EY Insights y EsadeEcpol han publicado hoy la cuarta edición de “MacroInsights”, informe bimensual de seguimiento de la economía española enfocado al sector empresarial. Como es habitual, el informe refleja en primer lugar la evolución de la coyuntura económica y previsiones de evolución en España, en segundo lugar pone el foco en una macrotendencia económica global – en esta ocasión, la recomposición de la globalización-, y en tercer lugar analiza el impacto de ambos en el tejido empresarial.
Coyuntura Macro
El PIB de la economía española se incrementará un 0,2% durante el cuarto trimestre del año según RealTimeTracker, el modelo de seguimiento y pronóstico en tiempo real de coyuntura económica publicado por MacroInsights. La última estimación, del 16-nov, muestra cifras de avance más moderadas que las registradas la segunda quincena de octubre (0,7%). Este empeoramiento de la previsión de crecimiento del PIB para este trimestre desde entonces se debe principalmente a una
evolución adversa de indicadores de alta frecuencia del índice de gestores de compras de manufacturas (PMI manufacturas) y otros adelantados de octubre, así como de las ventas minoristas (septiembre), así como a los datos negativos de afiliaciones de octubre, que contrastan con las sorpresas positivas (y relevantes) que deparó la EPA del 3T23.
Se consolidaría así el aterrizaje suave del crecimiento de la economía española, que ha registrado aumentos trimestrales del 0,6%, 0,4% y 0,3%, respectivamente durante los tres primeros trimestres del año, permitiendo cerrar el ejercicio con un incremento del 2,4% anual, muy por encima de la media de la UE. Este mes, la Comisión Europea estimó que el crecimiento para 2023 de la eurozona será del 0,6%, con una caída de tres décimas de la economía alemana. Los datos recientes (0,5% trimestral en el 1T, 0,1% en el 2T y 0,2% en el 3T) han sido revisados al alza sustancialmente, pero el avance anual no deja de ser tímido. Esta atonía se prolongará en 2024, ejercicio para el que la Comisión proyecta una leve aceleración hasta el 1,2% que supera no obstante el pronóstico del consenso de analistas. Las previsiones indican una Europa a dos velocidades el próximo año: algunas economías (Alemania, Italia, Países Bajos, Finlandia) crecerán menos que el agregado y otras crecerán el doble o más (Irlanda, Grecia, Croacia, Chipre, Malta, Lituania). España se sitúa en la zona media de la tabla (1,7%).
No obstante, existen riesgos a medio plazo para España que podrían emerger en los próximos meses. Por el lado de la oferta, la economía española entra en una creciente vulnerabilidad debido al aumento de los costes de financiación tanto para el sector privado como para el público, pese a la reciente contención de los incrementos de los tipos de interés. Esto coincide con una senda fiscal que, según observadores del Banco de España, debería ser más estricta en cuanto a la consolidación fiscal. Por el lado de la demanda, hay una cierta debilidad en la demanda externa y en la inversión a pesar de la continua llegada de fondos europeos.
Enfoque global
En las últimas dos décadas, y especialmente tras la pandemia, se ha percibido la desaceleración de la globalización (slowbalization) e incluso de su retroceso (deglobalization), lo que ha supuesto un punto de inflexión en las reglas y el funcionamiento del sistema económico internacional. Dos datos clave respaldan esta perspectiva: el estancamiento del comercio internacional como porcentaje del PIB desde la crisis de 2008 y el freno de la inversión extranjera directa.
Las guerras comerciales, el auge de los partidos de pulsión nacionalista en lo económico, la percepción de desventajas del comercio para los "perdedores de la globalización", perturbaciones comerciales y la invasión rusa en Ucrania han generado una realineación de países en bloques y han llevado a la adopción de políticas comerciales e industriales proteccionistas.
