En este 2025, la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia tendrán que seguir enfrentándose a sus debilidades estructurales, que están interrelacionadas. Nuestro PIB per cápita seguirá por debajo de la media española debido a diversas razones pero principalmente por los bajos niveles de productividad. Esto es así, en parte debido al peso de sectores de actividad con menor valor añadido por trabajador, como el sector primario y el turismo, pero principalmente a la falta de mayor inversión en tecnología, digitalización, formación, I+D+i, y en general, activos intangibles de nuestras empresas. No cabe duda de que esta productividad está también afectada por un tamaño medio de nuestras empresas inferior a la media española. Otro reto fundamental seguirá siendo la infrafinanciación de nuestras regiones, este es un problema histórico que nos ha llevado a un nivel de endeudamiento regional difícil de sostener y ha mermado las capacidades de nuestros gobiernos autonómicos durante muchos años. Para muchos valencianos y murcianos el acceso a la vivienda por falta de oferta y el incremento de precios de alquiler y compra, especialmente en zonas urbanas desarrolladas como Valencia, Murcia y Alicante, seguirá siendo su principal preocupación. Y, por desgracia, en 2025 nuestras regiones seguirán mostrando datos de desempleo elevados, algo que choca cuando los empresarios manifiestan dificultades para captar y retener talento en muchas actividades, hay claramente un desajuste entre demanda y oferta.
A estos retos estructurales se añaden otros desafíos que marcarán el 2025. Sin duda, la recuperación de la tragedia de la DANA que dependerá en gran medida de la muy mejorable coordinación de las administraciones y la agilidad de las administraciones públicas en proporcionar las ayudas económicas y los cobros de seguros. También la crisis del sector del automóvil, con la planta de Ford en Valencia enfrentando dificultades debido a la adopción lenta del coche eléctrico y la competencia china, también será un reto enfrentar. En términos más generales, y habida cuenta de la necesidad de mejorar la productividad de nuestra economía, la digitalización de las empresas, la gestión del dato y la inteligencia artificial deberán estar en los planes de inversión de nuestras empresas, ya que la adopción masiva de la IA es imparable y las empresas de nuestras regiones deben estar preparadas para optar a las oportunidades que ofrece para mejorar la eficiencia, la toma de decisiones y la innovación. Los aranceles previstos por la administración Trump podrían también perjudicar nuestras exportaciones, principalmente en el sector agroalimentario.
A pesar de estos desafíos, contamos con aspectos muy positivos para encarar el 2025 con ilusión. Nuestras infraestructuras, con puertos de mercancías líderes en el Mediterráneo, aeropuertos nacionales destacados, nuestra amplia red de carreteras, las conexiones ferroviarias. Nuestro talento gracias a nuestras reconocidas universidades y colegios de primer nivel, así como el talento de fuera que viene atraído por nuestra calidad de vida y entorno ideal. Además, contamos con clústeres industriales, con liderazgo en sectores como el agroalimentario, retail gran consumo, plástico, packaging, logístico, automoción y cerámico, que constituyen igualmente una base sólida de nuestro tejido productivo y hacen de fuerza tractora sobre toda la economía de la región. El turismo seguirá también siendo inagotable motor de nuestras regiones, con cerca de 30 millones de turistas, un tercio de ellos extranjeros. Proyectos transformadores como la Gigafactoría del grupo Volkswagen, PowerCO, en la Comunidad Valenciana, y el proyecto de hidrógeno renovable de BP Energía España e Iberdrola en Castellón, HyVal, generarán inversiones de 3.000 millones de euros y 5.000 empleos directos, y estarán operativos en 2026. El 2025 debería también suponer un paso definitivo para el Corredor Mediterráneo, una infraestructura que será un acelerador del comercio y la industria. Por último, es necesario resaltar que en nuestras regiones se están fomentando hubs (donde colaboran universidades, empresas consolidadas y start-ups) de sectores tecnológicos, fintech, biotecnología y energías renovables para asegurar un crecimiento sostenible, en este sentido somos ya la tercera zona geográfica de España con mayor número de empresas tecnológicas.
Enfrentar los retos de 2025 requerirá un esfuerzo conjunto de todos los actores involucrados: administraciones públicas, sector privado y sociedad civil. La Comunidad Valenciana y la Región de Murcia tienen un potencial enorme y una base sólida sobre la cual construir un futuro próspero. La clave estará en aprovechar nuestras fortalezas, como las infraestructuras y los clústeres industriales, y en abordar de manera efectiva nuestras debilidades estructurales. Con una visión estratégica y un enfoque en la innovación y la sostenibilidad, nuestras regiones pueden no solo superar los desafíos, sino también liderar el camino hacia un crecimiento inclusivo y sostenible en los próximos años.
Publicado en Las Provincias