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Taskforce on Nature-related Financial Disclosures (TNFD): ¿Por qué una adopción temprana puede beneficiar a su empresa?

Tras la aprobación definitiva el pasado 17 de julio de 2024 de la Ley de Restauración de la Naturaleza por parte del Consejo Europeo, la adopción temprana de TNFD con sus recomendaciones y orientaciones, puede servir a las empresas y entidades financieras a mantener su ventaja competitiva sostenible a largo plazo y avanzar el de despliegue de la nueva ley

En 2024, las empresas y los sectores financieros deberían centrarse en identificar, evaluar y gestionar los riesgos asociados con la naturaleza. Las recomendaciones finales del TNFD, publicadas en septiembre de 2023, junto con los objetivos delineados por el Marco de Biodiversidad Global Kunming-Montreal (GBF) para 2030, potencian a los sectores de la economía para incorporar la naturaleza en sus decisiones estratégicas. Esto impulsa una transición necesaria en las inversiones financieras globales, alejándose de los impactos negativos sobre la naturaleza hacia resultados positivos para la misma.

En resumen:

  • Como podemos observar en el tema del clima, los inversionistas han estado dirigiendo cada vez más su capital hacia negocios con menos impacto en el clima y la naturaleza. En general, esto ocurre debido a una conciencia creciente sobre nuestra dependencia e impacto en el medio ambiente y la sociedad, y porque eso está reduciendo el perfil de riesgo de sus carteras de inversión.
  • Las actividades insostenibles pueden llevar a daños ambientales, disrupción en la cadena de suministro, inestabilidad de precios, reducción en los rendimientos de los cultivos y una disminución de las poblaciones de polinizadores. Sin embargo, la pérdida de biodiversidad no solo significa una pérdida de naturaleza, sino también la pérdida de algunas de nuestras principales defensas contra el cambio climático.
  • El TNFD, a través de sus recomendaciones y orientaciones, ayuda a las empresas y entidades financieras a mantener su ventaja competitiva sostenible a largo plazo. Les asiste en la incorporación de la sostenibilidad en su modelo de negocios y operaciones, además de promover la mejora de su divulgación de información relacionada con la naturaleza, de acuerdo con el Objetivo 15 del GBF - un análogo al Acuerdo de París sobre cambio climático.
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Capítulo 1

Una Visión sobre la Teoría Moderna de Portafolios (MPT) e Internalización de Costos Externos

El enfoque de la MPT y teorías asociadas es seleccionar inversiones con el objetivo de maximizar retornos totales manteniendo un nivel de riesgo aceptable.

Originalmente no se diseñaron para manejar riesgos sistemáticos, también conocidos como riesgos de mercado (p. ej., recesiones económicas, inestabilidad política y desastres naturales) y riesgos sistémicos, que pueden afectar al sistema entero (p. ej., cambio climático y pérdida de biodiversidad), considerándolos como factores externos[1] y configurando su incapacidad para eliminar estos riesgos a través de la diversificación de la cartera.

Progresivamente, es crucial enfatizar la dependencia del sistema financiero y su impacto sobre la sociedad y el ambiente. La sociedad depende completamente del entorno natural, que proporciona servicios ecosistémicos vitales que tienen un papel crucial en los modelos de negocios, la producción empresarial y los sistemas financieros. La valoración de riesgos y retornos debe considerar perspectivas ambientales y sociales. En este contexto, Riesgo, Retorno e Impacto están interconectados y son primordiales para las decisiones de inversión y para crear un valor a largo plazo para las empresas corporativas. Además, cada vez más los inversionistas han exigido la fijación de precios de externalidades clave para evaluar los efectos en los retornos de una empresa si se consideraran las externalidades sociales y ambientales como un costo real, anticipando posibles demandas regulatorias para internalizar costos externos.[2]

Aunque la fijación de precios de externalidades puede llevar a un aumento en los costos a corto plazo (si la empresa absorbe el precio), muchos líderes empresariales han estado viendo cada vez más el valor de incluir externalidades en sus cálculos para proteger sus organizaciones contra aumentos repentinos de costos y para impulsar eficiencias operativas. Por ejemplo, Colgate Palmolive estableció un precio interno para el agua que tiene en cuenta sus costos sociales y ambientales (externalidades) como 2.5 veces más que el costo de compra. Este enfoque ha contribuido, como resultado, a una disminución en el consumo de agua en sus procesos de producción.[3]

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Capítulo 2

Negocios y Naturaleza

El riesgo de la biodiversidad se le considera cada vez más no solo un riesgo ambiental y reputacional, sino también un riesgo financiero.

