Y es que las empresas europeas son las que mayores esfuerzos están dedicando a la hora de integrar la sostenibilidad en sus procesos de toma de decisiones y asignación de capital: más del 41% de CEO europeos (frente al 33% en América y el 38% a nivel global) priorizan la sostenibilidad en su toma de decisiones relacionadas con la inversión. La razón es sencilla; Europa, a través de su regulación, está apostando a que su modelo competitivo se base en la sostenibilidad [Ver informes de EY Sostenibilidad: El Tsunami Regulatorio que viene (I) y (II)]. Y es que Europa ha tomado la decisión estratégica de liderar la transformación hacia la sostenibilidad, descarbonizando la economía en 2050, con el objetivo de conseguir una ventaja competitiva al desplegar los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París de 2015 alcanzado en la COP21: reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar el aumento de la temperatura global en este siglo a al menos los 2 °C y esforzarse para limitar este aumento a tan solo el 1,5 °C.
¿Se ralentiza la sostenibilidad a nivel global?
Estos datos en los que se muestras una cierta ralentización de foco en Sostenibilidad / ESG a nivel global, están en línea con los hallazgos de otros estudios de EY.
Por una parte, de acuerdo con los resultados de la encuesta EY Global DNA of the CFO, los programas de ESG son los más susceptibles de sufrir recortes presupuestarios: el 37% de las organizaciones consultadas planean reducir o poner en pausa su gasto asignado a ESG en los próximos doce meses. Sin embargo, las expectativas de los inversores y otros stakeholders hacen que la agenda ESG siga siendo la principal prioridad a largo plazo.
Por otra, según la última edición del informe EY Global Corporate Reporting and Institutional Investor Survey, existe una desconexión entre los inversores y los directores financieros en lo que se refiere a la agenda ESG. Cuando se trata de equilibrar los beneficios a corto plazo y la creación de valor a largo plazo, los inversores son más propensos a favorecer las decisiones que conducen a la creación de valor sostenible a largo plazo, incluso a expensas de los beneficios a corto plazo: el 76% de los inversores están dispuestos a aceptar "una rentabilidad de la inversión más baja cuando la empresa tiene un impacto beneficioso en el planeta o las personas".
Por lo tanto, aunque en ambos estudios los CFO manifiestan una menor apuesta inversora por la sostenibilidad, lo cierto y verdad es que los inversores siguen reclamando el cumplimiento de criterios ESG para minimizar los riesgos de su inversión.
Esta ralentización en el CaPex, ya se ha constatado en el Informe sobre el reporte de Taxonomía Europea 2023 (Lo que ya se ha hecho y lo que queda por delante). En este informe, en el que EY y Clarity AI analizaron los datos de 1.423 empresas no financieras con más de 500 empleados, se extrajo una conclusión interesante. Aunque, en términos absolutos, en 2022 las empresas españolas y europeas tuvieron unos ingresos alineados con actividades de contribución positiva al cambio climático de 580.000 millones de euros, las inversiones (CapEx) alineadas totalizaron los 140.000 millones de euros (un 24,13%). Posiblemente el indicador de CapEx alineado y la diferencia de éste con los ingresos alineados sea el que mejor refleja cómo las compañías van adaptando su modelo de negocio hacia actividades orientadas a mitigar y adaptarse al cambio climático (los dos primeros objetivos ambientales de la taxonomía).
Europa y el resto del mundo
Los datos indican que Europa mantiene el liderazgo en materia de sostenibilidad. El resto de los territorios (América y Asia) están ralentizando inversiones, a pesar de que los inversores sigan apostando por criterios ESG como factor de minimización de riesgos empresariales. Esta ralentización puede deberse a muchos factores: a la irrupción de la IA; a la inestabilidad geopolítica y a la volatilidad macroeconómica; o la polarización política en torno a la sostenibilidad, que se está viviendo especialmente en los Estados Unidos, donde 19 Fiscales Generales de algunos estados republicanos dirigieron en agosto de 2022 a 53 de los mayores gestores de activos de EE.UU, incluido Larry Fink, CEO de BlakRock, en la que les advertían de que podría estar incumpliendo su “deber fiduciario” de gestionar los ahorros de sus clientes al apostar decididamente hacia inversiones ESG y, en consecuencia, según ellos, perjudicar el valor de las empresas de compañías fósiles.
Confiemos en que la COP28, cuyas sesiones se pueden seguir en este con el equipo de EY, despeje algunas incógnitas y refuerce el compromiso de los países en acelerar sus compromisos de descarbonización, ya que las evidencias del cambio climático se están viendo cada vez más próximas.