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Cómo preparar a una compañía ante un proceso de transformación

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La pandemia ha traído cambios que tienen diferentes ángulos de impacto en el día a día de las compañías y en la sociedad en general.

Es indiscutible que cada vez que una pandemia asola el mundo, cambios profundos se instauran en la población. Más allá de las crisis financieras, estas crisis sanitarias y emocionales, afectan de forma seria y permanente en la forma que la sociedad aborda su propio futuro.

La peste negra que asoló Europa entre los siglos XIV y XV supuso el fin de la Edad Media y, con ello, el Renacimiento, con lo que esto supuso para el desarrollo de la expresión artística y el mecenazgo. La reducción de la población derivó en un nuevo equilibrio de fuerzas entre los campesinos y los señores feudales, con la aparición del capitalismo a través de nuevas formas de organización de la sociedad.

Más cercana en el tiempo, la pandemia que ocasionó la llamada “gripe española” de los años 1918 a 1920, conllevó cambios profundos en la forma que la sociedad abordó el fin de esta crisis. Aspectos relevantes como la incorporación de la mujer al trabajo, derivado de la elevada mortalidad masculina – entre la I Guerra Mundial y la pandemia- así como la aparición de sistemas nacionales de salud o como el comienzo del declive del colonialismo y un incipiente movimiento de colaboración internacional.

Estamos todavía inmersos en lo que esperamos que sea la etapa final de esta nueva pandemia del COVID19, y ya empezamos a vislumbrar los cambios que el fin de esta traerá. Y no serán cambios coyunturales, muchos de los consumidores preguntados en nuestro estudio global EY Future Consumer Index, indican que esta pandemia ha cambiado de forma permanente su sistema de valores y la forma que tienen de consumir.

A nivel geopolítico, el peso de algunas naciones o continentes cambiará de forma clara y posiblemente termine con liderazgos pasados. La propia UE tiene que reflexionar, y mucho, sobre su papel en esta crisis y sobre si quiere ser un elemento dinamizador del cambio en los países que la integran o, por el contrario, ser un freno burocrático que entorpece la transformación.

Estos cambios tienen diferentes ángulos de impacto en el día a día de las compañías y en la sociedad en general. El despegue de la digitalización y el teletrabajo, el impacto de lo local frente a lo global, el auge de la inteligencia artificial, la algoritmia y la automatización, así como aspectos que ya venían de antes y que se han acentuado como la movilidad inteligente, o la nueva configuración de las ciudades hacen que el futuro se presente más cambiante y lleno de incertidumbres.

¿Estamos preparados como líderes para abordar estos retos, para cambiar, para hacer frente a una nueva manera de trabajar, vivir y relacionarse? ¿En tiempo de cambios, cómo entender y abordar lo que necesita una empresa para hacer frente a esa transformación necesaria? ¿Cómo embarcar a la organización y a los profesionales que la componen?

No es tarea sencilla desentrañar el futuro y averiguar cómo de profundo va a ser el impacto en la organización. A día de hoy, algunos directivos están apostando sus cartas a que esta situación durará uno, dos o, a lo sumo, tres años y que los comportamientos de etapas previas volverán.

Apostar por el no cambio y aguantar puede ser una jugada de mucho más riesgo que intentar preparar a la organización para el futuro, aun cuando no tengamos todavía la claridad suficiente para dibujar el camino.

Preparar el cambio implica aceptar que estamos en un nuevo momento y que debemos ser conscientes de que esto afectará también a las maneras de hacer y hasta en la propia cultura de la compañía. Son los propios profesionales los que deben estar comprometidos en la tarea. Ellos son los verdaderos arquitectos del cambio.

Digitalizar, automatizar e incorporar la inteligencia artificial a la toma de decisiones, es una bonita manera de decir que nos estamos transformando, sobre todo cara a nuestros stakeholders. Pero muchas de estas transformaciones fracasan por no movilizar a los empleados que constituyen los engranajes que hacen funcionar y articular el cambio. Miles de millones se han desperdiciado por poner por delante el cambio tecnológico, por movilizar la infraestructura antes de cambiar la forma de pensar de los inquilinos de la misma.

¿Por qué hemos creado EY Transforma? Precisamente por esa razón, porque creemos que ayudar a la transformación no es traer discursos grandilocuentes sobre el cambio, no es aportar tecnología por delante del propósito, no es hablar de la innovación y poner el apellido “digital” a cualquier cambio.

Creemos firmemente que toda transformación es tan compleja en sus elementos como simple en su concepción. Hay que articular muchas caras del prisma, cada una con su complejidad intrínseca, pero hay un solo “por qué”.

Todo el talento que necesitamos para crear esta iniciativa estaba ya en la firma, ahora hemos decidido que tiene sentido que los unamos para dar respuesta a las organizaciones. Tenemos claro que el cambio se promueve desde la propia organización, haciendo que sean los profesionales los que entienden y empujan la transformación.

Cada reto es diferente, cada necesidad requiere un equipo experto diferente, en cierta medida eso es lo que hacemos, ponemos el mejor equipo configurado para dar respuesta al problema y al tipo de empresa que es.

Dentro de unos pocos años nos sorprenderemos de lo rápido que avanzamos en este tiempo, que algunas empresas lideraron el cambio, otras sucumbieron a él, pero lo que es seguro, es que para ninguna el futuro se parecerá a aquellos tiempos pasados donde virus y pandemias se quedaban como ingredientes para una buena película de domingo tarde.

EY Transforma

Descubre más sobre cómo abordar un proceso de transformación desde las personas, la tecnología y la innovación.

Resumen

Muchos procesos de transformación corporativa fracasan por no tener definido su “por qué” o por no hacer que todos los profesionales sean parte del cambio. EY Transforma nace con el propósito de acompañar a las compañías en sus procesos de transformación, de ayudarlas para adaptarse al nuevo escenario planteado por la pandemia. Transformarse es un riesgo, no preparar a tu compañía para el futuro, lo es más.

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