Informe “European Bank Lending Economic Forecast”
Las principales economías europeas se enfrentan a un ejercicio duro en 2023. La crisis energética, la guerra de Ucrania, y la fuerte inflación va a afectar seguro a la confianza del consumidor, y va a tener un fuerte impacto en las economías. Y por supuesto, la actividad de financiación del sector privado por parte de la banca se resentirá, como es lógico.
Según el último informe “European Bank Lending Economic Forecast”, publicado por EY, las principales economías de la eurozona se enfrentarán en los próximos meses a una situación de recesión y se espera que, en conjunto, la financiación bancaria se contraiga un 1,8% en 2023, tras haber crecido un fuerte 4,6% este año.
La buena noticia es que en España el impacto va a ser menor, y son varias las causas. La primera es que el impacto de la crisis energética está siendo menor que en otros países. La segunda es que, aunque se espera que la economía española entre en recesión a final de 2022, será más leve que en otros países del entorno y podría salir de ella en los primeros meses de 2023. La caída sería mayor, afirma el informe, de no haber sido por los planes de ayuda puestos en marcha por el Gobierno.
¿Cómo se va a comportar la financiación bancaria en España? Nuestra previsión, según aparece en el informe, es que el volumen de financiación bancaria a empresas y familias caerá este año un 0,2%, a lo que se sumará otro 1,3% en 2023, para volver a recuperarse a partir de 2024.
La morosidad total se espera que crezca hasta el 4,5% en el 2023 y de forma paulatina hasta el 5,5% en 2026, cifras que están lejos de las alcanzadas en lo peor de la última crisis financiera.
Por líneas de actividad, se espera que los préstamos a empresas no financieras se reduzcan el próximo año un 2%, los créditos al consumo un 1,1% y las hipotecas un 0,6%.
Lo que apuntan estos datos es que, en comparación con otros países europeos, España está menos expuesta a la posible escasez de gas. Esto no quita que los altos precios de la energía, el debilitamiento de la confianza de los consumidores y la elevada inflación hagan que la economía pueda caer en recesión este invierno, pero con una previsión de crecimiento del PIB en 2023 del 0,8%.
Todavía está por ver el impacto en las cuentas de resultados de las entidades financieras derivado de la desaceleración y el probable incremento de la morosidad, si bien, creemos que las firmas españolas están en mejor disposición para enfrentarse a estas externalidades macroeconómicas que hace unos años.
A diferencia de sus homólogos europeos, los consumidores en España tienen una alta exposición a las subidas de tipos del BCE ya que aquí aproximadamente el 90% de los titulares de hipotecas tienen contratos a tipo variable. En este punto, cabe destacar el acuerdo alcanzado hace unas semanas por el Gobierno y el sector financiero para atenuar el impacto en los consumidores más desfavorecidos de estas subidas.
Al igual que en los demás países importantes de la zona euro, se espera una vuelta al crecimiento en todas las formas de crédito en 2024, con un aumento del 2% (1% de crecimiento de las hipotecas, 2,6% de crecimiento de los créditos al consumo y 2,8% de crecimiento de los préstamos a las empresas). Se prevé que el total de préstamos aumente un 3,4% en 2025, y un 2,8% en 2026.
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