Sin embargo, un análisis detallado de los datos muestra otros aspectos clave de esta tendencia, lo que cuestiona una hipótesis de desglobalización. El comercio global de mercancías ha aumentado en términos absolutos, con un crecimiento constante en las ramas de productos agrícolas y manufacturas. Solo las ramas de minería y combustibles han retrocedido. Además, el comercio de servicios continúa creciendo, con una presencia en torno al 25% del comercio global total. Si bien
los servicios financieros y los contenidos digitales podrían prolongar su tendencia creciente en el futuro, el proceso de externalización de las ramas manufactureras (off-shoring), desde países del G7 a países emergentes, se ha ido agotando y las empresas están realizando más procesos por sí mismas, lo que disminuye el comercio global. En este sentido, cabe destacar la reorientación de China hacia la demanda interna, que ha disminuido su trade share del 65% de PIB en 2006 a la mitad actualmente, contribuyendo al estancamiento del comercio global de bienes.
En cualquier caso, los expertos del Banco de España estiman que no existe una tendencia consistente de "desglobalización" por el momento, sino un cambio en la naturaleza de la globalización, que se traduce en una mayor regionalización del comercio y de las cadenas de suministro, una diversificación de las fuentes de aprovisionamiento y una cierta fragmentación más lenta de lo anticipada de las cadenas globales de valor.
Aunque no es posible ver aún reshoring de las cadenas de producción hacia Europa, ello podría deberse a que reubicar la producción es un proceso lento, costoso y complejo o a que existen factores activos operando en sentido contrario (esto es, profundizando la globalización), como el avance en tecnologías digitales, que hacen posible y más barato deslocalizar la producción y elevan el comercio internacional de servicios.
Sí se está observando, sin embargo, un aumento de la cuota de mercado de las exportaciones españolas en el conjunto de la UE, lo que podría estar sugiriendo que las dinámicas de friendshoring y nearshoring podrían estar aumentando la demanda de importación de bienes y servicios españoles por parte de las principales potencias europeas.
Perspectiva micro, la recomposición de las cadenas de suministro
La creciente fragmentación económica ha llevado a muchas empresas a reevaluar y fortalecer sus cadenas de valor en busca de mayor resiliencia. Según una encuesta realizada por Teneo a principios de 2023, el 86% de los CEOs consultados sostiene que la desglobalización no solo es inminente, sino que será un evento significativo.
El Banco Europeo de Inversiones (BEI) informa que, en respuesta a las disrupciones comerciales, un tercio de las empresas europeas ha redirigido sus estrategias hacia el mercado doméstico, mientras que un 20% está trabajando activamente en acortar sus cadenas de suministro.
Ante este panorama, las empresas están adoptando diversas estrategias para fortalecer la resiliencia de sus cadenas de suministro. Estas incluyen el aumento de inventarios, especialmente en sectores high-tech y materias primas, la construcción de redes regionales y la diversificación de proveedores mediante el "dual sourcing". No obstante, las medidas más drásticas como la repatriación, el acercamiento o la relocalización de actividades, no parecen ser la norma. La presidenta del Banco Central Europeo (BCE) resumió esta tendencia como un cambio "de dependencia a diversificación, de eficiencia a seguridad y de globalización a regionalización".
Estos costos de reubicación pueden ser significativos, especialmente para empresas con una actividad altamente especializada o dependiente de recursos críticos. Además, hay un riesgo de perturbación en la cadena de suministro durante la transición, lo que podría aumentar la vulnerabilidad de la empresa. Por lo tanto, las compañías también están adoptando medidas
menos drásticas como diversificar proveedores y construir redes regionales para aumentar su resiliencia en caso de interrupciones del flujo de suministro.
Para las empresas españolas, la situación se complica, ya que experimentan una progresiva reducción de margen al reenfocar sus cadenas de valor. Según el informe financiero más reciente del Banco de España, el porcentaje de empresas con descenso en ventas e incremento en deuda ha aumentado del 12% al 17%. Además, se proyecta que un aumento significativo en el Euribor podría llevar a un incremento entre el 6,5% y el 10,3% en la deuda corporativa sostenida por empresas bajo alta presión financiera en comparación con los niveles de 2021.
En este panorama, mientras las oportunidades se presentan de manera difusa e incierta, los retos se manifiestan con claridad y pueden llegar a ser evidentes y significativos. Esto explica por qué solo un porcentaje bajo de empresas ha optado por medidas menos drásticas, como la acumulación de inventarios y la diversificación de proveedores, posponiendo decisiones más impactantes, como la relocalización total de actividades.