Como sucedió con el riesgo del cambio climático, el riesgo de la biodiversidad fue visto como una externalidad ambiental, sin embargo, cada vez más se le considera no solo un riesgo ambiental y reputacional, sino también un riesgo financiero, ya que hay implicaciones financieras crecientes, interrupciones significativas en las cadenas de suministro, presiones externas y costos regulatorios más altos.

La biodiversidad comprende la diversidad de organismos vivos en todo tipo de hábitats, cubriendo ecosistemas terrestres, acuáticos y marinos, junto con los complejos ecológicos a los que estas especies pertenecen.[4] Es un aspecto crucial de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible. Sin embargo, muy pocas empresas entienden su impacto en la biodiversidad o han implementado estrategias sólidas para abordarlo.

La urgente necesidad de una acción global para proteger y restaurar la biodiversidad y el capital natural es cada vez más preeminente, con instituciones financieras y Bancos Centrales jugando un papel decisivo. Adoptado en 2022, el GBF estableció una hoja de ruta hacia una visión global para 2050 de un mundo que vive en armonía con la naturaleza, presentando cuatro metas para 2050 y 23 objetivos para 2030. El papel de las instituciones financieras en la fijación de precios y la asignación de capital dentro de la economía será crucial para alcanzar estos objetivos. El GBF, al igual que el Acuerdo de París, impulsará cada vez más la acción, creando tanto riesgos de transición como oportunidades para compañías y entidades financieras con visión estratégica de futuro.[5]

El fallo del mercado, representado aquí por la incertidumbre y la falta de valoración de los riesgos relacionados con la naturaleza, conduce a una asignación de capital en la economía que no está alineada con las metas y aspiraciones del GBF para crear un mundo positivo para la naturaleza para 2030.[5] No obstante, los inversores, prestamistas y aseguradoras están cada vez más teniendo en cuenta la biodiversidad en sus procesos de toma de decisiones para dirigir el capital hacia empresas que puedan demostrar su compromiso con la biodiversidad. Aun así, esto sucede en un contexto donde hay una notable falta de reporte de biodiversidad consistente y comparable.

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Capítulo 3

TNFD: una guía de reporte global

Aunque el marco TNFD definitivo fue publicado en septiembre de 2023, el TNFD se lanzó en 2021 para apoyar a organizaciones y entidades financieras con una gestión de riesgos y un conjunto de divulgaciones que apoyen la identificación, evaluación y respuesta

El marco TNFD definitivo fue publicado en septiembre de 2023. Inspirado en el enfoque y estructura desarrollada por TCFD en 2015, el TNFD fue lanzado en 2021 para apoyar a organizaciones y entidades financieras con una gestión de riesgos y un conjunto de divulgaciones que apoyen la identificación, evaluación, respuesta y, cuando sea apropiado, divulgación de sus cuestiones relacionadas con la naturaleza (dependencias, impactos, riesgos y oportunidades). Las 14 recomendaciones y guías, organizadas en cuatro pilares (gobierno corporativo, estrategia, gestión de riesgo e impacto, y métricas y objetivos) han estado permitiendo que las empresas e instituciones financieras integren la sostenibilidad en su modelo de negocio y procesos de toma de decisiones, al mismo tiempo que aumentan su ambición de divulgación en línea con el Objetivo 15 del GBF. [4]

Aunque la gestión del riesgo de biodiversidad comparte algunas similitudes con la gestión del riesgo de cambio climático, y el hecho de que es crucial para las organizaciones considerar cómo sus compromisos de cero emisiones netas apoyan la naturaleza, estos dos fenómenos necesitan ser abordados de manera distinta. Mientras que, en el lado del clima, las empresas en general no tienen dificultades para medir las emisiones de carbono, en el lado de la biodiversidad puede ser complejo también porque no hay una única medida de biodiversidad. En general, la disminución en el tamaño de la población de especies y la resiliencia de los ecosistemas, y la disminución de la polinización, se utilizan junto con otras métricas definidas por motivos específicos como preocupación especial para las partes interesadas. Dichas mediciones se pueden tomar en varios niveles, como corporativo, de sitio y de proyecto.[6]

Además, a diferencia del clima, la biodiversidad varía en distintas áreas. El tema de las "dependencias" no se discute ampliamente en clima (dependencia de la atmósfera). Sin embargo, es de suma importancia en las discusiones sobre naturaleza porque en este caso es un impacto local, y los productos y servicios de los que depende la sociedad se obtienen de servicios ecosistémicos que están en ubicaciones muy específicas. La capacidad de la naturaleza para seguir proporcionando esos productos y servicios depende de la salud y la resiliencia de los ecosistemas locales.

