La idea que tiene el Ministerio de Industria y Turismo es que la partida definitiva, de la cuál todavía se desconoce su cuantía, sea incluida dentro de los próximos Presupuestos Generales del Estado. Independientemente del montante final de las ayudas, lo que sí parece clave para que este plan sea efectivo y atractivo para los compradores es que el descuento que se aplique en el nuevo programa MOVES sea directo en el momento de la compra. De esta manera se evitarían esperas de hasta dos años que han tenido que soportar algunos clientes por la burocracia que hay que superar con el actual plan de ayudas.
La segunda incertidumbre que atenaza a la industria del automóvil es el ritmo de implantación del vehículo eléctrico en España, ya que en 2024 se han matriculado solo 37.994 unidades, lo que representa un 5,1% del total del mercado, mientras que en Portugal o Francia están en cifras tres veces mayores. Por ello, no es de extrañar que las patronales del sector demanden que lo más urgente ahora mismo sea impulsar la demanda y la infraestructura de recarga para este tipo de vehículos.
Pero, aunque la recuperación del mercado interno y el ritmo de implantación de los vehículos eléctricos preocupan al sector, existe otra cuestión también inquietante que podría repercutir directamente sobre las cuentas de resultados del sector del automóvil además de sobre el importante números de empleos que genera esta industria: el desembarco en Europa de marcas asiáticas que operan con precios muy competitivos.
Es muy significativo de este estado de preocupación el hecho de que el inicio de la comercialización de los nuevos vehículos chinos está teniendo un impacto fuerte o muy fuerte para el 47% de las empresas. Según algunas previsiones realizadas por el sector para el año 2025 los coches provenientes de China, India, Japón, Corea y Rusia coparán el 27,5% del mercado español y para el 2030 alcanzarán el 29,5%, aunque algunos esperan fervientemente que los aranceles hagan su trabajo.
No obstante, y aunque los aranceles a la importación de vehículos chinos pueden suponer un cierto alivio para la industria española de automoción, lo cierto es que los repetidos anuncios sobre una posible implantación de severos aranceles a la importación de vehículos europeos realizados por el recién elegido presidente de los Estados Unidos, Donald Trump no parecen aportar mucha tranquilidad a la industria europea del automóvil en general y a la española en particular.
En resumen, 2025 presenta con un escenario incierto para una industria clave y capital para nuestro país, donde a todo lo anteriormente reseñado debemos apuntar además, la llegada de la norma Euro 7 en 2027 y la prohibición de venta de vehículos de combustión interna en 2035; el evidente desajuste entre el elevado precio del vehículo eléctrico y el poder adquisitivo de la clase media española, así como el creciente interés por las nuevas alternativas de movilidad que van sustituyendo a las preferencias por disponer de vehículos en propiedad. A esto hay que sumar que los vehículos importados y de segunda mano han ganado un importante peso en España por su valor añadido y los elevados plazos de entrega de los coches nuevos.
Con todo ello, no podemos concluir este somero análisis sobre las perspectivas de la industria automovilística española sin hacer una apuesta por el optimismo y la esperanza en un futuro incierto, pero también lleno de oportunidades: las que ofrecen las nuevas tecnologías, la investigación y el desarrollo, las energías renovables y una condiciones excelentes para el remanufacturing de vehículos, además de la puesta en marcha de la cuarta convocatoria del PERTE VEC dotada con 1.250 millones de euros.