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¿Qué necesita la industria española para despegar en 2025? 

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Oportunidades y desafíos del sector industrial en un contexto de transformación global

El sector industrial español enfrenta 2025 en un contexto global marcado por transformaciones profundas que, a su vez, se pueden convertir en grandes oportunidades. La digitalización, la sostenibilidad y la reconfiguración del comercio internacional seguirán siendo los ejes que moldearán el futuro de una industria que, a pesar de las incertidumbres a las que ha estado expuesta durante los últimos años, ha demostrado ser capaz de adaptarse, innovar y liderar. 

España 2025. Un año por delante

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La digitalización continúa siendo el pilar esencial de la competitividad. Tecnologías como la Inteligencia Artificial Generativa y el Internet de las Cosas están redefiniendo procesos productivos, modelos de negocio y relaciones con los mercados globales. Sin embargo, la adopción tecnológica no basta por sí sola, ya que su verdadero impacto reside en la capacidad de las empresas para atraer y formar talento cualificado que pueda maximizar su potencial. Fomentar el aprendizaje continuo y dotar a los equipos de nuevas competencias será fundamental para transformar estas herramientas en beneficios tangibles, tanto en términos de productividad como de competitividad internacional.

Por otro lado, la calidad de los datos adquiere un papel crucial en este entorno, ya que la capacidad de las empresas para maximizar el potencial de las nuevas tecnologías depende tanto de la cantidad como de la calidad de la información disponible. En este sentido, para aprovechar plenamente el potencial de la Inteligencia Artificial Generativa, es fundamental llevar a cabo pasos previos como la digitalización de procesos y la organización adecuada de los datos.

La sostenibilidad se consolida no solo como una exigencia regulatoria, sino como una palanca estratégica para la diferenciación. España está en una posición privilegiada para liderar la transición energética gracias a su capacidad para generar energías renovables competitivas, como el hidrógeno verde, la electricidad de fuentes sostenibles y la producción de biometano. Además, la electrificación industrial y los certificados de ahorro energético se perfilan como herramientas importantes para mejorar la eficiencia y acelerar la descarbonización.

Adicionalmente, la integración de conceptos como la circularidad energética, que permite reutilizar recursos y transformar residuos en energía útil, ofrece nuevas formas de reducir emisiones y aumentar la eficiencia. Por otro lado, herramientas como los acuerdos de compra de energía virtual (VPPA), cuyo uso en España es incipiente y en donde ya hay algunos grupos que lo han implementado asegurándose un suministro constante de energías renovables a precios competitivos, pueden proporcionar tanto estabilidad como eficiencia, desde el punto de vista financiero y energético.

Las empresas que adopten estas prácticas no solo reducirán sus costes energéticos, sino que generarán una ventaja importante en mercados donde la sostenibilidad es un valor diferenciador.

En el ámbito internacional, la inestable situación geopolítica y el auge del proteccionismo arancelario están generando un panorama complejo para el comercio global. Estas dinámicas amenazan con fragmentar aún más el comercio global y dificultar el acceso a clientes internacionales. En este contexto, la diversificación de mercados, la incorporación de tecnologías de trazabilidad y la reducción de dependencias críticas son medidas esenciales para afrontar las posibles disrupciones globales y construir cadenas más resilientes. Este enfoque, además de mitigar riesgos, permite a las empresas responder con mayor agilidad a las demandas cambiantes del mercado.

En este contexto, el potencial de España para avanzar hacia la producción de bienes de alta complejidad económica es una de sus mayores fortalezas. Avanzar en el campo de los productos sofisticados que requieran conocimientos técnicos avanzados y sean difíciles de replicar, como los desarrollados en los sectores aeroespacial y de defensa, supone una oportunidad única para diferenciarse en un mercado global competitivo. 

En el ámbito laboral, afrontar las transformaciones demográficas y tecnológicas será crucial. Combinar el talento joven con la experiencia de los trabajadores senior puede crear sinergias para este proceso de cambio. Mediante el diseño de entornos laborales inclusivos y atractivos, la promoción de la colaboración intergeneracional y el fomento de la formación continua, las empresas españolas pueden adaptarse con mayor rapidez y eficacia a las exigencias del futuro.

Por último, no podemos olvidarnos del importante papel que los Fondos Europeos seguirán teniendo como herramienta para financiar proyectos capaces de transformar nuestro tejido industrial. 

En medio de la dificultad reside la oportunidad y, por ello, el próximo año será un año clave, otro más, para la industria española. Aprovechar las oportunidades de la digitalización, liderar la transición energética, diversificar mercados y avanzar en la producción de productos de alta complejidad económica no solo garantizará la sostenibilidad de nuestro sector, sino que también afianzará su posición como un referente de competitividad e innovación en el panorama global.

Resumen

La digitalización, la sostenibilidad y la reconfiguración del comercio internacional seguirán siendo los ejes que moldearán el futuro de una industria que, a pesar de las incertidumbres a las que ha estado expuesta durante los últimos años, ha demostrado ser capaz de adaptarse, innovar y liderar. 

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