España va a liderar un año más el crecimiento económico entre los principales países de la zona euro, una previsión que comparten todos los organismos nacionales e internacionales. Este crecimiento diferencial es más relevante, si cabe, en un contexto internacional de incertidumbre y ralentización, en el que el despliegue del Plan de Recuperación está siendo decisivo.
No puede entenderse el actual ciclo expansivo sin las inversiones que se están llevando a cabo destinadas a impulsar la transformación verde y digital, así como a reforzar la inversión social y el Estado del Bienestar, y sin las reformas que están permitiendo modernizar el mercado laboral, favorecer el despliegue de las energías renovables, fortalecer el capital humano y tecnológico y corregir problemas estructurales arrastrados por la economía española desde hace tiempo.
España sigue liderando en Europa la ejecución de los Fondos Next Generation, con más de 29.000 millones de euros de subvenciones y licitaciones resueltas hasta finales del pasado mes de julio, que han permitido financiar ya más de 470.000 proyectos, de 340.000 empresas y llegado a más de 100.000 ciudadanos.
El despliegue del Plan de Recuperación va a seguir siendo decisivo en los próximos años para culminar el proceso de modernización de la economía, garantizando el mantenimiento de las inversiones productivas e impulsando la autonomía estratégica de España en los ámbitos energético, agroalimentario, industrial, tecnológico y digital. Para la consecución de estos objetivos, la adenda del Plan de Recuperación va a ser fundamental porque da solución a las necesidades del entorno económico actual, impulsando inversiones y reformas en estos sectores estratégicos, y ofreciendo un marco de financiación adecuado y estable a las empresas para que puedan acometer sus proyectos de inversión, especialmente en ámbitos clave como la sostenibilidad y la eficiencia energética.
A través de la adenda vamos a movilizar 10.300 millones de euros en transferencias adicionales de los fondos Next Generation y del programa Repower EU y, sobre todo, se pone a disposición del tejido empresarial más de 84.000 millones de euros en préstamos, que nos van a permitir extender el impacto del Plan. Si el diseño y la puesta en marcha de la primera fase del Plan de Recuperación fue un reto enorme, la gestión de la Adenda va a requerir de un esfuerzo adicional por parte de las administraciones públicas y de una intensificación de la colaboración público-privada.
Las transferencias se destinarán a reforzar los PERTEs que ya están en marcha, para dar continuidad y completar las convocatorias de ayudas, para financiar incentivos, y para potenciar la participación en proyectos europeos y realizar inversiones adicionales.
Los préstamos permitirán disponer de una financiación amplia y estable en el tiempo, a un menor tipo de interés que la obtenida por el Tesoro Público y largos plazos de amortización, que se trasladarán a las Comunidades Autónomas y empresas, lo que garantiza el mantenimiento del flujo de financiación en un contexto marcado por la rápida subida de los tipos de interés.
De forma específica, las empresas de cualquier tamaño y sector de actividad dispondrán de financiación a largo plazo en condiciones favorables, que se canalizará a través del Instituto de Crédito Oficial y el Banco Europeo de Inversiones, para la realización de inversiones productivas, especialmente las que favorezcan la transición verde, como la generación de energía renovable, la eficiencia energética, la economía circular, entre otras. La canalización de estos fondos se realizará a través de diferentes instrumentos financieros y en colaboración con las entidades financieras.
Este modelo de gestión permitirá garantizar el uso eficiente de los recursos en inversiones que generen un retorno económico y permitirá llegar a empresas de todos los tamaños, lugares y sectores de actividad gracias a la capilaridad y conocimiento del tejido productivo de las entidades financieras.
Junto con las inversiones, las reformas constituyen el otro componente clave de la adenda, con medidas dirigidas a aumentar la productividad y el crecimiento potencial de la economía, reforzando la cohesión social y territorial, manteniendo el foco en la responsabilidad fiscal y la sostenibilidad de las cuentas públicas a medio y largo plazo.
En definitiva, la adenda al Plan de Recuperación cuya aprobación por parte de la Comisión Europea esperamos que se produzca este mes de septiembre, permitirá reforzar el impacto y la transformación estructural de la economía que ya se está produciendo.
Un impacto visible no solo en el crecimiento económico que mantiene España desde 2021, sino también en la creación de empleo y en su mejora cualitativa con la reducción de la temporalidad y su fuerte crecimiento en sectores de alta productividad, y evidente también en el dinamismo de la inversión y el gran desempeño del sector exterior.
Los próximos años serán claves para alcanzar la aspiración del pleno empleo y culminar el proceso de transformación económica y, sin duda, el Plan de Recuperación va a seguir siendo un elemento esencial para la consecución de estos objetivos.