La transición hacia una movilidad eléctrica ha tenido un recorrido exponencial en los últimos años, pero algunos mercados clave están comenzando a pisar el freno, especialmente el Europa Occidental y Norteamérica.
El entusiasmo inicial por los vehículos eléctricos que originalmente impulsó las ventas en varios mercados ha disminuido a medida que ha crecido la decepción entre los consumidores se enfrentan a problemas prácticos como la asequibilidad, la insuficiente infraestructura de recarga y las dudas sobre la vida útil de las baterías. Los fabricantes occidentales, en particular, han tardado en reconocer que la próxima fase de crecimiento no estará impulsada por los primeros entusiastas que se pasaron al eléctrico con facilidad, sino por los consumidores de a pie, que a su vez exigirán vehículos eléctricos que den prioridad al valor añadido, además de a las características premium.
Aunque esta tendencia está condicionada por varios factores (incluidos algunos que fabricantes y distribuidores no pueden controlar), el sector sí que puede anticiparse y ser consciente de la evolución de las actitudes de los consumidores y su percepción sobre los vehículos eléctricos.
En este sentido, la quinta edición de la encuesta de EY Mobility Consumer Index explora la opinión de casi 20.000 consumidores de 28 países, incluyendo sus intenciones de compra, sus preocupaciones clave y la evolución de la percepción sobre la movilidad eléctrica.