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Analizamos los riesgos a los que se enfrentan las empresas al incumplir las expectativas de los inversores sobre factores ambientales, sociales y de gobernanza
Cuáles son las consecuencias a las que se enfrentan las empresas si no cumplen con las expectativas de los inversores sobre factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG)?
A grandes rasgos, la encuesta indica que los inversores demandan una mayor claridad y solidez de la información reportada, así como una estandarización de los mecanismos de divulgación para facilitar su toma de decisiones de inversión:
La mayoría de los inversores encuestados muestra una tendencia hacia un enfoque más formal y riguroso en la evaluación del desempeño no financiero de las empresas.
Los inversores encuestados están cada vez más insatisfechos con la información que recibieron sobre los riesgos ESG.
El desempeño no financiero juega un papel fundamental en la toma de decisiones de inversión de los inversores encuestados.
Para cumplir con los requerimientos de los inversores, las empresas deben establecer conexiones sólidas entre el desempeño financiero y no financiero, así como eliminar cualquier brecha existente en las expectativas entre compañías e inversores. También deben construir una estructura más fuerte para analizar los riesgos derivados del cambio climático y sus oportunidades, además de inculcar rigurosidad en los procesos y controles de informes no financieros para generar confianza.
Por otro lado, la pandemia del COVID-19 refuerza ese imperativo sobre la importancia de los factores ESG. Es probable que los inversores tengan el punto de mira puesto en cómo las organizaciones se recuperan de los impactos económicos de la pandemia. Todo apunta a que las empresas nacionales que establezcan una agenda para el crecimiento resiliente al clima sean vistas desde una perspectiva atractiva, tanto en términos de oportunidades a corto plazo, como en la creación de empleo y de su capacidad a largo plazo para resistir los impactos sistémicos.
Resumen
La crisis del COVID-19 ha creado una oportunidad para que las organizaciones reconsideren lo que hacen y cómo lo hacen. Aquellas empresas que se realineen con la agenda marcada por los stakeholders y den prioridad a la creación de valor a largo plazo a través de marcos ESG, pueden tener una ventaja competitiva en los próximos años.
Principales conclusiones extraídas sobre el estudio realizado por DIRSE y EY: “Impacto de la COVID-19 en las prioridades de la RSC/Sostenibilidad y en el rol de sus profesionales”