Se trata de un mecanismo dinámico, en la medida que se calcula como la suma del precio de los mercados globales de GNL más 35 €/MWh.
El pasado lunes, tras mucha discusión, el Consejo de Energía alcanzaba un acuerdo político sobre la propuesta de Reglamento del Consejo por el que se establece un mecanismo corrector del mercado para proteger a los ciudadanos y la economía europea ante precios excesivos del gas en la Unión Europea que no reflejen las referencias mundiales (Henry Hub en Estados Unidos o Joint Japan Korea Marker -JKM- en Asia).
La falta de unanimidad entre los ministros de energía llevó a la presidencia checa a someter la propuesta de Reglamento a votación, aprobándose por mayoría cualificada. Finalmente, apoyó Alemania, se abstuvieron Países Bajos y Austria, y Hungría fue el único país en oponerse.
Este mecanismo supone la fijación de un límite de precio para los productos derivados de gas natural que tienen como punto de entrega el mercado de Holanda, principal referencia europea y conocido como TTF, y se negocian (venden y compran) en su mercado organizado.
El mecanismo corrector se aplicará a partir del 15 de febrero de 2023 y se activaría por parte de la agencia de cooperación de reguladores europeos (ACER) si se dan dos condiciones: por un lado, que el precio TTF de vencimiento a un mes supera los 180 €/MWh durante tres días laborables consecutivos y, por otro, que el precio TTF a un mes supere en 35 euros al precio de referencia del Gas Natural Licuado (GNL) en esos tres días.
Una vez activado por ACER, el mecanismo se aplicará al menos 20 días laborables a no ser que se suspenda por la Comisión Europea (como luego veremos) o se desactive porque no se cumpla alguna de las condiciones (el precio de referencia desciende por debajo de 145 €/MWh durante tres días consecutivos).
Se trata por tanto de un mecanismo dinámico, en la medida que se calcula como la suma del precio de los mercados globales de GNL más 35 €/MWh.
Además, se aplicará a los contratos de derivados de otras plataformas virtuales de negociación de gas de la Unión Europea, no más tarde del 31 de marzo de 2023, siempre que su inclusión no tenga efectos negativos sobre los mercados financieros o de gas.
Por último, el mecanismo excluye expresamente las operaciones negociadas a la medida de las partes (over-the-counter u OTC), aunque se habilita a la Comisión Europea a incluirlos, tras consultarlo con el Banco Central Europeo, la autoridad de los mercados de valores (ESMA), ACER, el grupo de coordinación de gas y el operador europeo de las redes de gas (ENTSOG).
Este acuerdo por tanto difiere de la propuesta de la Comisión, que contemplaba un límite superior (275 €/MWh), con un diferencial de 58 €/MWh respecto al precio de referencia del GNL durante diez días de negociación consecutivos.
Con el fin de evitar disrupciones de suministro, se han previsto diversos mecanismos de salvaguarda.
En primer lugar, como señalé anteriormente, la Comisión Europea podrá suspenderlo en cualquier momento si como consecuencia del mecanismo se perjudica la seguridad de suministro de gas en la UE o se produce un descenso del suministro de GNL a la UE que afecte negativamente sobre la seguridad de abastecimiento.
En segundo lugar, también podría suspenderse si se produce un aumento significativo de la demanda de gas respecto a años previos, si el mecanismo afecta negativamente sobre los flujos europeos de gas, si afecta la validez de los contratos de oferta de gas existentes (incluyendo los de largo plazo) o si se detecta inestabilidad en los mercados organizados de derivados de gas.
Por último, los organismos reguladores europeos ACER y ESMA deberán presentar un informe preliminar de evaluación de los efectos del mecanismo de corrección del mercado antes del 23 de enero de 2023, especialmente en cuanto a impactos sobre los mercados financieros y energéticos y la seguridad de suministro, y el informe definitivo antes del 1 de marzo de 2023.
En definitiva, teniendo en cuenta el funcionamiento del mecanismo y todas las medidas de salvaguarda incluidas en la propuesta de Reglamento, no parece ponerse en peligro la seguridad de suministro de gas en la Unión Europea.
Publicado en El Economista