De acuerdo con el estudio “Work Reimagined” de EY, el 80% de los trabajadores desean teletrabajar al menos dos días por semana, y el 43% se cambiaría de trabajo si su empresa no introduce medidas de flexibilidad.
Como sabemos, el teletrabajo ha experimentado un incremento vertiginoso en los últimos años, acelerado por la pandemia mundial del COVID-19. Desde entonces, muchas empresas se dieron cuenta de que permitir a sus empleados trabajar desde casa no sólo era posible sino también beneficioso desde un punto de vista, tanto de productividad como de bienestar personal. La posibilidad de trabajar en remoto es una clara realidad en muchas empresas, como las del sector tecnológico. Y su demanda, imparable para determinados perfiles profesionales, como los digitales y entre las nuevas generaciones.
La Costa del Sol ha sabido aprovechar esta tendencia para atraer compañías y trabajadores altamente cualificados. Al ofrecer el teletrabajo en un entorno atractivo, las empresas no sólo pueden captar el talento nacional sino también atraer a profesionales internacionales que buscan mayor calidad de vida. No en vano, Málaga se ha convertido en el tercer destino a nivel mundial para teletrabajar. Su clima, sus infraestructuras que permiten tener fáciles conexiones con vuelos internacionales, sin olvidar su rica oferta cultural, son algunos de los atractivos que la convierten en un destino deseable para los trabajadores internacionales. Esto ha hecho que, por ejemplo, el Parque Tecnológico de Málaga acoja a un número importante de empresas internacionales que han elegido esta ciudad para desarrollar grandes centros de innovación.
Las nuevas generaciones de profesionales, como los llamados Millennials o la Generación Z, valoran mucho más el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Prefieren entornos laborales flexibles y están dispuestos a cambiar de trabajo si no encuentran estas condiciones. De acuerdo con el estudio “Work Reimagined” de EY, el 80% de los trabajadores desean teletrabajar al menos dos días por semana, y el 43% se cambiaría de trabajo si su empresa no introduce medidas de flexibilidad.
Por ello, el teletrabajo está demostrando ser una solución que satisface estas demandas, ya que brinda a los empleados la flexibilidad para organizar su tiempo y adaptarlo a sus necesidades personales. Claramente, al ofrecer esta opción, las empresas pueden atraer y retener talento joven, altamente cualificado y motivado, en un momento en el que la lucha por el mismo está siendo más dura que nunca debido a su escasez en determinados perfiles. Esto es especialmente importante en la atracción de talento internacional, ya que además de las bondades ya comentadas que ofrece esta ciudad, se une la posibilidad para los profesionales que vienen a teletrabajar a España de disfrutar de una fiscalidad beneficiosa, a través del régimen de impatriados.
El teletrabajo tiene otra serie de ventajas adicionales, como impulsar la creatividad y la innovación al fomentar un ambiente de trabajo más relajado y flexible. También fomenta la diversidad en las organizaciones, ya que puede abrir oportunidades para la colaboración con profesionales de diferentes partes del mundo, enriqueciendo la perspectiva y el conocimiento de la empresa.
Desde un punto de vista tecnológico, el teletrabajo requiere una infraestructura sólida. La disponibilidad de conexiones de internet rápidas y estables, así como el acceso a herramientas de comunicación y colaboración en línea, son fundamentales para garantizar la productividad y el éxito de los empleados en sus tareas diarias. Más allá de las inversiones a realizar por parte de las compañías en tecnología y seguridad para facilitar la comunicación entre los equipos de trabajo, es importante mencionar que España tiene, en este sentido, una posición privilegiada en cuanto a fibra óptica se refiere ya que, de acuerdo con un estudio de la OCDE, nuestro país se alza como el tercero con mayor penetración de la fibra óptica, con un 81 % de esas conexiones. Solamente Japón (87 %) y Corea del Sur (84 %) nos superan.
Ahora bien, con independencia de las bondades comentadas, la implantación del teletrabajo implica adaptar la organización de Recursos Humanos para gestionar equipos distribuidos en distintas zonas geográficas. Deben establecerse políticas claras de teletrabajo y procesos para medir el desempeño y garantizar que los empleados se sientan conectados con la empresa y sus objetivos. Una comunicación efectiva y transparente es esencial para fomentar el compromiso y la confianza entre empleados y empresa. Además, es importante mantener una cultura corporativa sólida que permita que los teletrabajadores estén identificados con la empresa pese a trabajar en un entorno remoto.
En esta nueva realidad laboral, la ciudad de Málaga y sus alrededores de la Costa del Sol tienen una oportunidad única de seguir acelerando la transformación para convertirse en un “Silicon Valley” que desarrolle una industria tecnológica de gran valor añadido, que se convierta en el principal motor económico de la región, por delante del turismo. Muchas empresas han permitido que el cambio al teletrabajo que se inició tras la pandemia se convierta en permanente. Sus empleados descubren ahora que pueden trabajar desde cualquier lugar permitiendo que ciudades como Málaga sean el destino ideal para el teletrabajo internacional. Es un excelente ejemplo de cómo España tiene que mutar hacia una industria de alto valor añadido que nos permita competir en un entorno internacional.
Publicado en Diario Sur