Descarbonizar la economía va a requerir un esfuerzo tremendo, con cambios rápidos y profundos apalancados en el despliegue de nuevas tecnologías en múltiples sectores. Esta transición generará oportunidades únicas para la creación de nuevos negocios.
Nos llega información constantemente del cambio climático, pero a veces es necesario poner las cifras en contexto para asimilar el cambio requerido y los impactos en nuestro modelo económico. Si queremos llegar al objetivo de Paris de 1.5 grados de calentamiento, no deberíamos emitir más de 314 billones de toneladas de CO2 hasta el 2050, presupuesto que habremos consumido en tan solo 8 años al ritmo actual de emisiones. Por tanto, tendremos que “desenganchar” a la economía de las energías fósiles, que hoy suponen más del 80% del consumo primario energético, en un tiempo récord si queremos evitar las consecuencias catastróficas de superar ese 1.5 grados.
Esta situación nos llevará, según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), a multiplicar por cuatro las inversiones actuales de 1,3 trillones de dólares en nuevas tecnologías de transición energética, incluidas las de mejora de la eficiencia. Las oportunidades no solo se centrarán en las tecnologías de generación renovable y de movilidad eléctrica. Las cleantech tienen el potencial de transformar y crear valor en sectores como la construcción, la agricultura, alimentación y bebidas, moda y textil o industria del metal y química.
Este proceso de transformación se está acelerando. Por un lado, la presión regulatoria, especialmente en la UE y, por otro, los cambios en las expectativas de otras partes interesadas como consumidores, empleados o financiadores están empujando a las empresas al cambio. En 2022, más de 150 empresas españolas participaron en el reporting voluntario de emisiones (CDP climate) y globalmente más de 3.000 han fijado objetivos basados en la ciencia alineados con los escenarios de menos de 2 grados. Nuevas normativas europeas como el Pasaporte Digital de Productos (DPP) o la directiva sobre ‘green claims’ aumentarán el escrutinio sobre las empresas.
Esta aceleración de los cambios generará desequilibrios entre la oferta y la demanda para muchos materiales ‘verdes’ a medida que las empresas intenten reducir sus emisiones indirectas (denominadas de alcance 3). La demanda de productos sostenibles crecerá más rápido que la capacidad de producción, creando oportunidades de captura de valor. De hecho, ya se empiezan a observar ejemplos de precios ‘green premium’ en el mercado en productos como el acero verde o el PET reciclado y, por supuesto, en todos los materiales específicos de las nuevas tecnologías como los minerales críticos.
Una parte muy significativa de las acciones que las empresas pueden tomar hoy para reducir su impacto climático, están alineadas con la mejora de los resultados financieros. De entrada, las mejoras de eficiencia reducen el consumo y el coste, pero otras como la electrificación de procesos o flotas de transporte, unidas al autoconsumo o los acuerdos de largo plazo, como los PPAs -acuerdos entre consumidores y productores de energía-, no solo pueden ser competitivas en precio, sino que permiten reducir la volatilidad y los riesgos.
Algunas de estas oportunidades van a requerir flexibilidad y capacidad de adaptación de las empresas para su captura. Un ejemplo puede ser el cambio en los patrones de los horarios de los precios de la electricidad: muchas empresas habían adaptado su operativa para trabajar de noche cuando ahora la abundancia de energía fotovoltaica hace que los horarios más económicos sean los diurnos.
Pero la captura de valor a largo plazo para las empresas no solo es financiera. Tomar medidas decididas en la lucha contra el cambio climático permite crear valor en los clientes mejorando la percepción de marca e influenciado hábitos de consumo; o en los empleados, aumentando la capacidad de atracción y retención del talento en un momento que comienza a ser un elemento clave de competitividad.
Definir estrategias efectivas requerirá buscar equilibrios entre las ambiciones y compromisos públicos de descarbonización de las empresas, con la madurez de las tecnologías disponibles, gestionando los riesgos y la escalabilidad de las soluciones, desarrollando ecosistemas de colaboración y modelos de financiación adecuados.
Como ante cualquier cambio, existen grandes potenciales para aquellos que sepan anticipar los movimientos y se muevan con agilidad, ambición y las capacidades operativas necesarias para liderar el mercado.
Publicado en El Español