- Un 10% de las empresas analizadas tiene políticas de compras que vigilan tanto aspectos ambientales como sociales.
- Un 26% cuenta con un código de conducta en materia de sostenibilidad específico para proveedores y un 19% incluye cláusulas de sostenibilidad en los contratos comerciales con los mismos.
- Las auditorías son las herramientas utilizadas por casi un 9% de las empresas, en comparación con el 14% que las utiliza a nivel mundial.
La pandemia de la Covid-19 puso en jaque las economías y muchísimos sectores de actividad y uno de los impactos más significativos tuvo lugar en las cadenas de suministro a nivel mundial. La pérdida de libertad de movimiento y el abrupto parón de los sistemas productivos, logísticos y comerciales, derivaron en escasez de productos y retrasos en las entregas. Se hace necesario pues, un debate sobre la sostenibilidad y la necesaria diligencia de las organizaciones sobre sus cadenas de suministro que son cada vez, más globales.
Por esta razón y por una creciente presión normativa en materia de sostenibilidad, es imperativa una reflexión y un análisis exhaustivo de las prácticas actuales del tejido empresarial en cuanto a la gestión de su cadena de suministro. A esta inquietud pretende responder el informe La sostenibilidad en la cadena de suministro, realizado por EY y EcoVadis para lo cual se han analizado datos procedentes de más de 16.000 empresas calificadas por EcoVadis entre 2018 y 2020.
En aspectos como los sistemas de gestión en la cadena de suministros, el informe concluye que, aunque un 10% de las empresas españolas evaluadas tiene políticas de compras que vigilan tanto aspectos ambientales como sociales, el 50% no dispone de ninguna política de compras sostenibles. Como datos positivos, cabe destacar que el 26% cuenta con un código de conducta en materia de sostenibilidad específico para proveedores y que un 19% incluye cláusulas de sostenibilidad en los contratos comerciales con los mismos.
En cuanto a las herramientas de evaluación utilizadas en la cadena de suministros, el 35% de las empresas analizadas lleva a cabo evaluaciones auto declarativas regulares de los proveedores en materia social o ambiental, y casi un 6% realiza análisis de riesgos pormenorizado por categoría de compra. Además, las auditorías son las herramientas utilizadas por casi un 9% de las empresas, en comparación con el 14% a nivel mundial.
Retos en el corto plazo
En el informe se pone de manifiesto la existencia de una serie de retos, estrechamente ligados entre sí, que es imperativo afrontar en el corto-medio plazo para garantizar los avances realizados para una gestión más responsable de la cadena de suministro. Esos retos son los siguientes:
- Análisis de los riesgos End-to-end: facilitará la capacidad y la rapidez de respuesta, a todos los niveles de la cadena y con todos los socios involucrados, proveedores y logística.
- Real time visibility: solo un 6% del tejido empresarial consultado mostraba un nivel de confianza elevado en su capacidad de visibilizar todos los ciclos de su cadena de suministro a través de sus sistemas. Mejorar las capacidades para obtener una foto más completa y global de la cadena de suministro no solo puede redundar en reducción de costes, sino a sincronizar de forma más efectiva las fluctuaciones entre oferta y demanda con precisión incluso en los Tier N.
- Agilidad: las disrupciones han demostrado que las cadenas de suministro, lejos de ser un sistema lineal y rígido, deben ser tratadas como sistemas reticulares, móviles y ágiles. Contar con las capacidades de monitorización y con un sistema de riesgos basados en diferentes escenarios posibles, mejora la agilidad y anticipación en momentos de incertidumbre e inestabilidad.
- Resiliencia: el aumento de la resiliencia es un objetivo fundacional en el medio plazo, paso previo a un rediseño del marco de actuación en el que operan las compañías.
- Revisión de las prioridades estratégicas: las compañías deben llevar a cabo un ejercicio de ajuste de las prioridades estratégicas de cada categoría de aprovisionamientos y, en consecuencia, revisar las relaciones mantenidas con los proveedores.
