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Momento crucial para el progreso digital

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Reflexionando sobre este proceso de transformación, me gustaría compartir algunas ideas o conclusiones que con la experiencia voy extrayendo.

La digitalización es una de las actividades que más está avanzando en Europa y que contribuye de forma decisiva al crecimiento económico mundial. El debate en las empresas ya no está en ser o no ser digitales, sino en cómo desarrollar capacidades digitales diferenciales que les permitan adaptar sus modelos de negocio a esta nueva realidad, con el fin de ser más competitivos y más innovadores. En este contexto, España ha ido dando pasos adelante en los últimos años hasta situarse al cierre de 2018 entre los cinco países europeos con mayor número de proyectos digitales de inversión extranjera directa.

Europa (y, por supuesto, España) se encuentra en un momento crucial para mantenerse en la senda del progreso digital. Pero para que este despegue sea consistente y progresivo en el tiempo se requiere de un gran esfuerzo colectivo. Hablamos, al fin y al cabo, de una apuesta conjunta entre los gobiernos y las empresas que permita a las organizaciones contar con las infraestructuras tecnológicas necesarias, con las habilidades digitales más innovadoras y revolucionarias, y con una sólida y garantista regulación.

Sólo el año pasado las compañías tecnológicas europeas recibieron más de 20.000 millones de dólares de inversión por parte del venture capital, cuatro veces más que cinco años antes, y 69 empresas del sector salieron a Bolsa (en 2013 lo hicieron solo 29). Además, el número de proyectos digitales de inversión extranjera directa alcanzó el récord de 1.227 (un 5% más que en 2017), siendo Reino Unido, Alemania, Francia, Irlanda y España los países abanderados de este progreso.

El potencial del sector digital es indiscutible. De hecho, un estudio de EY destaca que la economía digital, las clean tech y la energía y utilities serán -por este orden- los tres sectores motores del crecimiento de Europa en los próximos años. Y, pese a ello, un análisis que hemos realizado pone en evidencia que solo el 17% del total de empresas que operan en Europa puede calificarse de “digitalmente madura” al tener, entre otras, las siguientes características: incluir la innovación y digitalización como parte de su estrategia, tener un departamento de Transformación Digital, incluir en su organización un Director de Tecnología y Sistemas de Información (CITO aglutinando funciones de CIO y de CTO) e incorporar la captación y desarrollo del talento en capacidades digitales como parte de su agenda de transformación. En este contexto, desde EY nos hacemos la siguiente pregunta: ¿qué ciudades están mejor posicionadas para producir los próximos gigantes tecnológicos?

San Francisco -y Silicon Valley-, Shanghái y Beijing son, según nuestro análisis, las tres ciudades que los directivos consideran que ofrecen las mejores oportunidades para ello. No obstante, y a pesar de las numerosas incertidumbres geopolíticas que deambulan desde hace meses por territorio europeo (la complicada gestión del Brexit, las señales de desaceleración y el impacto de la guerra comercial internacional), Europa sigue estando en una posición privilegiada. Londres, Berlín, París y Madrid son las ciudades europeas que los directivos mundiales consideran más atractivas para el desarrollo digital.

La avanzada madurez digital de Londres le ha permitido sobrevivir mejor al clima de inestabilidad e incertidumbre que existe en el mercado en torno al Brexit. Solo un ejemplo: unos 17 unicornios tecnológicos (empresas con una valoración de más de 1.000 millones de dólares) han sido fundadas en la capital británica desde 2010, frente a los 7 creados en Berlín o los 4 de París en el mismo período de tiempo. Pero no está inmunizado a la incertidumbre: de hecho, la inversión extranjera en todos los sectores de Reino Unido cayó un 13% en el último año.

El potencial del sector digital es indiscutible. De hecho, un estudio de EY destaca que la economía digital, las clean tech y la energía y utilities serán los tres sectores motores del crecimiento de Europa en los próximos años.

Resumen

En el caso de España, los enormes beneficios que genera la digitalización en el mundo empresarial han provocado que las empresas hayan empezado a innovar y a transformar sus modelos de negocio y experiencia de los clientes. De hecho, Madrid se sitúa ahora como la cuarta ciudad europea y la decimosexta del mundo con mayor potencial tecnológico. Y es que un país en el que existe una estrategia clara por la inversión en innovación y el desarrollo tecnológico es, sin lugar a duda, sinónimo de fortaleza, empleo y prosperidad económica.


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