- El liderazgo humanista se impone como estilo para afrontar los retos actuales, según las conclusiones del informe “¿Puede convertirse la incertidumbre en la mejor oportunidad de liderazgo? Informe Liderazgo en la nueva realidad”, realizado por EY.
- El estudio se ha presentado a lo largo de la II Jornada #MujeresyLiderazgo, encuentro en el que una veintena de grandes líderes ha abordado las oportunidades que surgirán tras la crisis.
- Las mujeres se sienten igual de preparadas que los hombres ante los nuevos retos, incluso muestran más autoconfianza para liderar en el nuevo entorno.
- El líder del siglo XXI debe compaginar un profundo conocimiento técnico y digital con habilidades empáticas, comunicativas y capacidad de construcción de equipos.
- Diversidad e inclusión, factores clave para configurar equipos ganadores. Las organizaciones necesitan de todas las capacidades que aportan las diferentes generaciones.
La Firma de servicios profesionales EY acaba de presentar su informe sobre liderazgo a lo largo de la II Jornada #MujeresyLiderazgo celebrada en la sede del Banco Santander en Madrid, y organizada por 50&50 Gender Leadership en colaboración con la CEOE. Un encuentro que ha reunido a una veintena de grandes líderes para abordar las oportunidades que surgen tras la crisis del coronavirus.
Bajo el título "¿Puede convertirse la incertidumbre en la mejor oportunidad de liderazgo? Informe Liderazgo en la nueva realidad", el estudio de EY pone de manifiesto que siete de cada diez líderes encuestados se sienten plenamente preparados para afrontar los retos en el mundo de los negocios tras la pandemia, donde se impone un liderazgo humanista, con la persona en el centro de la gestión.
Federico Linares, presidente de EY España, que compartió, junto al CEO de Santander España, Rami Aboukhair, la charla sobre Liderazgos Inclusivos, explicó que “el estudio de liderazgo, que acabamos de publicar en medio de esta pandemia, pone de manifiesto que la nueva realidad de los negocios y la necesidad de entornos flexibles de trabajo nos llevan a un modelo de líder humanista, digital y con conocimiento de la industria. Destaca por sus cualidades humanas, capacidad de comunicación y la construcción efectiva de equipos. Además, es relevante que el informe señala que las mujeres se sienten tanto o más preparadas que los hombres ante los nuevos retos: muestran más autoconfianza y su perfil se ajusta más a las capacidades del nuevo líder, incluidas las digitales”.
El estudio destaca que el 71,98% de las mujeres consultadas considera que están muy preparadas para liderar los equipos en este nuevo entorno, porcentaje ligeramente por encima que el de los hombres encuestados (71,90%). Además, las mujeres a partir de los 45 años tienen una visión más optimista acerca de su desarrollo profesional que los hombres. El informe también concluye que las mujeres menores de 45 años sienten que tienen menos posibilidades de desarrollo profesional y ese techo de cristal no se rompe hasta que superan esa edad, por eso es clave atajar esta percepción para conseguir reducir la brecha de género.
Además, el informe también resalta que las mujeres disponen de más capacidades clave para liderar los retos actuales, como son sus habilidades de comunicación, empatía y la capacidad de construcción de equipos.
Desafíos y habilidades necesarias en el nuevo entorno
El trabajo analiza los principales desafíos a los que se enfrentan los nuevos líderes a los que se consultó. Por orden, los retos son: mantener la continuidad del negocio, gestionar las personas en entornos digitales, dotarles de nuevos conocimientos, gestionar su desempeño y favorecer su motivación en un entorno remoto.
Esta nueva realidad pone sobre la mesa que el liderazgo humanista se impone en las organizaciones. El nuevo líder debe tener como principales valores la flexibilidad, la empatía, ser colaborativo y ejemplar. En su comportamiento debe destacar la capacidad de comunicar con claridad, escuchar, ser resiliente, inspirar y dar sentido de propósito, así como reconocer y gestionar emociones. Y todo ello preparado para gestionar crisis inesperadas y colaborar con equipos diversos, globales y multidisciplinares.
En conclusión, resalta Hildur Eir Jónsdóttir, Socia Directora de Assurance de EY, “el líder actual debe tener un fuerte expertise técnico en un área de negocio determinada con un perfil marcadamente orientado, cada vez más, hacia lo digital. Son muchos -apunta- los retos que deberá afrontar, como el de generar seguridad psicológica y conexión entre las personas en entornos flexibles y remotos, donde el trabajo en equipo cobra aún mucha más relevancia que nunca”.
El “equipo 10”
Los equipos diversos formados por hombres y mujeres de diversas generaciones han demostrado ser más innovadores y resilientes. “Crear culturas inclusivas para que todas las capacidades y talentos que aporta cada individuo sean apreciadas e integradas, y no excluidas u obviadas, será un requisito para las compañías que quieran mejorar su desempeño”, explica Jaime Sol, Socio responsable de People Advisory Services de EY.
Así lo pone de manifiesto el informe en la búsqueda del “equipo 10”. La tendencia a la innovación y al aprendizaje constante de los más jóvenes se complementa con la resiliencia y la capacidad de resolución de problemas complejos de los más seniors: la suma de ambas es la clave del éxito. En este sentido, el trabajo destaca cómo se ven los profesionales por rangos de edad:
- De 25 a 35 años: Promueven el bienestar en el entorno de trabajo, recreando y potenciando redes de contacto. Actúan de manera innovadora y muestran una tendencia al aprendizaje de nuevos modelos y tecnologías.
- De 36 a 45 años: Tienen estilo de gestión inclusivos y muestran más disposición a escuchar diferentes puntos de vista y hacer equipo. Buscan un entorno seguro donde la comunicación fluya y la colaboración sea una realidad.
- De 46 a 55: Destacan por su ambición positiva y un claro sentido del propósito corporativo que comparten. Tienen una habilidad especial para gestionar las emociones en el equipo y reconocer los problemas.
- Mayores de 55: La experiencia profesional de este colectivo ha fortalecido su capacidad de resiliencia y la resolución de problemas complejos. Aportan al grupo seguridad y capacidad de análisis para afrontar los retos con una perspectiva más profunda.