Entender la diversidad en el tejido empresarial español.
La empresa española enfrenta retos demográficos importantes, por ejemplo, por primera vez conviven en un mismo espacio laboral 4 generaciones, cada una con necesidades de integración específicas. Por otra parte, el marco regulador que ya exigía a las empresas políticas para la mejor integración de las mujeres o de las personas con discapacidad, añade las nuevas disposiciones aprobadas en 2024 para asegurar la igualdad y la no discriminación de las personas LGTBI.
Pero además de la diversidad demográfica 1, la empresa española enfrenta una creciente diversidad cultural que implica la convivencia de distintas formas de entender el entorno y la gestión. A esta diversidad cultural se deben añadir las diferentes experiencias formativas de los integrantes de las empresas, además de una mayor movilidad, especialmente entre los jóvenes, de empresas y sectores, lo que enriquece la experiencia de los empleados. Toda esta diversidad experiencial implica distintas habilidades y recursos que, si se canalizan hacia propósitos comunes, pueden enriquecer a la empresa, o puede generar conflictos y desorganización si no se sabe gestionar.
Más allá de la diversidad demográfica o experiencial, es importante destacar también la diversidad cognitiva presente en nuestras empresas, 2 la singularidad del pensamiento de nuestros empleados que ayuda a definir metas y objetivos
La empresa española es consciente de la riqueza de la diversidad. Como vemos en el último informe de innodiversidad, 3 la diversidad demográfica es la que más interés suscita, pero también las empresas se preocupan por las cuatro dimensiones identificadas de la diversidad experiencial y aún de manera incipiente, se ocupan de la diversidad cognitiva, sobre todo en dimensiones como la personalidad o el estilo de liderazgo.