Desde hace ya varios años, Málaga está trabajando para convertirse en un referente en movilidad sostenible, segura y conectada.
La ciudad de Málaga es un referente turístico, cultural y económico. Lo que quizá no se sepa tanto es que nuestra ciudad también es, desde hace muchos años, una ciudad pionera en la preocupación y divulgación de la movilidad sostenible cuando esta materia iniciaba los primeros pasos en las agendas urbanas.
La primera edición del Foro de la Movilidad Alternativa y Seguridad Vial de Málaga, allá por 2015, reunió a destacados expertos en la materia para debatir sobre los entonces actuales sistemas de transporte y cómo estos podían responder a las necesidades económicas y sociales de la ciudadanía, pero minimizando su impacto medioambiental. Bajo el lema ‘Movilidad sostenible, ciudad eficiente’, el Foro contó con ponencias en torno a “Medio Ambiente y seguridad. Las claves del coche eléctrico”, “Gas natural. La alternativa real, sostenible y económica para la carretera”. También en 2016 se celebraron en Málaga las primeras jornadas técnicas “Tu salud nos mueve”, que tenía como objetivo divulgar los beneficios de la movilidad sostenible entre la población.
Más recientemente, en octubre de 2021, hemos conocido que la ciudad de Málaga ha presentado ocho proyectos de movilidad sostenible para la convocatoria de los fondos europeos Next Generation. Se trata de una excelente noticia que pone de manifiesto que ciudadanos y administraciones públicas locales son conscientes del reto y la responsabilidad que supone asegurar la sostenibilidad de sus ciudades, en un contexto de constante crecimiento de las áreas urbanas en las próximas décadas. El mundo es cada vez más urbano y para 2030, el 60% de la población mundial vivirá en áreas metropolitanas urbanas.
Los responsables públicos de nuestras ciudades tienen claro, o al menos deberían tenerlo, que deben gestionar sus municipios de manera más eficiente mejorando la calidad de vida de sus ciudadanos y su seguridad. En resumen, las ciudades están abocadas a maximizar su eficiencia, es decir, convertirse en Smart Cities, Ciudades Inteligentes con valores añadidos como la movilidad, el transporte, la economía, la energía y la sostenibilidad.
Es precisamente en la movilidad y el transporte urbano donde nos gustaría detenernos para poner en valor lo que una ciudad como Málaga viene haciendo desde hace ya varios años para convertirse en un referente en movilidad sostenible, segura y conectada. Sin embargo, hoy varios son los importantes retos de cuyos éxitos dependerá que el Plan “Málaga Saludable” alcance los objetivos propuestos.
En primer lugar, Málaga tendrá que ser capaz de encontrar el equilibrio más saludable entre la ciudad como potencia económica pero también como el hogar de sus ciudadanos. Y deberá ser capaz de respetar ambos aspectos sin paralizar ninguno y con un despliegue de soluciones de movilidad urbana sostenibles, conectadas e inteligentes. Para todo ello será capital crear un ecosistema económico dentro del cual participen empresas privadas, ayuntamiento y ciudadanos. Se trata, en definitiva, de fomentar alianzas que generen nuevos negocios en lo que se conoce como la Movilidad como Servicio (MaaS).
En segundo lugar, movilidad sostenible urbana y movilidad multimodal son conceptos claves para lograr esa calidad de vida a la que aspiran los ciudadanos de nuestras grandes ciudades. La clave en una ciudad como Málaga es la combinación de modos de transporte públicos, privados y compartidos para ofrecer soluciones de movilidad multimodales, integradas y digitales, tanto para personas como para mercancías. En cuanto a las personas, la movilidad como servicio permitirá a los ciudadanos desplazarse como mejor les convenga y contribuirá a reducir la congestión y la contaminación de una ciudad como Málaga.
Pero también debemos tener en cuenta cómo puede influir la Distribución Urbana de Mercancías (DUM) en la movilidad sostenible de una ciudad. Para afrontar los retos de la movilidad actual y responder a las necesidades del ciudadano del siglo XXI, las ciudades deberán evolucionar hacia un modelo de Distribución Urbana de Mercancías sostenible, seguro e inteligente. Y que vaya más allá de un conjunto de iniciativas parciales y unilaterales. Un modelo que adopte medidas, como la flexibilización de normativa de acceso y descarga, el desarrollo de redes de taquillas de uso compartido, facilitar el reparto con vehículos alternativos y eléctricos, el despliegue de centros de consolidación y “hubs” urbanos o la digitalización de las zonas para la carga y descarga, mejorando el dimensionamiento. Sin olvidar la planificación y el uso de las zonas mediante su gestión a través de la tecnología, el establecimiento de carriles multiusos y la digitalización y análisis de Big Data de tráfico y distribución urbana.
Por todo ello, y por seguir una senda iniciada hace ya tiempo en materia de movilidad sostenible, nuestra ciudad tiene que aprovechar el mayor plan de ayudas que se ha puesto en marcha en Europa desde la Segunda Guerra Mundial para consolidar, mejorar y transformar la movilidad que, hoy por hoy, constituye el mayor desafío económico y medioambiental de nuestro tiempo. Dicen que la movilidad no lo es todo, sin embargo, sí está en todo, especialmente en el presente y futuro de las ciudades.
Antonio Jesús García Peña, socio de Auditoría de EY en Málaga
Gregorio Serrano López, Senior Advisor de EY (Movilidad Sostenible, Segura y Conectada)
Artículo publicado en Diario SUR