El lanzamiento de estas líneas y el resto de desarrollos de la adenda que están por venir suponen también un efecto reactivación de expectativas en relación al Plan de Recuperación.
La reciente aprobación por el Consejo de Ministros de un conjunto de líneas ICO enmarcadas en el Plan de Recuperación y Resiliencia español supone la puesta en marcha de la segunda fase de este Plan -lanzado en 2021 de manera coordinada a nivel europeo como reacción al impacto económico del COVID- y es una nueva oportunidad de financiación de proyectos transformadores en nuestro país. La implicación del ICO (y la involucración explícita de la banca como intermediaria de algunas de las líneas) amplía el potencial de ejecución del Plan y su granularidad facilitando así sus posibilidades de éxito en términos de impacto y de uso.
El Plan de Recuperación se canalizó en su primera fase a través de subvenciones de Europa a España y, posteriormente, en la ampliación (llamada “Adenda”) solicitada a mediados del año pasado se añadieron 93.000 millones de euros, fundamentalmente en forma de préstamo. Además de la mayor disponibilidad de fondos, la ampliación tiene también una dimensión cualitativa ya que el paso de subvenciones a préstamos condiciona el tipo de instrumentos utilizados, la tipología de proyectos financiables y el necesario análisis de solvencia de los beneficiarios -dado el impacto de la adenda en la deuda pública-.
Una consecuencia natural del cambio de forma de financiación es la involucración de nuevos actores, públicos y privados, con experiencia en la concesión de préstamos. En concreto, 40.000 millones de euros serán gestionados a través de las 5 líneas del ICO aprobadas por el Consejo de Ministros: la llamada ICO-verde (con 22.000 millones), la ICO-Empresas y Emprendedores (con 8.150 millones), la ICO-promoción vivienda social en alquiler asequible (4.000 millones), la ICO start up Next Tech (4.000 millones) y el Fondo Spain Audiovisual (1.712 millones). Estas líneas se canalizarán a través de distintos instrumentos: líneas de mediación con entidades bancarias, préstamos directos del ICO, adquisición de bonos e inversiones en capital.
El desarrollo del resto de financiación de la Adenda implicará también a otras instituciones con amplia experiencia en la canalización de este tipo de instrumentos financieros, como COFIDES o el BEI.
El buen fin de estas líneas tiene una serie de elementos clave. Como se ha dicho, introduce nuevos actores en la ejecución del Plan de Recuperación como el ICO, con larguísima experiencia en la canalización de fondos a la economía real a través de instrumentos financieros, y la banca en los casos de líneas de intermediación. Esto aporta más canales y más capilaridad lo que da más oportunidades de llegada y de cobertura de distintos beneficiarios y proyectos. Amplía por lo tanto el potencial de impacto del Plan de Recuperación.
Por otro lado, son necesarios controles adicionales a los relacionados con los fondos ICO tradicionales. El hecho de que estas operaciones tengan el “sello Next Gen” exige controles no habituales fuera de ese marco, por ejemplo, el requerimiento de que ningún proyecto financiado provoque un daño significativo a ninguno de los objetivos medioambientales fijados (el llamado criterio de “Do No Significant Harm”). Esto exige que las entidades canalizadoras refuercen y adapten sus controles para responder a estos requerimientos, que son objeto de un intenso escrutinio.
La existencia de estas líneas es una nueva opción de financiación a la economía real en condiciones que deben ser más ventajosos que la financiación ordinaria. Esto es así porque el coste de financiación del Mecanismo de Recuperación Europeo es más barato que el del Tesoro español y, por diseño, esa ventaja debería trasladarse en gran parte al beneficiario final. En todo caso, no puede obviarse que se trata de instrumentos de deuda y que, por lo tanto, deben ser devueltos por el beneficiario. Es decir, es relevante e imprescindible realizar un adecuado examen de solvencia. En todo caso, en última instancia, un factor determinante del grado de uso de estas líneas, cuyo plazo previsto para la concesión de operaciones es hasta agosto 2026, será el estado de la demanda de crédito que depende de factores macro y microeconómicos tales como las perspectivas de crecimiento o el nivel de endeudamiento.
El lanzamiento de estas líneas y el resto de desarrollos de la Adenda que están por venir suponen también un efecto reactivación de expectativas en relación al Plan de Recuperación que puede suponer un impulso para el uso de los fondos. En este sentido, es importante que los gestores del Plan de Recuperación aporten a los potenciales beneficiarios difusión y claridad sobre los distintos instrumentos y opciones existentes.
En definitiva, la aprobación de estas líneas ICO supone un nuevo impulso al Plan de Recuperación que concreta así su entrada en una segunda fase con nuevos instrumentos y actores. Es a la vez un reto y una gran oportunidad que estos nuevos instrumentos permitan utilizar en su plenitud estos fondos europeos para lograr el deseado impulso transformador y modernizador de nuestra economía.
Publicado en El Confidencial.