un nuevo modelo de gestión que garantice la calidad y eficacia del agua, ofreciendo la Xunta su mayor implicación en el funcionamiento y financiación de infraestructuras, para un uso más eficaz, solidario, sostenible e integrado.

En España «nos han caído hasta 140.000 millones de euros» de la Unión Europea en el Marco de Next Generation EU. La UE impone que se destine, al menos el 37 %, a transición ecológica, al crecimiento de nuestra economía, empleo y también a cumplir con las recomendaciones del semestre europeo, como la inversión en la gestión de los recursos hídricos.

La UE ha puesto a disposición de España unos recursos financieros, sin precedentes. Disponemos de la planificación y de los recursos económicos necesarios para poder hacerla realidad. No debería haber lugar para la inacción. Los 9 millones de euros que el Gobierno transferirá a Galicia para mejorar el ciclo del agua, son una gota en un océano. Cuando la financiación comunitaria «se evapore» será tarde.

Artículo publicado en La Voz de Galicia

 


Resumen

Galicia es verde y es azul, pero también tiene problemas con el agua. La riquísima naturaleza gallega, se torna en dificultad a la hora de abordar la política del agua, añadiendo complejidad a la convivencia del uso de los recursos hídricos y su protección. Que el agua no sea un factor limitante del bienestar, prosperidad y desarrollo futuros dependerá de lo que se invierta hoy en ella.


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