Un elemento clave del marco TNFD implica identificar ubicaciones prioritarias basadas en dónde las organizaciones interactúan con ecosistemas bajo alto o extremo nivel de estrés. En este contexto, un tema convincente es la importancia de la biodiversidad dentro de los entornos urbanos, además de su reconocida importancia en selvas tropicales vírgenes.

Identificar y gestionar los impactos más relevantes en la naturaleza es fundamental para entender las dependencias de la organización en la naturaleza, lo que es crucial para descubrir los riesgos para la organización como resultado de sus dependencias e impactos, y las oportunidades para la organización que benefician a la naturaleza a través de impactos positivos o reduciendo sus impactos negativos.

TNFD junto con otros colaboradores desarrolló un enfoque integrado para la evaluación de cuestiones relacionadas con la naturaleza, llamado enfoque LEAP (L: Localizar la interfaz con la naturaleza, E: Evaluar las dependencias e impactos en la naturaleza, A: Evaluar los riesgos y oportunidades relacionados con la naturaleza, y P: Prepararse para responder y divulgar cuestiones materiales relacionadas con la naturaleza). Fue construido y es consistente con marcos de evaluación existentes como el Protocolo de Capital Natural desarrollado por la Coalición de Capitales, métodos de establecimiento de objetivos desarrollados por la Red de Objetivos basados en la Ciencia (SBTN), así como el enfoque de evaluación de materialidad utilizado por la Junta Internacional de Normas de Sostenibilidad (ISSB) y los enfoques de evaluación de materialidad de impacto utilizados por la Iniciativa de Reporte Global (GRI) y en las Normas Europeas de Información de Sostenibilidad (ESRS).[7]

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Capítulo 4

Riesgos físicos, de transición y de responsabilidad

Los riesgos financieros derivados de la pérdida de biodiversidad son impulsados por actividades humanas que causan la pérdida de naturaleza, la cual es impulsada por cinco factores directos.

A medida que la naturaleza decae, daña el capital natural e impide la habilidad de la naturaleza para proveer los servicios ecosistémicos necesarios para las empresas. Por lo tanto, las empresas que obtienen financiamiento e inversiones se vuelven vulnerables a este declive en los servicios ecosistémicos. Esto representa un riesgo para los inversores y gobiernos, potencialmente causando inestabilidad financiera, a lo que se refieren como riesgos físicos. Por ejemplo, un aumento en los costos operativos en varios sectores debido a la disminución de los niveles de precipitación local causada por la deforestación. Junto con estos riesgos físicos, surgen riesgos de transición y de responsabilidad derivados de un proceso de ajuste hacia una economía positiva para la naturaleza. Aunque estos esfuerzos regulatorios o de mercado son beneficiosos para la naturaleza, podrían afectar económicamente a las empresas cuyo modelo de negocio depende de la naturaleza, y a las instituciones financieras relacionadas con ellas. Estos riesgos de transición involucran la introducción repentina de políticas, cambios en las actitudes de clientes e inversores, la aparición de productos/servicios y tecnologías emergentes y la innovación disruptiva en modelos de negocio. Por ejemplo, la legislación contra la deforestación aumenta los costos de diligencia debida para los compradores de materias primas blandas que podrían estar asociadas con la deforestación. Paralelamente, también hay riesgos relacionados con problemas legales cuando las partes que sufren pérdidas o daños debido a cambios ambientales buscan compensación de aquellos a quienes consideran responsables. Estos riesgos de responsabilidad podrían incluir gastos legales y administrativos potenciales, multas, cargos de seguros y costos de reputación. Por ejemplo, multas, daños a la reputación y costos de remediación debido a derrames de petróleo.

Los riesgos físicos, de transición y de responsabilidad pueden promover un cambio en la gestión de carteras y el comportamiento económico. En consecuencia, los flujos financieros pueden ser dirigidos para mejorar los servicios ecosistémicos, beneficiando a la sociedad y conduciendo una transición hacia una economía positiva para la naturaleza.

