Fuente: Oxford Economics/OEC.
Por lo tanto, es importante tener en cuenta que la invasión de Ucrania ha surgido en un contexto especialmente complejo en el cual los niveles de inflación eran los más altos de las dos últimas décadas, los precios de la energía elevados, las cadenas de suministros tensas y los mercados financieros volátiles. Asimismo, se espera que los bancos centrales sigan subiendo los tipos de interés a medida que aumenten los esfuerzos para frenar la inflación.
En ese contexto, los líderes empresariales se enfrentan a los desafíos de avanzar en un entorno plagado de incertidumbre, de acelerar los planes de transformación y de construir organizaciones resilientes para afrontar los impactos que aún pueden golpear a la economía, pues a pesar de que a nivel mundial se espera un crecimiento del PIB del 3,6% en 2022 (dato del Fondo Monetario Internacional), si la guerra se intensifica y se extiende podría haber un riesgo real de recesión mundial.
¿Cuáles son algunos de estos desafíos?
La necesidad de multiabastecimiento, sostenibilidad y transparencia está empujando a las empresas hacia una revisión de su manera de gestionar sus riesgos entre las cuales destacamos la cadena de suministros, algo que se está tornando necesario para avanzar pues es posible que las redes transnacionales construidas sobre la base de la eficiencia y los costes laborales o el arbitraje internacional ya no funcionarán como lo han hecho hasta ahora.
La sostenibilidad, una de las principales prioridades de las empresas y, por tanto, con impacto también en la función financiera. Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26), celebrada en Glasgow en noviembre de 2021, las compañías tienen una responsabilidad especial y un papel fundamental que desempeñar para abordar la crisis climática. De esta manera, no solo la cadena de suministros está sometida a un gran reajuste, sino que un impacto externo de las empresas en el medio ambiente es también necesario.
La coyuntura económica y geopolítica actual ha acelerado el proceso hacia una transición verde. De hecho, la Unión Europea y dada la alta dependencia de las importaciones de energía, ha hecho grandes inversiones en energías renovables para volverse más autosuficiente y sostenible y cumplir con el Pacto Verde Europeo. Sin embargo, a pesar de que se trata de una transformación que ya no es opcional, existen distintas velocidades en las acciones de descarbonización de los países.
La digitalización, a pesar de cobrar importancia en la agenda de muchas empresas antes de 2019, la pandemia de COVID-19 fue el catalizador que promovió el uso de las nuevas tecnologías. Sin embargo, la invasión de Ucrania podría tener un impacto negativo de gran alcance en la economía digital debido a dos tendencias independientes pero relacionadas: un empeoramiento de la escasez mundial de semiconductores y la posibilidad de que haya impactos más amplios con respecto a las sanciones contra Rusia.
La ciberseguridad cobra especial importancia si se considera el aumento significativo de ciberamenazas en el último año: en la Encuesta global de seguridad de la información de EY 2021 , el 77 % de los encuestados admite haber visto un aumento en los ataques disruptivos, frente al 59 % en los 12 meses anteriores. Por ello, para que las empresas puedan protegerse de manera efectiva es necesario que establezcan un plan de inversión estratégico sostenido a largo plazo.
Por todo ello, en la era de disrupción extrema y acumulativa en la que nos encontramos, el perfil del CFO que ya está presente en las organizaciones más avanzadas debe ser aún más resiliente. Se ha vuelto imprescindible volver a revisar los planes estratégicos de las compañías ante las nuevas condiciones de liquidez, así como a las nuevas oportunidades de inversión que se presentan. Por ello, es fundamental una gestión con perspectiva financiera y siendo consciente de que las prioridades estratégicas deben pasar de la eficiencia centrada fundamentalmente en los beneficios a un nuevo enfoque basado en un rendimiento y una resiliencia sostenibles que permita a la empresa orientarse a hacia la creación de valor a largo plazo sin olvidar la importancia del propósito corporativo, algo a lo que los empleados de las organizaciones dan cada vez más importancia. Por ello, es clave construir un modelo de negocio sostenible y flexible pero sólido que sea apto para contribuir a la solución de los grandes desafíos sociales y ambientales, así como para soportar impactos y disrupciones cada día más frecuentes.
Más información: The CEO Imperative: Through relentless disruption, how can you stay the course? (ey.com)