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Aragón: desafíos de un 2025 prometedor

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Grandes empresas de distribución y tecnología internacionales han anunciado la instalación o ampliación de centros de datos que generarán miles de empleos e inversiones millonarias en la región

El futuro se presenta prometedor para Aragón si hacemos un repaso por las noticias y los datos económicos de los últimos meses. Anuncios de inversión extranjera y de inversión local vienen a reforzar el, ya más que sólido, tejido empresarial aragonés; según los últimos datos publicados las empresas familiares generan el 69% del PIB y el 70% del empleo privado. Si bien, son ya varias las legislaturas de gobiernos regionales responsables y comprometidos con la prosperidad de la región y, además, contamos con una entidad financiera solvente y una excelente capacidad formativa; no estamos exentos de riesgos y desafíos.

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Grandes empresas de distribución y tecnología internacionales han anunciado la instalación o ampliación de centros de datos que generarán miles de empleos e inversiones millonarias en la región.  Los beneficios son incuestionables.  Sin embargo, se encienden luces ámbar en torno a estas inversiones que no debemos ignorar. Una es la demanda de recursos energéticos y agua. No somos un país con la energía barata. De hecho, el informe Draghi subraya como las empresas europeas soportan precios de electricidad dos o tres veces mayores que en EE. UU. y precios de gas natural hasta cinco veces más altos. En Aragón contamos con una importante potencia instalada en energía renovables, pero desde las instituciones se deberá trabajar en un plan de medio y largo plazo que garantice el correcto equilibrio de oferta y demanda, así como una clara ordenación de las nuevas inversiones eólicas y solares.

A esto hay que sumarle el riesgo de la dependencia de un inversor estratégico. La inversión exterior genera riqueza y actúa como motor de desarrollo, pero cuando se asienta en territorios con escaso tejido industrial puede ocasionar un desequilibrio de fuerzas indeseable. La colaboración público-privada deberá aprovechar la fuerza centrífuga de estas inversiones para construir un entramado empresarial diverso que reduzca la dependencia.

Y hablar de dependencia nos lleva a uno de los riesgos patentes para la economía aragonesa: el futuro del sector de la automoción. Un sector que en Aragón supone el 30% del PIB y que está claramente condicionado al devenir de una factoría más que conocida. El futuro del sector automovilístico europeo se construye sobre mimbres complejos y globales; mucho más de lo que pueda parecer la decisión de parar o no un turno de trabajo. La batalla que se libra entre transición energética y eficiencia, la guerra arancelaria de EE. UU. o la toma de conciencia de Europa de proteger nuestra industria y hacernos autónomos, son factores cruciales en este asunto.  

Mención especial requiere la formación y el empleo. Sorprende que, según el último barómetro del CIS, el alto índice de desempleo sigue siendo una preocupación crítica para los aragoneses. Sorprende porque la tasa de paro de Aragón es del 8,6% -porcentaje que muchos analistas coinciden en que puede considerarse de pleno empleo-. Y sorprende, también, porque si consultáramos a los empresarios de la región, nos dirían que esa es su misma preocupación: existe un problema para captar y retener talento. Por tanto, sin duda, oferta y demanda se han desajustado. Y esto, podría ser incluso peor en el futuro cuando se consolide la demanda de empleo anunciada. Aquí llegamos a la crucial importancia del capítulo de la formación. Las instituciones están trabajando en intentar adaptar la oferta educativa a las necesidades crecientes de la región, pero tendrán que ser más ágiles y ambiciosas si quieren llegar a tiempo.

2024 nos deja otro semáforo en ámbar que tiene ya claros tintes rojos: la vivienda. El mercado del alquiler en Aragón ha experimentado un incremento de precios del 8,9% en el último año, 9,4% en la capital, alcanzando el precio del metro cuadrado los 9,3 euros, 10,1 euros en la capital, según recogen los principales portales informativos. Reto mayúsculo de compleja solución, mas los órganos competentes aragoneses y las empresas no deben ignorar que el elevado coste de la vivienda -claramente al alza- no hace sino restar competitividad a nuestro territorio y tensionar al alza los salarios.

Sin olvidar, porque en Aragón nos marca el presente y todavía más el futuro, que la despoblación y dispersión geográfica nos hacen soportar costes empresariales y sociales que otras regiones no conocen en la misma medida.

En resumen, aunque enfrentamos riesgos y desafíos, si los abordamos de manera oportuna, el año 2025 se perfila como un período prometedor para los aragoneses.

Publicado en El Heraldo de Aragón

Resumen

Grandes empresas de distribución y tecnología internacionales han anunciado la instalación o ampliación de centros de datos que generarán miles de empleos e inversiones millonarias en la región. Los beneficios son incuestionables. Sin embargo, se encienden luces ámbar en torno a estas inversiones que no debemos ignorar, como la demanda de recursos energéticos y agua. 

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