A partir de estas conversaciones, en EY hemos establecido seis recomendaciones para ayudar a que las entidades bancarias puedan mejorar sus resultados de cara a una próxima transformación:
1. Redefinir la transformación:
Es fundamental replantearse qué significa transformar. En lugar de pensar simplemente en cómo adaptarse a un cambio regulatorio o aprovechar el máximo de una inversión, los bancos deben plantearse constantemente cómo mejorar la experiencia de los clientes y los empleados. Cuando hablamos de transformación, no nos referimos a optimizar o refinar procesos existentes, sino de replantearse estos procesos de manera radical y ambiciosa. Poner a las personas en el centro de la transformación, ya sea a los empleados o a los clientes, es clave para lograr el éxito.
2. Liderar e inspirar desde arriba:
La transformación solo tendrá éxito si los líderes de las entidades se involucran de manera directa en el proceso. Se deben determinar y comunicar con claridad la visión y la estrategia de transformación del banco, alinear a los ejecutivos y altos directivos y asegurarse de que estén adecuadamente motivados para participar en la transformación. De esta manera se garantizará la aceptación total de la organización en la causa.
3. Reconsiderar la idea de la transformación y la evaluación de la inversión:
Al evaluar las transformaciones potenciales se debe reflexionar acerca de cuál será su impacto en la experiencia de clientes y empleados, así como en el desempeño operativo y financiero. Además, es aconsejable reservar parte del presupuesto para futuras transformaciones innovadoras y revolucionarias.
4. Organizarse para buscar la mayor agilidad:
La transformación debe estar planteada de manera que se ejecute con agilidad y las iniciativas se lleven a cabo sin grandes obstáculos, tanto en materia de tecnología, de cultura, de estructura de equipos o de gobernanza.
5. Organizar el talento e invertir en las personas:
Volver a plantear una propuesta de valor para atraer, recapacitar y retener habilidades clave es fundamental para iniciar un proceso con éxito. Los equipos de transformación deben ser diversos con respecto al género, el origen étnico y las experiencias laborales de los clientes y empleados de la entidad.
6. Repensar la forma de medir el rendimiento:
Como último punto se debe valorar el éxito de la transformación utilizando distintas métricas, tanto financieras como no financieras, en diferentes etapas y a lo largo del todo el proceso. Estas métricas deben estar alineadas con los objetivos estratégicos. Además, se debe garantizar que el equipo encargado del proceso aplique las lecciones aprendidas de los errores cometidos en anteriores procesos de transformación.
El liderazgo como la principal palanca para impulsar la transformación
Una cuestión común en todas nuestras conversaciones con líderes bancarios fue la importancia del liderazgo en el proceso. Ya sea estableciendo y comunicando la agenda de la transformación, realizando cambios en la organización para crear un banco más ágil o apostando por un cambio cultural, se necesita un liderazgo fuerte y comprometido para organizar e inspirar.
Los líderes comprometidos y que trasmiten confianza harán que los bancos puedan comenzar a dominar el arte de la transformación.