A man working in a factory

¿Está preparada la industria española para la normalidad?

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Nuestra industria tiene las capacidades y el talento necesarios para afrontar los nuevos retos que llegarán tras el COVID-19.

Hablar en estos momentos de la industria en España es hablar de cierres de plantas, de expedientes temporales de regulación de empleo, de caídas de producción y de reducción de las ventas. En general, hablar de incertidumbres de futuro. Sin embargo, en estas incertidumbres, como en casi todas, existen oportunidades a las que hay que agarrarse porque serán las que nos ayuden a salir adelante y marcar diferencias.

Durante nuestro período de confinamiento, que en muchos casos nos ha obligado a buscar el teletrabajo como medida alternativa de gestión de los negocios, hemos puesto a prueba nuestra capacidad y la de nuestras organizaciones de dar una respuesta digital a los retos que se nos han planteado. Muchos estábamos preparados, otros no tanto y se han visto obligados a recurrir a un plan de contingencias con el riesgo inherente que ello conlleva. Primero, tener el plan, que en la mayoría de los casos no existía y hubo que inventarlo sobre la marcha, y después, sufrir la implantación de éste: retrasos, errores, dificultad de obtener información para la toma de decisiones… 

Por ello, estoy plenamente convencido de que el cambio digital en las organizaciones es una pieza fundamental para afrontar con éxito el futuro en la industria española. Solo los mejor preparados estarán en condiciones de luchar en la próxima batalla. No podemos hipotecar el futuro de nuestras industrias al éxito o fracaso de los planes de contingencia ante las futuras eventualidades, porque al me-nos una de ellas, ya es segura: el mundo será distinto cuando salgamos de la crisis del Coronavirus.

Este mundo será distinto, porque será más solidario, será socialmente más responsable con el medioambiente y con la sostenibilidad de los proyectos, seguro que será mejor, y lo que también será, seguro, es más digital. Porque nos habremos acostumbrado al entorno digital igual que nos hemos acostumbrado a mantener distancias de dos metros entre nosotros, a usar mascarillas o a ponernos guan-tes para ir a la compra. Ya a nadie le sorprenderá que le convoquen a una reunión por cualquier medio digital, como tampoco nos sorprende ya usar copias electrónicas como si fueran originales de documentos.

Esta digitalización afectará sobremanera a la industria en España. Se imaginan fábricas completamente robotizadas y con capacidad de gestión en remoto; cámaras y sensores de control de líneas con personal de mantenimiento 24 horas disponible para actuar desde la distancia; u ojos digitales de control de calidad. Muchas de estas soluciones ya existen y son muchas de nuestras industrias las que lo están poniendo en marcha en sus procesos de producción.

Esta nueva forma de trabajar y de interrelacionarnos, no solo afecta a nuestra producción y a las cadenas de suministro, también tenemos que estar preparados para afrontar los retos de los canales de venta y distribución de nuestros productos. Hasta ahora, la venta, en muchos casos y sobre todo en España por nuestro carácter, es muy personal, muy de confianza de los clientes en las personas de nuestra organización. Y esta forma de venta es en la que todos nos sentimos cómodos. Sin embargo, debemos ser capaces de discriminar y enfocar los recursos personales a aquellos canales que no puedan ser abordados de otra manera, porque nuevamente, se abrirán ante nosotros nuevas oportunidades de acercarnos al cliente con otros medios, y esos medios seguro que serán digitales. Comenzaremos a usar de verdad los datos que somos capaces de obtener de nuestros clientes, tendrán un orden estructurado en la nube y seremos capaces de gestionarlos con inteligencia artificial. Surgirán nuevos modelos de operar nuestros negocios y estos modelos tendrán seguro un soporte digital.

Tenemos que cambiar la formación y los planes educativos para que las organizaciones puedan ocupar a profesionales cualificados en los puestos de trabajo que el futuro nos va a demandar. Si hoy es grande la brecha entre los profesionales que terminan su formación, y lo que la industria española está demandando, en el futuro será mayor si no ponemos los medios para que esto no ocurra. Y si las políticas de formación, no lo consiguen, tendrá que ser una vez más el esfuerzo personal de nuestros estudiantes y la iniciativa privada quien lo consiga.

Estoy convencido de que en nuestra industria tenemos las capacidades y el talento necesario para afrontar estos nuevos retos que se abrirán tras el Covid-19, lo único que nos faltaba era la oportunidad.

Publicado en El Economista

Resumen

La digitalización de las compañías es una pieza clave para hacer frente a todos los retos que la industria española afrontará tras la pandemia. Nuestro país está capacitado para ello, pero es necesario llevar a cabo una reforma de los planes educativos para formar profesionales preparados para los desafíos venideros.



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