De entre todas las conclusiones, hay dos que merecen especial atención:
La primera conclusión tiene que ver con el valor económico que aporta la sostenibilidad. Según el estudio más de dos tercios de todos los encuestados (69 %) afirma que obtienen un valor financiero más alto de lo esperado de sus iniciativas climáticas. En otras palabras: las empresas que toman medidas climáticas decisivas no solo crean más valor para el planeta, sino que también obtienen más valor financiero para sí mismas en medidas como el crecimiento de los ingresos y las ganancias. Además, para el 57% de los encuestados una de las razones más destacadas para abordar estas iniciativas es mejorar la valoración de agencias externas del ESG de la empresa (57%)
Estos impactos financieros positivos se producen a pesar de que hay preocupaciones y obstáculos claramente identificados por los encuestados: el 36% piensa que estas iniciativas pueden tener un impacto negativo en el desempeño financiero; y el 38% cree que se puede reducir su competitividad a corto plazo. En promedio, los encuestados dicen que casi el doble de las iniciativas climáticas de su organización tendrá un impacto financiero positivo (37% frente al 19% que piensan que será negativo). A la hora de valorar el impacto de las iniciativas relacionadas con el cambio climático, las empresas priorizan el valor financiero por encima del beneficio para el planeta o la sociedad. La planificación a largo plazo en materia de sostenibilidad facilita que las empresas encuentren nuevas oportunidades para crear valor
La segunda conclusión relevante tiene que ver con el impacto de la ambición. La conclusión también es clara: cuanto más avanzan las empresas en su viaje a la sostenibilidad, mayores beneficios obtienen.
Para obtener esta conclusión, el estudio diferencia entre dos tipos diferentes de empresas: las observadoras y las pioneras. Y los resultados son significativos: las empresas pioneras tienen 2,4 veces más probabilidades de reportar un valor financiero significativamente más alto de lo esperado que las empresas observadoras (52 % frente al 21 %) y han logrado una mayor reducción de emisiones hasta la fecha (32 % frente al 27 %).
Los pioneros, empresas que son relativamente maduras en términos de su viaje de acción climática, están tomando medidas en las cinco categorías, desde la gobernanza y la medición hasta las operaciones, los proveedores y los clientes.
Para las empresas más maduras, este proceso a menudo implica inversiones incrementales y transformadoras en múltiples categorías de acción, frente a objetivos estratégicos a corto, mediano y largo plazo. Por ejemplo, las empresas pioneras de nuestra muestra tienen tres veces más probabilidades de haber establecido nuevas líneas de negocio para capturar oportunidades de mercado relacionadas con el clima: el 94 % de las pioneras tienen esta acción completada o en curso, en comparación con el 32 % de los observadores.
Otras conclusiones interesantes
- El 93% de las compañías han hecho públicos sus compromisos de reducción de emisiones. Este compromiso es, de media, un 41%, una cifra insuficiente si se tiene en cuenta que es necesaria una reducción del 45% hasta 2030 si se quiere mantener el límite de 1,5ºC establecido en el Acuerdo de París.
- El 28% de las empresas consideran que la búsqueda de valor financiero es el principal motor para impulsar iniciativas climáticas; solo el 15% prima el compromiso con el planeta.
- Las empresas identifican la falta de colaboración interna como el principal obstáculo para cumplir sus objetivos climáticos: el 62% dice que las diferencias lo son sobre decidir qué criterio es más importante al evaluar iniciativas, mientras que el 61% cree que hay demasiados equipos involucrados, por lo que es complicado tomar decisiones.
- En cuanto a la colaboración, la mitad de las empresas pioneras (51%) han establecido algún tipo de asociación estratégica o joint venture dentro de su estrategia de sostenibilidad, frente a solo el 6% de las observadoras que han formado este tipo de alianzas.
¿Cómo avanzar?
De cara a avanzar en la senda de la sostenibilidad, la investigación arroja una serie de conclusiones de tipo cualitativo. Son éstas:
- Aumentar la ambición. Incluso para las empresas con mayores compromisos de cambio, la investigación revela que no se están estableciendo objetivos suficientemente ambiciosos como para cumplir con los límites establecidos en el Acuerdo de París.
- Medir el impacto. Una parte vital para diseñar una estrategia de sostenibilidad es reconocer la complejidad de un proceso de reducción de emisiones capaz de generar un verdadero impacto, por lo que será necesario incorporar formas de medir y realizar un seguimiento del proceso.
- Colaborar con el entorno. La colaboración con agentes de dentro y fuera de tu sector es una de las herramientas que más puede contribuir a la aceleración del cambio. Esto incluye trabajar conjuntamente con reguladores, instituciones académicas, competencia, ONG y todos los involucrados en tu cadena de valor.
- Transforma tu cadena de suministro. Muchas empresas tienen más oportunidades de reducir el impacto de sus emisiones a través de su cadena de suministro que desde el interior de su propia organización.
- Invertir en talento. Para abordar correctamente las necesidades con las que tu organización debe contar a la hora de llevar a cabo una estrategia de sostenibilidad, es vital contar con los equipos adecuados. Para ello, se debe contar con un plan de gestión del talento adecuado que incluya la contratación de especialistas y procesos de upskilling
En conclusión
Cada vez empieza a ser más claro que el dilema sostenibilidad Vs valor financiero es un falso dilema… o un falso debate. Esa visión de lo que es sostenible no es rentable empieza a desdibujarse. Si el riesgo climático, es ya un riesgo de inversión; si las empresas pioneras tienen 2,4 veces más probabilidades de reportar un valor financiero significativamente más alto de lo esperado que las empresas observadoras (52 % frente al 21 %); si el principal factor de motivación para acelerar la ruta de la sostenibilidad es el financiero (para el 28% de los encuestados)… ¿no será que ya la sostenibilidad ha dejado de ser un factor de activismo para convertirse en una palanca de creación de valor? Quizá quien no entienda esto, es que no se ha dado cuenta de que, como decía Bob Dylan, los tiempos están cambiando