El estudio pone especial énfasis en el contexto normativo: conocer las regulaciones y las leyes existentes y futuras no solo en el país donde la empresa concentra su mayor actividad, sino en todos los lugares donde opera, es primordial para cualquier negocio.
En palabras de Alberto Castilla, Socio responsable de Sostenibilidad de EY, “la pandemia de la COVID-19 ha puesto de manifiesto que la gestión sostenible de la cadena de suministro es clave para la continuidad de la actividad de las empresas ya que permite gestionar mejor los riesgos y limita sus problemas de negocio. En los próximos meses -continua- veremos un aumento de la presión regulatoria que emana directamente de la legislación creciente alrededor de la responsabilidad corporativa que se desarrolla en el plan marco de la UE por la transformación verde y sostenible”. Por ello -añade-, “se hace necesario llevar a cabo una monitorización constante y exhaustiva de la regulación presente y futura que, de forma directa o indirecta, pueda ejercer una influencia en la gestión de la cadena de suministro, como eslabón fundamental de las cadenas de valor responsables. Las consecuencias de no hacerlo van desde sanciones, hasta riesgos reputacionales que toda organización debe evitar para no comprometer su viabilidad en el medio plazo”.
El contexto normativo que afecta a la gestión de la cadena de suministro evoluciona en dos ámbitos principales: la debida diligencia y la divulgación, leyes que contemplan, por ejemplo, que deban detallarse la estructura de la organización y el modelo de negocio y las cadenas de suministro asociadas al mismo. Además, también requieren del desarrollo de políticas internas y estándares en la cadena de suministro relacionados con el trabajo forzoso y el tráfico así como la divulgación de los esfuerzos realizados en materia de debida diligencia en estas materias.
“La crisis actual ha intensificado aún más la necesidad de ubicar la sostenibilidad en el centro de los negocios. La sostenibilidad se presenta como una palanca para impulsar el cambio, crecer, diferenciarse y crear valor compartido, al mismo tiempo que permite a las empresas responder a las exigencias del mercado como la presión de los inversores o de las partes interesadas. Lo mismo ocurre con la sostenibilidad en las compras: la globalización y la internacionalización de las cadenas de suministro supone un claro desafío y, por ende, potenciales riesgos, por lo que es aún más importante gestionarlos y convertirlos en oportunidades. A través de la implementación de prácticas de compras sostenibles ventajosas tanto para la empresa como para los proveedores, estos riesgos se pueden limitar, al mismo tiempo que se crean cadenas de suministro resilientes y preparadas para el futuro", explica Patricia Cortés, Account Executive para Sur de Europa y Latinoamérica de EcoVadis.
A modo de conclusión, una cadena de suministro resiliente y sostenible pasa por las siguientes cinco claves:
- Realizar una evaluación de riesgos que cubra riesgos de diversa tipología: impacto en las personas, el impacto ambiental, gestión del buen gobierno, etc., resultando en un índice de riesgo calculado.
- Identificar gaps. Activar y revisar las políticas y protocolos de gestión de riesgos existentes en cada tema relevante para identificar los gaps dentro del modelo actual de la cadena de suministro, incluido el impacto cualitativo y cuantitativo.
- Definir respuestas para prevenir el impacto o permitir una respuesta ágil para mitigar las repercusiones teniendo en cuenta los grupos de interés involucrados, el entorno, los factores de proceso de la propia organización.
- Simular la eficacia de la respuesta. Ejecutar una simulación que permita probar la eficacia de las respuestas ante potenciales escenarios de crisis (por ejemplo, riesgos climáticos en la cadena de suministro, vulneración de Derechos Humanos, entre otros).
- Construir una hoja de ruta para generar mayores capacidades en la gestión de temas de sostenibilidad clave de acuerdo a la relevancia que tengan los mismos para el negocio (continuidad, gestión de riesgos, operaciones, etc.).