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Capítulo 5

TNFD: ¿reporte obligatorio?

Actualmente, TNFD se centra en promover la adopción voluntaria del mercado y en brindarles el apoyo necesario para cumplir con los requisitos relacionados con la mejora del conocimiento, el fortalecimiento de capacidades y las necesidades de datos.

Es un camino complejo, aún más desafiante para la naturaleza que para el clima debido a la mayor cantidad de factores a considerar y su carácter altamente localizado. La evaluación debe realizarse de una manera específica para cada contexto.

Paralelamente, tras un proceso complejo, el 17 de julio de 2024 el Consejo Europeo dio luz verde, tras la aprobación del Parlamento Europeo el 27 de febrero, a la Ley Europea de Restauración de la Naturaleza por la mínima mayoría cualificada necesaria: un 66,07 % de la población de la UE, justo por encima del 65 % requerido. En virtud de esta Ley se obliga a los Estados miembros a restaurar la naturaleza, y no solo a protegerla. En particular, pone foco en aquellos ecosistemas con mayor potencial para capturar y almacenar carbono y para prevenir y reducir el impacto de las catástrofes naturales. aprobó el reglamento para la restauración de la naturaleza. Esta nueva ley obligará a los países de la UE a restaurar al menos el 30% de los hábitats (bosques, pastizales, humedales, ríos, lagos y arrecifes de coral) en malas condiciones para 2030, priorizando las áreas de Natura 2000 hasta 2030, el 60% para 2040 y el 90% para 2050. El siguiente paso debe ser adoptado por el Consejo y posteriormente publicado en el Diario Oficial de la UE para entrar en vigor 20 días después.8

Las empresas en general y las entidades financieras están comenzando a comprender su impacto en la pérdida de biodiversidad y solo unas pocas han revelado la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos como temas incorporados en su estrategia y modelo de negocio, incluyéndolos en sus evaluaciones de riesgo y toma de decisiones, con objetivos de biodiversidad alineados al SBTN.

No obstante, es evidente que los primeros adoptantes tendrán resultados mejorados relacionados con la naturaleza, cumplirán las expectativas de los interesados, mantendrán la delantera en el cumplimiento normativo y sostendrán una ventaja competitiva al generar valor a largo plazo. Como se ha observado en el caso del cambio climático, los inversores y financiadores anticipan cambios regulatorios para asegurarse de evitar riesgos de inversiones en activos que podrían quedar varados debido a la evolución de las regulaciones de biodiversidad. Adicionalmente, el capital puede desplazarse de negocios que contribuyan a impactos negativos en la biodiversidad hacia aquellos que son positivos para la naturaleza.

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Capítulo 6

Alineación de TNFD con los estándares de reporte de sostenibilidad CSRD/ESRS, IFRS/ISSB y GRI 101 (Biodiversidad 2024)

En enero de 2024, EFRAG y TNFD presentaron un borrador de visión general de alineación dirigido a asistir a las organizaciones que buscan integrar las recomendaciones de TNFD y orientación suplementaria para facilitar la preparación de divulgaciones compatibles con ESRS.

Hay una fuerte consistencia entre los ESRS y el marco TNFD, que puede destacarse por: (1) Ambos abogan por divulgar los impactos, riesgos y oportunidades relacionados con la naturaleza, considerando adicionalmente las dependencias de la naturaleza que generan riesgos materiales (DIROs), (2) Ambos respaldan un principio de doble materialidad, permitiendo a los preparadores de informes evaluar la materialidad a través de lentes financieros y de impacto, (3) El enfoque LEAP de TNFD ayuda a identificar y evaluar cuestiones relacionadas con la naturaleza, lo que se alinea con la declaración de ESRS de que las empresas tienen la opción de utilizar el enfoque LEAP para llevar a cabo su evaluación de materialidad a través de los estándares ambientales ESRS, aparte del cambio climático (Contaminación, Agua, Biodiversidad & Ecosistemas y Economía Circular), (4) Ambos organizan las divulgaciones en torno a los cuatro pilares de divulgación de TCFD. Consideran todos los ESRS ambientales, específicamente, E2 a E5, ya que E1 está ya abordado por TCFD, recientemente incorporado en ISSB IFRS S2, que incluye Gobernanza, Estrategia, Gestión de Riesgos y Métricas y Objetivos, y (5) Los ESRS abordan las 14 divulgaciones recomendadas por TNFD, con una fuerte consistencia en métricas relacionadas.

