Según el estudio "¿Está sobrevalorado el paradigma clásico de retención del talento? Claves para definir tu mejor estrategia de talento" promovido por enClave de Personas, y elaborado por el área de People Advisory Services de EY, la tradicional valoración del empleado a partir de sus funciones o antigüedad queda atrás para centrarse cada vez más en la persona como individuo singular y creativo, y cuyas habilidades van a ser clave para satisfacer sus intereses particulares y su desarrollo profesional en la compañía.
Si bien los conocidos como Baby boomers (72%), Generación X y Millenials valoran por encima de todo las condiciones laborales ofertadas, las generaciones más jóvenes, conocida como Generación Z, apuestan por tener un plan de carrera sólido y oportunidades de aprendizaje, como claves para conseguir su fidelización en la empresa.
Desde una perspectiva intergeneracional, debería tenerse en cuenta como herramienta de gestión de talento la alta motivación por el aprendizaje y el desarrollo por parte de la llamada Generación Z, por encima de las condiciones generales ofertadas por la empresa. Un aspecto fundamental para el 64% de los jóvenes que han respondido a nuestro informe, y no tan valorado por las generaciones anteriores de Baby boomers, Generación X y Millenials.
Saber gestionar al mejor talento es una prioridad para las organizaciones y las estrategias que empleen deben estar orientadas a ofrecer condiciones laborales competitivas y a crear culturas organizativas positivas y sostenibles que fomenten el bienestar de los empleados y provean de planes de desarrollo profesional personalizados que garanticen el crecimiento tanto de las personas como de la organización.
En este escenario, para poder fidelizar el talento crítico con una perspectiva intergeneracional, resulta fundamental el desarrollo de los llamados soft skills, como son la empatía, la escucha activa y la cercanía.