Hay varias razones posibles para ello. En primer lugar, el impacto devastador de la pandemia en las economías mundiales ha actuado como una llamada de atención, proporcionando evidencias más claras sobre cómo el riesgo climático podría amenazar nuestro tejido económico y social, así como sobre mal preparadas que están muchas instituciones para un riesgo sistémico tan importante.
En segundo lugar, la COVID-19 también ha centrado la atención en las desigualdades sociales y los riesgos relacionados con la fuerza de trabajo, exigiendo a las empresas que vayan más allá de sus obligaciones reglamentarias y asuman la responsabilidad de impulsar el impacto social en ámbitos como la desigualdad.
Sin embargo, la investigación también muestra que todavía hay mucho por hacer, por parte de los inversores y las empresas, para ayudar a que los enfoques y las estrategias basadas en ESG tengan un mayor impacto. En particular, sigue existiendo preocupación por la transparencia y la calidad de la información corporativa y el reporting relacionado con estas materias.
Tras analizar los resultados de los más de 320 inversores encuestados podemos extraer las siguientes conclusiones.
Un punto de inflexión: la pandemia de la COVID-19 como catalizador de los ESG
Si bien la inversión orientada a los ESG era un fenómeno que ya estaba presente en la agenda de empresas, la COVID-19 ha provocado una rápida aceleración en su adopción a gran escala por parte de los inversores. La investigación muestra que, desde la pandemia, el 90% de los inversores encuestados conceden una mayor importancia al rendimiento de los asuntos ESG cuando se trata de su estrategia de inversión y de toma de decisiones. Sin embargo, el estudio también revela que algo menos de la mitad (49%) han actualizado sus enfoques de inversión en esta materia. Al mismo tiempo, el estudio muestra que el riesgo ESG se ha hecho aún más relevante de la toma de decisiones de inversión y la construcción de carteras, ya que casi tres cuartas partes de los preguntados (74%) aseguraron que la COVID-19 les ha hecho más propensos a desinvertir en función de los malos resultados en materia de ESG.
No obstante, menos de la mitad de los inversores encuestados (44%) revelaron haber actualizado sus estrategias y procesos de gestión de riesgos de inversión tras los acontecimientos de los últimos 18 meses. Por último, cabe destacar que debido a que la pandemia de la COVID-19 fue una crisis humanitaria que ha puesto en primer plano las consideraciones sociales, los inversores están centrando su atención en el elemento "S" de ESG.
La carrera hacia el net zero: el cambio climático en el centro de la toma de decisiones de inversión
Los inversores están poniendo un énfasis significativo y creciente en la exposición de sus carteras frente al cambio climático, tanto en los riesgos climáticos físicos como en los riesgos derivados de la transición hacia una economía baja en carbono. Por ejemplo, el 77% de los encuestados señala que, en los próximos dos años, dedicará un tiempo y una atención considerable a la evaluación de las implicaciones del riesgo ambiental cuando tomen decisiones de inversión (frente al 73% que aseguraron lo mismo en 2020).
Al mismo tiempo, el 79% de los inversores encuestados señala que, en los próximos dos años, dedicará bastante tiempo y atención a evaluar las implicaciones del riesgo de transición ecológica (en contraposición al 71% en 2020). Sin embargo, la investigación señala que menos de la mitad de los inversores (44%) contaba con un enfoque muy maduro cuando se trata de evaluar el rendimiento desde la perspectiva del riesgo climático.
La investigación también pone de manifiesto que la descarbonización de las empresas es fundamental para la toma de decisiones de los inversores, ya que el 86% de los encuestados afirma que invertir en empresas con iniciativas agresivas de reducción del carbono es una parte importante de su estrategia.
Aunque la transición hacia una economía de carbono net zero presenta importantes retos materiales, los esfuerzos de los gobiernos para fomentar la transición también podrían ser una oportunidad para los inversores. En los últimos 12 meses, el 92% de los inversores encuestados asegura haber realizado una inversión porque esperaban beneficios relacionados con el medio ambiente. No obstante, esta oportunidad podría convertirse en víctima de su propio éxito. Con una oferta potencialmente limitada de inversiones verdes adecuadas que obtengan una alta puntuación de sostenibilidad por parte de agencias de calificación, existe el riesgo de que se produzca una burbuja en el mercado. De hecho, el 76% de los inversores encuestados afirma que la "escasez de oferta en inversiones verdes hará que algunos inversores paguen un sobreprecio por los activos verdes, lo que creará el riesgo de una burbuja en el mercado".
El futuro de la inversión en ESG: transparencia en los resultados y capacidad de análisis
El estudio muestra que los inversores encuestados tienen dos prioridades a la hora de tomar decisiones de inversión basadas en datos ESG. En primer lugar, los inversores demandan un reporting no financiero de mejor calidad, así como un entorno normativo más claro. La información sobre los resultados ESG de las empresas está en el centro de la toma de decisiones de inversión. El 78% de los inversores encuestados afirma llevar a cabo una evaluación estructurada y metódica del reporting basado en ESG, cuando hace tres años, sólo el 32% utilizaba este enfoque.
Sin embargo, a pesar de la importancia de la información sobre los aspectos ESG para los inversores, existen algunas dudas sobre su transparencia y calidad, en particular, sobre su tangibilidad. De hecho, esta preocupación va en aumento, ya que el 50% de los inversores encuestados dijeron estar preocupados por la falta de atención a la materialidad, un aumento respecto al 37% de 2020.
Los inversores tienen claro que la estandarización a nivel mundial es importante para mejorar la calidad y la transparencia de los informes ESG de las empresas. El 89% de los inversores encuestados asegura que le gustaría que la presentación de informes sobre ESG se base en un conjunto de normas comunes a nivel internacional.
En segundo lugar, los inversores deberían establecer una estrategia de análisis de datos para ayudar a incorporar datos ESG de alta calidad en su proceso de toma de decisiones de inversión. En la actualidad, sólo una minoría de los inversores (45%) encuestados cuenta con un enfoque muy maduro sobre el uso de herramientas inteligentes de análisis para evaluar los datos ESG. No obstante, el estudio muestra que las empresas tienen ambición en este ámbito. Así, el 75% de los inversores encuestados afirma que está buscando hacer inversiones significativas en la gestión de datos y en herramientas de análisis sofisticadas.
¿Y ahora qué?
Para ayudar a que los factores ESG desempeñen un papel más importante en la salud económica y la transformación post-COVID-19, existen acciones importantes tanto para las empresas que emiten informes ESG como para los inversores que tienen que utilizar esos datos.
Las empresas deberían
- Comprender mejor los aspectos de reporting relacionados con el riesgo climático de los informes ESG.
- Hacer un uso estratégico de la función de sostenibilidad para aportar rigor en el proceso y, así, determinar la tangibilidad del contexto ESG.
- Comprometerse con la función financiera e integrarla para considerar y alinear las implicaciones financieras y de creación de valor.
- Profundizar en el compromiso con los inversores, incluyendo la comprensión de los nuevos requisitos de divulgación ESG que pueden ayudar a diferenciar a una empresa de sus competidores.
Los inversores deberían:
- Actualizar sus políticas y marcos de inversión en materia de ESG al tiempo que construyen una cultura orientada a los ESG.
- Actualizar los enfoques de riesgo climático para poder interpretar y comprender mejor el análisis de sus posibles consecuencias para las empresas y los sectores a corto, medio y largo plazo.
- Poner en marcha una estrategia de análisis de datos sólida y con visión de futuro.