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Las perspectivas del mercado de trabajo en 2025

El mercado laboral español enfrenta un panorama con luces y sombras en 2025. Entre las luces, destaca la inercia de algunos motores del crecimiento de los últimos años y el impulso proporcionado por menores tipos de interés y tasas de inflación más reducidas. Entre las sombras, la adopción de distintas medidas que implican mayores costes laborales y una incertidumbre más elevada sobre las regulaciones laborales, con riesgos para la competitividad y el empleo.

A falta de conocer los datos finales del ejercicio, todo apunta a que 2024 ha sido un buen año en términos de creación de empleo. La afiliación a la Seguridad Social crecerá un 2,5% respecto a 2023. Tanto en términos de la Encuesta de Población Activa como de la Contabilidad Nacional, el empleo habrá aumentado un 2,2%, muy por encima del 0.8% previsto para la UE. A pesar de estas mejoras, la tasa de desempleo sólo ha disminuido 8 décimas, desde el 12,2% de 2023 al 11,4% de 2024, el doble que el 5,7% de la UE en el segundo trimestre de ese año. El dinamismo del empleo se ha visto compensado por el aumento de la población activa, lo que ralentiza la disminución del desempleo. Por su parte, la tasa de empleo entre 26 y 64 años supera su máximo histórico y alcanza ya el 71,3%, aunque todavía se encuentra 4,5 puntos por debajo de la media de la UE.  

España 2025. Un año por delante

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Este crecimiento se debe principalmente a la contribución de la población extranjera. Así, la tasa de crecimiento interanual de los ocupados de nacionalidad española en el tercer trimestre fue del 0,2% mientras que la de extranjeros o con doble nacionalidad fue 8,3%. Aunque se ven señales incipientes de una desaceleración en la contribución de la población extranjera, la inmigración sigue siendo uno de los factores que mejor explica el dinamismo del mercado de trabajo en España. Por el contrario, se observan señales preocupantes en la evolución del empleo en algunos segmentos de edad de la población de nacionalidad española que contribuyen negativamente al crecimiento del empleo o que aún no han recuperado los niveles prepandemía.   

En cuanto a las necesidades de las empresas por cubrir su demanda de empleo, la tasa de vacantes sobre desempleo ha seguido aumentando respecto a años anteriores y se encuentra a medio camino entre una posición cíclica neutral y el máximo tensionamiento observado en 2007, poco antes de la Gran Recesión. Este tensionamiento en el mercado laboral actual podría dificultar la contratación de personal cualificado y aumentar la presión sobre los salarios, afectando tanto a la competitividad empresarial como a la inflación.   

Las previsiones para 2025 de BBVA Research anticipan un crecimiento económico del 2,3 %, respaldado por una mayor demanda interna y recuperación de la inversión, particularmente en vivienda y sectores productivos. No obstante, el envejecimiento poblacional y las bajas tasas de participación entre los españoles moderarán el avance del mercado laboral. El empleo crecerá alrededor del 2,0% y la tasa de paro disminuirá al 10,7% en media para el conjunto del año.   

2025 se perfila como un periodo de ajustes importantes en el marco laboral español. Entre las medidas más destacadas están el aumento del Salario Mínimo Interprofesional, que se espera supere ampliamente la inflación del 2,8% de 2024, alcanzando niveles cercanos al 60 % del salario medio nacional.  

Asimismo, la reducción de la jornada laboral máxima de 40 a 37,5 horas semanales sin ajustes de salarios supone un aumento del coste laboral, que puede dar lugar a potenciales efectos negativos sobre la creación de empleo y la reducción de la tasa de paro, si no se implementan medidas compensatorias. En cualquier caso, la medida necesita contar con suficiente apoyo parlamentario. La experiencia reciente sobre la complejidad para alcanzar una mayoría que respaldara las medidas fiscales incorporadas junto con la transposición de la Directiva para una imposición mínima del 15% a multinacionales, hace prever que la tramitación no será sencilla. Mientras tanto, la incertidumbre sobre la aprobación o no de la medida ya supone un lastre en los planes de las empresas sobre el aumento de sus plantillas y la negociación salarial.    

Por otro lado, también se han anunciado modificaciones en las indemnizaciones por despido improcedente, con el objetivo de hacerlas más disuasorias para los empleadores y ajustadas al daño presumiblemente sufrido por los trabajadores. Esta reforma implica mayores costes para las empresas e incertidumbre sobre el coste total de despido, al tiempo que puede incrementar la conflictividad judicial.  

En el ámbito de la Seguridad Social, 2025 marcará el tercer año de aplicación del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), cuya cotización aumentará del 0,7 % al 0,8 %, en línea con el objetivo de reforzar los ingresos el sistema de pensiones. Este incremento afectará a todas las nóminas y se suma al destope de las bases máximas de cotización, que en 2025 se ajustarán a 59.059 euros anuales.  

Además, la introducción de una nueva "cuota de solidaridad" gravará la parte de los salarios que superen la base máxima, comenzando con tasas entre el 0,92 % y el 1,17 %. Este impuesto, aunque no generará derecho a pensiones más elevadas y reduce la contributividad del sistema, busca cubrir el creciente gasto en pensiones, cuya sostenibilidad sigue siendo un enorme desafío a largo plazo. 

Resumen

El mercado laboral español enfrenta un panorama con luces y sombras en 2025. Entre las luces, destaca la inercia de algunos motores del crecimiento de los últimos años y el impulso proporcionado por menores tipos de interés y tasas de inflación más reducidas. Entre las sombras, la adopción de distintas medidas que implican mayores costes laborales y una incertidumbre más elevada sobre las regulaciones laborales, con riesgos para la competitividad y el empleo. Mientras el país busca continuar con un crecimiento económico por encima de sus socios europeos, será crucial garantizar que estas medidas no desincentiven la creación de empleo productivo y con salarios más elevados, especialmente en un contexto de incertidumbre económica global afectado por el alcance que puedan tener las medidas de política económica que adopte la nueva administración Trump. 

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