El 16 de enero de 2024, en la reunión anual del Foro Económico Mundial, durante el anuncio de los primeros adoptantes de TNFD, que comprende 320 organizaciones con sede en más de 46 países, David Craig, copresidente del TNFD, declaró: "Este es un momento histórico para las finanzas de la naturaleza y para la presentación de informes corporativos. A medida que el informe de sostenibilidad relacionado con el clima se convierte en algo común a través de los nuevos estándares de ISSB y la regulación en un número creciente de países, esto es una señal clara de que inversores, prestamistas, aseguradoras y empresas reconocen que sus modelos de negocio y carteras dependen en gran medida tanto de la naturaleza como del clima y necesitan ser tratados como riesgos estratégicos y oportunidades de inversión. Estamos encantados de ver a un grupo tan fuerte, diverso e internacional de empresas e instituciones financieras dar un paso adelante solo cuatro meses después del lanzamiento de nuestras recomendaciones y esperamos que incluso más lo hagan en los próximos meses".9

En diciembre de 2023, un proyecto piloto global iniciado por la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP FI) junto con 20 instituciones financieras investigó un enfoque integrado de clima-naturaleza para el reporte de sostenibilidad. Al evaluar las sinergias actuales y aplicar temas del TCFD, ayudaron en la implementación de TNFD. Esto ayudó a obtener una comprensión más profunda de los escenarios clima-naturaleza y sus análisis. Algunos aprendizajes clave mencionados en los resultados de la encuesta piloto, consideraron: (1) y (2)

(1) Más de dos tercios (70%) de los participantes de la encuesta tienen la intención de comenzar con el reporte de naturaleza en los próximos 12 meses, con casi un tercio (30%) ya participando en reportes internos.

(2) Las áreas clave de enfoque para las instituciones financieras incluyen refinar sus marcos de gestión de riesgos para comprender el camino desde el riesgo relacionado con la naturaleza hasta el riesgo financiero; realizar análisis de escenarios para la escasez de agua y la pérdida de biodiversidad; fortalecer la capacidad del equipo interno para manejar el riesgo relacionado con la naturaleza; y aplicar las percepciones del riesgo climático para entender el riesgo de la naturaleza dentro de sus organizaciones. 10

Interoperabilidad entre TNFD y GRI 101 (Biodiversidad 2024):

El estándar GRI 101 (Biodiversidad 2024) se publicó en enero de 2024. Entrará en vigor el 1 de enero de 2026; mientras tanto, se fomenta su adopción anticipada.

Este estándar ayuda a divulgar los impactos sobre la biodiversidad en toda la cadena de suministro. Reemplaza al GRI 304 (Biodiversidad 2016) con una cobertura más amplia que estaba principalmente enfocada en los impactos relacionados con las propias operaciones de la empresa. La divulgación de información relacionada con las cadenas de suministro es vital, ya que los impactos más relevantes sobre la biodiversidad para muchas organizaciones suelen producirse en sus cadenas de suministro. Por lo tanto, un enfoque restricto en sus operaciones directas puede llevar a una visión cortoplacista de los impactos de máxima importancia, resultando en una presentación de informes inadecuada.11

Al revisar el Estándar de Biodiversidad GRI, se integraron perspectivas de las recomendaciones y orientaciones de divulgación de TNFD. Específicamente, los siguientes elementos:

  • Se empleó el enfoque LEAP para identificar los impactos más significativos en la biodiversidad.
  • Se consideró la proximidad de los sitios de una organización a áreas ecológicamente sensibles, según lo definido por TNFD.
  • Se buscó alineación con respecto a los cinco impulsores directos de la pérdida de biodiversidad.
  • Se alcanzó un consenso sobre enfoques para medir cambios en el estado de la biodiversidad.

Resumen

El componente central del Pacto Verde Europeo, la Estrategia de Biodiversidad para 2030, subraya la importancia de abordar la pérdida de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas junto con el cambio climático. Hace aún más evidente que las empresas que no tienen la sostenibilidad integrada en sus modelos de negocio y procesos de toma de decisiones pueden no lograr mantener una ventaja competitiva sostenible. Las empresas y entidades financieras que adoptan de manera proactiva las recomendaciones y orientaciones de TNFD están demostrando su liderazgo en la dirección de la crisis climática y de la naturaleza, al mismo tiempo que apoyan activamente la transición hacia la nueva economía que necesitamos vitalmente como sociedad.

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